jueves, noviembre 23, 2006

ULTIMA PARTE..G.MARASSO...

UN ANTÍDOTO CONTRA LA CORRUPCIÓN
¿Por que la Accountability es tan importante en el mundo desarrollado?
Porque se ha considerado que la Accountability es tal vez el mayor valor de la Democracia, muy propia de los países que tienen enormes concentraciones de poder burocrático y de recursos financieros, donde se le considera un verdadero antídoto a la corrupción. La Accountability obliga a los actores a dar cuenta, a revelar, a exponer y a justificar sus responsabilidades en la adopción de determinadas decisiones para el logro de los objetivos con el consecuente uso de los recursos que se involucraron. En verdad el primer mundo tiene este concepto desde hace un largo rato y sería bueno que definitivamente lo incorporemos en Chile. No basta con declaraciones líricas y leyes que prohíban esto o aquello, sino más bien que se obligue a los actores de la administración a entregar una Accountability de su gestión conforme a los conceptos ya señalados, porque ella implica forzosamente el desarrollar la Auditoria Operativa y la Auditoria Financiera como herramientas poderosas para probar las cuentas y el uso eficiente de los recursos.
Asimismo, basándose en estos resultados, se debe efectuar la Auditoria del Value for Money. Una vez logrados estos resultados, los éxitos obtenidos o las dificultades que lo impidieron, se deben exponer al público y por Internet.
A este punto ya podemos definir un corolario: “la Democracia es sostenida por la Transparencia y la Transparencia es sostenida por la Accountability”. Estos conceptos están de veras en una relación biunívoca.
LOS PRIMEROS ENTRE LOS RESPONSABLES
¿Quiénes son los primeros responsables de la tarea de establecer la Accountability en nuestro País? Indudablemente los actores políticos. A ellos más que a nadie debiera interesarle que el Estado y la sociedad operen con Transparencia, con eficiencia y que sus resultados agreguen valor a los objetivos de bien común. En el mundo de las profesiones, son principalmente los periodistas y los auditores quienes deben estar suficientemente dotados de capacidades y competencias para contribuir a hacer realidad este concepto con el ejercicio de sus profesiones. Ambos tienen que ver directamente, en lo técnico y en lo ético, con el Derecho a la Información y la Transparencia en la Sociedad. La sociedad civil comparte también una gran cuota de responsabilidad, tanto en la fiscalización como en la colaboración que implica su presencia y participación ciudadana en la Nación. De igual manera son responsables directos quienes se relacionan comercialmente a nivel intermedio. Quien provee un servicio o bienes como quien lo obtiene, debe y desea saber por qué motivo su propuesta ganó / no ganó o por qué estuvo en ventaja o desventaja.
SIN VACILAR... MARCHAD
Estamos en el momento preciso, en la encrucijada misma. Si los chilenos de todos los niveles avanzamos sin vacilar en pos del desarrollo, nos vendrá de perillas el párrafo de Tolstoi en su obra “Resurrección”, cuando se refiere a Neverov como el hombre de cristal que todo lo transparentaba, entrega la imagen del hombre puro y limpio, tal como aspiramos que sea nuestra Democracia. Si por el contrario, nos quedamos a mitad de camino, reaccionando y “apagando incendios”, nos retrataremos con profunda frustración en las famosas “Cuentas del Gran Capitán”, cuando – en el siglo XVI - Gonzalo Fernández de Córdoba, da respuesta – en público y con gran audiencia – a los Tesoreros del Rey, por cuanto éstos le exigían que documentara los gastos incurridos en una de sus campañas de conquista. Éste respondió: “Ciento setenta mil ducados para reponer las campanas averiadas en toda España, a causa del continuo repicar a victoria; y, finalmente, cien millones de ducados por mi paciencia por escuchar que el Rey pide cuentas a quien le ha regalado un Reino”. En verdad los Tesoreros del Rey solo querían la cuadratura contable de gastos incurridos con las sumas entregadas, porque en esos años no tenían ni el concepto de Accountability, ni el de la Transparencia y mucho menos el del Derecho de los ciudadanos a la información. Como era de esperar, el Rey aprobó las cuentas del Gran Capitán.