"En la práctica, nunca se va a aplicar la tasa del 14% que establece el nuevo royalty". Juan Villarzu
Para el ex presidente ejecutivo de Codelco Juan Villarzú, el proyecto que modifica el royalty minero, que fue aprobado la semana pasada, constituye un pésimo negocio para el país y un buen acuerdo para las mineras. A su juicio, el proyecto no refleja la realidad de precios de la minería del cobre. El ejecutivo, que hoy se desempeña como presidente de Apoquindo Minerals dice, además, que la carga tributaria que pagan las mineras en Chile es baja, comparada con los impuestos que cancelan las compañías mineras en otros países.
Los términos del acuerdo consideran aplicar una tasa de tributación entre 4% y 9% entre 2010, 2011 y 2012, denominado "período de transición". El tributo se reduce a 4% ó 5% actual, entre 2013 y 2017 y entre 2018 y 2023 se aplicará un tributo entre 9% -si el margen operacional de la empresa llega a 35% y 14%, si ese margen es de 100%.
¿Qué opina del proyecto?
El proyecto del gobierno es muy conservador. Está pensado para levantar una recaudación por Royalty de US$ 1.000 millones en tres años. El tema es que hoy pasamos por un período espectacular de precios del cobre, que durará entre 5 y 10 años más. Esta era la oportunidad para aprovechar de captar una mayor parte de los excedentes extraordinarios que genera la industria minera. El acuerdo no entra en el tema de fondo: las condiciones de precios que prevalecerán por largos años. Aquí cambió el escenario mundial y Chile debería hacer ajustes a la forma en que capta los aportes de la minería.
¿El royalty del proyecto de ley genera una baja recaudación?
Encuentro irrisorio la aplicación del proyecto de gobierno, porque la tabla es engañosa. La posibilidad de aplicar las tasas altas como la de 14%, es prácticamente cero. Es imposible que se llegue a márgenes operacionales de 74%, 87% y 100%. En 2008 y 2009, el margen operacional de las empresas privadas fluctuó entre 40% y 60%. Con los precios de ahora, Escondida, que es la mejor exponente de la industria, tiene un margen de 60%. Con ese porcentaje, las mineras nunca van a tributar más del 10%. Con la realidad actual, la tasa de tributación será 6% entre 2010 y 2012, y de 10% a partir de 2018.
¿Cuánto podría recaudarse, en la práctica, con este royalty?
Con ese nivel de impuesto, la recaudación será cercana a los US$ 700 millones al año. Pero considerando que entre 2008 y 2009, las mineras cancelaron por royalty, en torno a US$ 350 millones promedio, en la práctica la recaudación adicional será cercana sólo a US$ 400 millones. Muy poco. Del 2018 en adelante, con el 10%, la recaudación será en torno a US$ 1.200 millones. A valor presente, para ponerla en moneda equivalente, son unos US$ 576 millones. Y entre 2013 y 2017, las mineras pagarán lo mismo que lo que pagaban antes del proyecto, en circunstancias que ese es el período en que se combinarán precios más elevados y mayores ganancias de las mineras.
Por lo tanto, ¿las mineras no deberían estar tan descontentas?
El proyecto del royalty es un mal negocio para el país, pero uno muy bueno para las mineras. Chile tiene por delante cinco a 10 años de precios altos del cobre, sobre US$ 3, y lo que no podemos hacer, en ese período, es congelarlo en una tasa tributaria baja. Se le puso candado por dos lados: por una tributación baja y por la invariabilidad, que al final no se eliminó, sino que sólo se redujo dos años.
¿Cree que las mineras se acogerán a la nueva tributación?
Uno debería esperar una voluntariedad mayoritaria y, efectivamente, yo esperaría que se acojan todas. Que hasta ahora no lo hayan manifestado públicamente, responde, tal vez, a que están confundidas con la tasa de 14%, pero en la práctica esa tasa que define el nuevo rotalty nunca se aplicará.
Pero las mineras sostienen que la tributación que cancela en Chile ya es alta...
En 2008 y 2009, las compañías privadas reportaron utilidades antes de impuestos de unos US$ 12 mil millones cada año. En ese período, repartieron dividendos por casi US$ 17 mil millones, pero pagaron impuestos, incluyendo el royalty, por unos US$ 2.500 millones, es decir cerca del 20%. Esto es sustancialmente más bajo que lo que pagan compañías similares en otras partes del mundo.
Con esta nueva estructura tributaria no se ponen en riesgo ni la inversión ni menos la competitividad del país. Cuando la gente se dé cuenta y se publiquen las ganancias de las mineras, será un tema político todos los años. Va a estar en el foco permanente de la discusión las tremendas utilidades de las mineras y su comparación con lo que van a tributar realmente.
Esta era una buena oportunidad para cerrar este tema.
¿Qué tributación hubiera sido más adecuada aplicar?
Presenté una propuesta alternativa a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, dos semanas antes de la aprobación del proyecto.
Esta consistía en aplicar una sobretasa del 50% de la utilidad extraordinaria que generen las empresas de la gran minería.
Esta utilidad extraordinaria se define como la diferencia entre la utilidad total antes de impuestos y la utilidad normal. Esta última sería la utilidad operacional, que no exceda el 30% de los ingresos por venta. Para no afectar la calidad del negocio ni su rentabilidad, la sobretasa sólo se aplicaba sobre ese 30%, único y parejo para todas las grandes mineras.
Si no se sobrepasaba el 30%, entonces no se aplicaba la sobretasa. Ello implicaba, además, eliminar el impuesto específico, porque la idea era que la sobretasa, al gravar la utilidad extraordinaria, fuera el único impusto especial aplicable al sector.
A los precios actuales, esa propuesta permitía recaudar de US$ 1.300 a US$ 1.500 millones adicionales por año en forma permanente y además, simplificaba la estructura tributaria de las empresas mineras.
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