sábado, abril 30, 2011

Chile: Un caso de crecimiento... ¿sin desarrollo?. Juan Guillermo Espinosa C.

Las Expectativas de Alcanzar el Desarrollo.
Desde la llegada de la Concertación al  Gobierno en 1990, se inició una creciente expresión de las aspiraciones de nuestra elite por alcanzar la condición de país desarrollado, dada las altas tasas de crecimiento de la economía en esos años. A partir del  fuerte impacto de la crisis asiática en 1998 y siguientes, estas aspiraciones fueron pospuestas o temporalmente silenciadas hasta principios de la década de 2000, cuando empezó a darse una paulatina pero progresiva recuperación del crecimiento de la economía.  Inicialmente, a principios de los 90, se habló del año 2010 (para el Bicentenario) como el año en que podría alcanzarse esta gran meta;más adelante se corrigió el horizonte, identificándose como fecha más probable el año 2020.
Sin perjuicio que esta expectativa se acrecentó cuando el  país fue aceptado como miembro pleno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico  – OCDE, en 2008-2009, hacia fines de 2010, el nuevo Gobierno de centro-derecha de la Alianza por Chile,  presento ante el país el documento “Chile País Desarrollado,  Mas Oportunidades y Mejores Empleos”, que aparece suscrito por el Ministro de Hacienda F. Larraín.  Este documento fue presentado como “la carta de navegación” y el “plan maestro” para llegar a ser un país desarrollado, para lo cual se plantean tres ejes principales: en primer lugar aumentar la tasa de 
inversión desde un 21,4% hasta un 28% en 2014; segundo, crear más y mejores empleos, entre ellos 200.000 empleos por año entre 2010 y 2014; y tercero, mejorar la competitividad para mejorar la productividad del país.

Aunque no es la intención de estas líneas evaluar el contenido de dicho documento gubernamental, no puede dejar de mencionarse que dicho texto más que un verdadero “plan para alcanzar el Desarrollo”, tiene las características de un  plan de gobierno, presentado en forma atrasada, que además no propone acciones concretas para alcanzar las metas a que aspira.
Dado que el documento mencionado  no contiene ni reformas estructurales ni cambios institucionales que hubieran podido modificar el curso que trae la economía después del primer año de gobierno de la centro-derecha, en las líneas que siguen se examinará: en primer lugar, el tipo de de crecimiento y de creación de empleo que se ha dado en el país después del terremoto del 27F de 2010; en seguida, se hará un breve recuento de los problemas más característicos que encuentran los países de nivel medio en su camino al Desarrollo, como es el caso de Chile en la actualidad; por último, se hacen algunas breves consideraciones sobre las ideas y lecciones más recientes que se consideran sobre el Desarrollo en nuestro medio. 

El Crecimiento de Corto Plazo.
Según el Informe de Política Monetaria (IPOM) del Banco Central de Marzo de 2011, la economía creció durante 2010 un  5,2%, lo que según el BC implica “un cierre de las holguras de capacidad instalada” en la economía. Aunque esta aseveración del BC ha sido recientemente desmentida por el ministro de Economía J.A. 

Fontaine en el sentido de que aun existen holguras disponibles  para crecer a un 6% este año 2011 y también el 2012 “porque hay capacidad ociosa y mejoría de la productividad” (La Tercera, domingo 17 de Abril de 2011), el BC aprovecha las circunstancias actuales de la escalada de los precios en los mercados internacionales de los  commodities y por sobre todo del petróleo, para iniciar un mas fuerte retiro de los estímulos monetarios, elevando desde ya la tasa de política monetaria (TPM) a un 4,5%.
Mas allá de las implicancias que la política monetaria pueda tener en  el ritmo de la recuperación económica en 2011, lo más sorprendente del 5,2% de crecimiento de 2010 es que fue  el comercio  el principal factor explicativo de la actividad económica ocurrida a raíz de un mayor dinamismo de la demanda interna, resultado a la  vez:  de la reconstrucción,  la recuperación de la actividad después de la crisis y un cierto mayor dinamismo en el mercado del trabajo.  Por el lado de  la inversión, esta mostró un fuerte crecimiento en el último trimestre de 2010 debido principalmente a  la reposición de capital perdido por causa del terremoto de fines de Febrero de 2010. Confirmando la concentración ocurrida en el comercio como principal factor explicativo del 5,2% de crecimiento en 2010, la cifra anterior se vio a la vez correlacionada con el muy bajo crecimiento de los sectores productores de bienes como la industria y la agricultura en todo el mismo período.

A su vez, en el primer trimestre de 2011 se han producido tasas de crecimiento del IMACEC (Índice Mensual de Actividad Económica) bastante elevadas como resultado de los bajos niveles de comparación de los meses correspondientes de principios de 2010, en especial en el mes de Marzo de 2010, como consecuencia del terremoto (El Imacec de Enero fue 6,8%, de Febrero 7,2% y se espera en Marzo una cifra cercana al 12%).  De esta forma, el BC mantiene la proyección de crecimiento para este año 2011 entre un 5,5 y 6,5%.

Confirmando a la vez que las mayores tasas de actividad económica se deben principalmente a la reconstrucción y a la recuperación de la actividad después de la crisis, las  cifras de empleo-desempleo reflejan solo pequeños aumentos en el empleo desde la llegada del nuevo Gobierno, si se transparenta y considera el gran cambio metodológico que se introdujo desde el 2009, en  la Nueva 
Encuesta de Empleo (NEE) del INE.  En efecto, sin perjuicio que el Gobierno actual anunció como un gran logro que la tasa de desempleo se mantuvo en 7,1% y que la creación de empleos entre el primer y el cuarto trimestre de 2010 habría alcanzado la cifra de 428 mil empleos, estas cifras son resultado del cambio metodológico que incorpora la NEE, y corresponden en alta proporción al nivel de empleo alcanzado el año anterior, esto es el 2009.  En la práctica y como lo han destacado un gran número de investigadores asociados a la Concertación, si se toman los datos de la NEE para el año 2009  – año en que esta encuesta se levantó en paralelo a la antigua encuesta de empleo-desempleo del INE, pero 
que por razones metodológicas no se hizo pública la información hasta 2010  – se observa que en total se registran cerca de  400 mil “nuevos ocupados”,  si se la compara con el número  de ocupados que figuraban en la encuesta histórica anterior del INE que fue reemplazada. Por lo tanto el número real de nuevos empleos en 2010 resulta ser bastante pequeño.

Uno de los aspectos más importantes, desde un punto de vista social y de políticas públicas,  que refleja la nueva encuesta y sobre lo cual la administración actual no ha querido entrar en su análisis, se refiere a la calidad de los empleos creados. Es decir, si se analiza en mayor detalle los 428 mil nuevos empleos creados en los años  2009 y 2010, prácticamente el 60% de los empleos creados (unos 248 mil empleos) son trabajos “por cuenta propia”, “personal de 
servicio doméstico” o “familiar no remunerado”, es decir son trabajos que no están vinculados a políticas o planes de empleo del  gobierno y que no están cubiertos por el sistema de protección clásico del trabajo.  Lo anterior se confirma al observar que el 95% de estos nuevos trabajos por cuenta propia se encuentran bajo la modalidad de jornada parcial (incluidas las personas que trabajan una hora a la semana); y 76% son  trabajadores no calificados,  operarios, artesanos y vendedores del comercio.

El empleo asalariado (que se podría considerar  en términos comparativos como empleos de mayor calidad y que requieren alguna calificación) solo ha aumentado en 158 mil personas lo que representa un 37% de los 428 mil nuevos empleos mencionados. 
De estos, el 57% corresponde a la modalidad de  servicios transitorios y sumistro de personal (subcontratación) y un 41% a jornada parcial, lo cual es una señal de mayor precarización e 
inestabilidad en el mundo del trabajo.
¿Crecemos o Nos Desarrollamos? Algunas Trampas en el Camino.
A partir de las características del tipo de crecimiento de la economía chilena del último tiempo, la  transición hacia una economía desarrollada no está en ninguna forma garantizada. Mas bien el “éxito” relativo alcanzado hasta la fecha, ha sido estudiado por diversos organismos internacionales los que señalan que, en una caracterización comparativa internacional, nuestro tipo de crecimiento nos hace vulnerables a lo que se denomina la “trampa del ingreso medio” (es decir países que quedan atrapados en este nivel de ingresos intermedios en su camino al desarrollo). En efecto, el tipo de crecimiento y de modelo que tenemos, nos hace vulnerables: a la entrada de capitales especulativos que abundan en el mercado internacional actual; a la pérdida de competitividad, principalmente por la fuerte apreciación cambiaria del último tiempo; y al endeudamiento de los hogares, como resultado de las bajas remuneraciones por la baja calidad de los empleos que se crean.


Como se ha señalado en un documento anterior , una de las principales debilidades de la economía chilena, es el mal manejo que se ha hecho del  cobre, cuya dependencia se ha incrementado en forma dramática. Desde hace tres a cuatro años, representa bastante más del 50% de nuestras exportaciones y cerca del 20% de la producción total del país, mientras al mismo tiempo solo emplea al 2 % de la fuerza de trabajo. Además, ha significado una pérdida de competitividad de nuestra economía, ante la ausencia de una política cambiaria y tributaria  acorde y compensatoria a esta situación.

Convertirse en una economía desarrollada en el mediano plazo, no puede basarse principalmente en el precio de las materias primas y al día de hoy estamos dependiendo desproporcionadamente del precio del cobre. Para no caer en “la trampa del ingreso medio”, que mas tarde o mas temprano interrumpirá el desarrollo nacional, debemos hacer un esfuerzo especial para  diversificar nuestras exportaciones, es decir, aumentar el valor y el número de productos exportados. Todo lo anterior descansa en varias medidas de fondo que no se han adoptado. Una de ellas, de gran importancia para una economía abierta como la chilena, es que se requiere de un modelo cambiario distinto al de libre flotación, ya que es imposible que el país pueda ser competitivo con un tipo de cambio de $470 por dólar. Hay muy pocas actividades que pueden sobrevivir con este bajo precio de la divisa; alcanzar una política cambiaria, una política fiscal y una política de desarrollo adecuadas a nuestra estructura productiva y a nuestro grado de apertura, requiere cambios de política importantes, que incluyen a lo menos algunos cambios constitucionales y de la Ley Orgánica del Banco Central, por lo cual ni los gobiernos de la Concertación y en apariencia tampoco el gobierno actual han estado en disposición de abordarlas.Otra modificación estructural que igualmente debiera abordarse es la situación del empleo, para solucionar de una vez los problemas estructurales que tiene nuestra economía en el mercado del trabajo. 
Hoy, probablemente hay más empleo como parte del ciclo económico de recuperación en que se encuentra la economía nacional, pero necesitamos un mucho mayor grado de ocupación de nuestra fuerza laboral, así como trabajo mas estable y de mayor calidad.

¿Que entendemos por Desarrollo?
Al final, es fundamental reconocer que no hemos logrado acordar “una  definición estratégica para el desarrollo nacional”, en un país con las características del nuestro, que si bien puede estar siendo considerado (según la nueva terminología internacional) como una “economía emergente” pequeña pero dinámica, es más que probable que en la etapa actual, se está adentrando en lo que en los organismos internacionales se denomina “la trampa del ingreso medio”, mientras no se realicen reformas internas más de fondo.
  
En nuestro tiempo, el Desarrollo se define a lo menos por cuatro grandes ámbitos que no pueden faltar: bienestar general, industrialización, participación amplia y profunda de toda la 
población y sustentabilidad. Una nación puede llamarse desarrollada, cuando es capaz de resolver sus problemas, con participación amplia, básicamente con sus propios recursos y la 
ayuda de la ciencia y la técnica.Algunas reformas parciales se empiezan a explorar en el debate público nacional, pero en las reformas de fondo no avanzamos. 
Además, todos los análisis y debates se continúan realizando en las cúpulas empresariales y entre “expertos”, en donde predominan las visiones  más ortodoxas tan sobrepasadas por la gran crisis internacional aún en curso. Debemos reconocer que los programas y planes que se han formulado están en su gran mayoría marcados por la ideología neoliberal, que busca preferentemente  el crecimiento económico dejando de lado otras dimensiones, con lo cual el “camino chileno” corre claramente el riesgo de conducir mas bien a una “modernización consumista” pero no al Desarrollo.
Es claro que nos falta una agenda de trabajo en la cual verdaderamente se integren trabajadores, empresarios medianos, y  pequeños y actores del mundo político y económico no considerados hasta ahora.  Mediante una agenda de trabajo como laseñalada, que incorpore una visión  más amplia y más actual, se podrían sobrepasar los obstáculos que persisten más allá del solo crecimiento.

“En definitiva, cuando a partir del Bicentenario se hacen se hacen aseveraciones tan marcadas de todos los sectores políticos, sobre nuestra proximidad para alcanzar el Desarrollo, en tan solo algunos años mas, será necesario recordar con serenidad y franqueza que, de acuerdo a toda la evidencia disponible del último siglo  de vida económica y social,
   
 no hay país que haya alcanzado el Desarrollo con tan  bajo grado de participación del sector público en el PIB y de sus políticas públicas en la promoción y regulación de ese Desarrollo; 
 así mismo, no hay país que haya alcanzado el Desarrollo con el  alto grado de concentración que Chile tiene, en tan importantes sectores de actividad económica, y  con  una estructura exportadora tan concentrada en recursos naturales y materias primas; 
 por último, no hay país que haya alcanzado el Desarrollo con los tan elevados niveles de desigualdad que Chile tiene al día de hoy.
Las tareas pendientes entonces no son menores, las que ciertamente no se conseguirán mientras continuemos aplicando, en vez  de políticas públicas serias, equitativas y verdaderamente reguladoras, los automatismos que recomiendan los libremercadistas” .