Interesante Dcto. Circula en Renovacion Nacional.Aconsejan que Cambie el Sistema Politico.
Señor:
Es evidente que la situación política es complicada, no sólo para el Gobierno y los partidos de la Alianza, sino que también para la oposición, tanto en sus expresiones político – partidistas, como en la capacidad de conducción de los parlamentarios.
Con el actual nivel de desgaste de credibilidad de los partidos políticos como se han conocido hasta ahora, ciertamente las próximas elecciones parlamentarias conducirán a una situación aún más compleja y difícil.
La actual situación de conglomerados políticos – Alianza y Concertación – obedece a la estructura del sistema electoral mayoritario binominal, lo que obliga a los diversos partidos políticos a sostener acuerdos políticos instrumentales, más o menos sólidos, que les permitan a cada uno de sus representantes postular y ser elegidos como parlamentarios.
Esa lógica ha provocado un rechazo generalizado a la inscripción de nuevos votantes ya que dadas las características del sistema electoral el espectro de opciones son mínimas (4 posibilidades en cada distrito y 4 en cada circunscripción), creando la ya conocida apatía de los potenciales ciudadanos por manifestar su adherencia a alguna candidatura.
Los recientes acontecimientos de demandas sociales responden a jóvenes que probablemente no están inscritos en los registros electorales y solo son participes de acciones callejeras de descontento por cuestiones específicas: HidroAysen, educación, etc.
Después de 20 años de aplicación de un sistema electoral que dio sus buenos resultados en los momentos que se necesitaron, ahora será el momento de hacer cambios estructurales que posibiliten dar mayor sustento al sistema institucional.
Por esta razón, es necesario asumir el estudio de una modificación del sistema electoral hacia uno proporcional con importantes umbrales de participación para otorgarle la suficiente solidez y representatividad, lo que tendrá efectos importantes dentro del sistema político en general.
En efecto, la implementación de un sistema electoral proporcional provocará la desarticulación de los actuales conglomerados políticos de la Alianza y la Concertación, provocando mayores niveles de competencia entre los ex aliados por alcanzar presencia en el nuevo escenario.
Cada partido, en forma individual levantará sus propios líderes a nivel nacional y regional, potenciándose en los segmentos a los cuales destina sus preferencias, sin los subsidios que actualmente reciben por la aplicación del sistema mayoritario, provocando, a su vez, mayores competencias al interior da cada partido.
La aplicación de un sistema proporcional provocará mayor interés de parte de los jóvenes que se sentirán más incentivados a participar por la vía electoral en el sistema institucional, sintiéndose partícipes del proceso político, lo que actualmente no sucede como ha quedado claro en los actuales dirigentes juveniles que encabezan las protestas respecto de la educación que han desconocido la representatividad del Parlamento.
Además, en un sistema proporcional hay mayores posibilidades de aumentar la rotación de los parlamentarios dado el nivel de competencia a que se verán expuestos al interior de sus partidos por los respectivos cupos parlamentarios.
Tal modificación estructural del sistema electoral debe ir acompañada de aumentos y cambios en la cantidad de diputados y senadores, ya que la actual composición del Congreso muestra claras distorsiones de representatividad que obedecen tanto a la aplicación del sistema mayoritario como al tamaño geográfico como poblacional de los distritos y circunscripciones.
Finalmente, de acuerdo a las actuales circunstancias políticas del país, el resultado de las próximas elecciones serán un gran golpe para los partidos políticos, tanto de gobierno como de oposición, abriendo el escenario para soluciones extrasistema lo que debe ser evitado por todos los medios.
Así, la reforma del sistema electoral será la gran revolución política que evitará mayores confrontaciones sociales, ya que todos los grupos políticos entenderán que sólo sus representantes son los llamados a negociar los grandes cambios que requiere el país en el ámbito que la misma institucionalidad señala en el Congreso Nacional, y no por vías ajenas al sistema constitucional que sólo alienta posturas cada vez más radicalizadas y sin destino previsible.
Sólo este gobierno está en condiciones de realizar tal tarea, asumiendo un rol protagónico y determinante que dejará una huella para el futuro de nuestro país, como en su momento lo fue la Constitución de 1980 y su reforma de 2005
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