SIMCE: SE MANTIENEN DESIGUALDADES. Jorge Pizarro
Cada año, cada vez que se dan a conocer los resultados del SIMCE se genera gran revuelo comunicacional y al menos durante 4 días, la agenda mediática se llena del debate sobre la calidad de la educación chilena, llueven las críticas y las propuestas, pero después todo sigue igual. Eso hasta el año siguiente donde un nuevo informe aparece..........El último Simce si bien revela mínimos avances en lectura en 4º básico, mantiene graves desigualdades educativas que se expresan en las enormes diferencias de puntajes promedio según el nivel socioeconómico de los alumnos. Es decir, seguimos teniendo una buena calidad para algunos y un mal servicio educativo para la mayoría, lo que anticipa un futuro con un Chile desigual e inequitativo.
Quienes queremos que el progreso de este país sea para todos, debemos impulsar con urgencia el cambio de este panorama educativo. No podemos seguir en un debate estéril donde nos inculpamos y buscamos responsables de estos malos resultados en la vereda de enfrente, ni continuar proyectando una imagen de que todo está malo o buscando sacar ventaja comunicacional para ofrecer la solución mágica que remedie esta desigualdad.
Dejemos atrás las mezquindades. Independientemente de quién gobierne o seamos de oposición, la idea es que asumamos juntos que se requieren grandes acuerdos transversales para mejorar la calidad educacional con equidad.
Terminemos de una vez con los diagnósticos y los eslogan simplistas, y reconstruyamos un espacio para el diálogo y el acuerdo educacional con sentido de futuro. Un espacio donde converjan un conjunto de propuestas para mejorar la educación y los aprendizajes de los niños y niñas de las familias más vulnerables. Un lugar donde apoyemos fórmulas para incrementar la subvención preferencial que financia la educación de los alumnos con menores recursos y valoricemos aquellos colegios y profesores que trabajan con un gran sentido republicano esmerándose en innovar en sus metodologías. Un espacio que nos permita seguir mejorando la condicional salarial y social de los profesores y generemos -con esas ideas y otras- una Agenda Pro-calidad educativa del siglo XXI.
El Senado es el lugar natural para construir acuerdos. Mejorar la calidad de la educación es un problema complejo -que no se resuelve ni por decreto ni con operaciones comunicacionales - sino con la generación de políticas públicas consensuadas, debidamente financiadas y con un horizonte de mediano plazo en especial para los niños y niñas que pertenecen a las familias de los sectores vulnerables y de las clases medias que exigen una educación moderna que les dé herramientas para su desarrollo futuro. En este complejo camino, no hay atajos. [+/-] Seguir Leyendo...
Quienes queremos que el progreso de este país sea para todos, debemos impulsar con urgencia el cambio de este panorama educativo. No podemos seguir en un debate estéril donde nos inculpamos y buscamos responsables de estos malos resultados en la vereda de enfrente, ni continuar proyectando una imagen de que todo está malo o buscando sacar ventaja comunicacional para ofrecer la solución mágica que remedie esta desigualdad.
Dejemos atrás las mezquindades. Independientemente de quién gobierne o seamos de oposición, la idea es que asumamos juntos que se requieren grandes acuerdos transversales para mejorar la calidad educacional con equidad.
Terminemos de una vez con los diagnósticos y los eslogan simplistas, y reconstruyamos un espacio para el diálogo y el acuerdo educacional con sentido de futuro. Un espacio donde converjan un conjunto de propuestas para mejorar la educación y los aprendizajes de los niños y niñas de las familias más vulnerables. Un lugar donde apoyemos fórmulas para incrementar la subvención preferencial que financia la educación de los alumnos con menores recursos y valoricemos aquellos colegios y profesores que trabajan con un gran sentido republicano esmerándose en innovar en sus metodologías. Un espacio que nos permita seguir mejorando la condicional salarial y social de los profesores y generemos -con esas ideas y otras- una Agenda Pro-calidad educativa del siglo XXI.
El Senado es el lugar natural para construir acuerdos. Mejorar la calidad de la educación es un problema complejo -que no se resuelve ni por decreto ni con operaciones comunicacionales - sino con la generación de políticas públicas consensuadas, debidamente financiadas y con un horizonte de mediano plazo en especial para los niños y niñas que pertenecen a las familias de los sectores vulnerables y de las clases medias que exigen una educación moderna que les dé herramientas para su desarrollo futuro. En este complejo camino, no hay atajos. [+/-] Seguir Leyendo...
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