Desde Lázaro a Lázaro. Respuesta de G.Wielandt a Canto y Balbontin.
Estimada Camarada Marta Canto y Estimado Camarada Ignacio Balbontín:
Agradezco vuestra carta dirigida públicamente a mi persona y quisiera aprovechar esta respuesta para expresarles que comparto plenamente lo planteado por ustedes en ella. Especialmente, en nuestra preocupación por una mejor democracia, por un nuevo modelo de desarrollo económico, por una sociedad más justa y solidaria.
Para ir al grano. Ustedes dicen: “El Quinto Congreso aprobó, por unanimidad, promover una nueva Constitución, precisamente para terminar con las barreras de entrada que tiene el sistema político, respecto de la sociedad. En las discusiones previas a esta decisión, el camarada Ignacio Walker descalificó a quienes sostenían la necesidad de luchar abiertamente por una nueva carta con respaldo nacional y popular. Esto es, precisamente, oponerse a la centralidad de la política”.
1 Más allá de la posición del camarada Ignacio Walker respecto de las resoluciones del V Congreso, el pueblo demócrata cristiano, bien o mal, se pronunció. Creo que cualquier directiva que elija el partido debe someterse obligatoriamente a dichas resoluciones por el bien común del partido. Para los que estemos o estén en los órganos de representación esa tarea será crucial.
2 El camarada Ignacio Walker como presidente del partido deberá acatar plenamente las resoluciones del V Congreso como todos los demás camaradas y como también el camarada Mariano Fernández deberá reconocer la soberanía popular del pueblo hondureño y velar por los derechos humanos de la disidencia cubana y la acogida que el Estado de Chile pueda ofrecer.
3 La centralidad de la política demócrata cristiana yace en primer lugar, en su capacidad de reposicionamiento y reperfilamiento político para volver hacer un partido de representación pluriclasista y pluralista en el campo social y político y de vocación nacional y popular. En segundo lugar, asumiendo lo anterior convocar a la conformación de un gran movimiento nacional por la participación comunitaria tal como lo exige el V Congreso. Tercero, como consecuencia de esto, constituir una democracia cristiana como un partido de centro con identidad de vanguardia socialcomunitaria. Por último, reorganizar y renovar la democracia cristiana para hacer de ella un partido eficaz y eficiente.
Creemos y confiamos en que el camarada Ignacio Walker como presidente del partido no sólo está en condiciones de hacer y lograr aquello, sino que reúne tras de sí a camaradas que quieren apuntar aquello. Nadie gobierna solo en la democracia cristiana. Entonces, me podrán decir con justa razón que el camarada ha emitido ideas neoliberales que se contradicen con lo que he expuesto. Ahí digo, Ignacio Walker como camarada demócrata cristiano como cualquier otro camarada no sólo tiene que estar dispuesto doctrinaria e ideológicamente para aquello, sino que también obligado por la voluntad popular del pueblo demócrata cristiano que lo eligió y que se pronunció por las resoluciones del V Congreso. Por lo tanto, no tenemos por qué dudar de los principios y valores del camarada Ignacio Walker así como tampoco tenemos por qué dudar de los principios y valores del camarada Mariano Fernández en materia internacional.
No se trata de privilegiar la descripción política sobre el contenido y ustedes lo han expresado maravillosamente en los siguientes párrafos: “Como cristianos tenemos pues, que sentirnos especialmente interpelados por la parábola del rico y del pobre Lázaro: “Había un hombre rico que se vestía con ropa finísima y que cada día comía regiamente. Había también un pobre, llamado Lázaro, todo cubierto de llagas, que se tendía a la puerta del rico y que sentía ganas de llenarse con lo que caía de la mesa del rico y hasta los perros venían a lamerle las llagas” (Lucas 16; 19-21).
No sabemos si Lázaro se ubicaba al centro, en la centro-izquierda, o en el centro de la centro-izquierda de la puerta del hombre rico, pero si sabemos que él habitaba el corazón del creador. Éste dijo que sería más fácil que pasara un camello por el ojo de una aguja, que un rico al reino del Señor”. Es muy cierto, la dignidad de Lázaro no depende de la ubicación en un espacio político, sino que de la inspiración humanista cristiana en el caso de nuestro partido. Ahí estamos todos. Nadie sobra. ¿Quién determina quién sobra? Respóndanme.
Para finalizar, seguiré con la fundamentación teológica de nuestras posiciones políticas, pero en esta oportunidad una fundamentación escatológica (de la esperanza). Cristo, nuestro salvador nació en un pesebre, en un lugar pobre entre los pobres. Murió como lo más miserable, pero fue nuestro salvador. María como virgen fue madre, madre de nuestro salvador. Esa dimensión escatológica muestra que la esperanza es esperar algo donde nadie espera que ocurra. Yo espero como humanista cristiano con esperanza de que la próxima directiva nacional salve a nuestro partido y lo lleve al sitial que siempre debió ocupar. Confío que muchos camaradas, pero en este momento Ignacio Walker está convocado con todos nosotros a dicha esperanzadora tarea.
Fraternalmente
Camarada Gonzalo Wielandt
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