La última réplica . Federico Sanchez
Hace unos días viví otro terremoto. Hace unos días tuve la oportunidad de ver algunas de las fotografías del sur de Chile, post tsunami. Un registro que me puso ante una dimensión insospechada por mí de la catástrofe del 27 de febrero…
Al ver las fotos, se está ante la imagen de la devastación más absoluta. Algo así como lo que se siente al ver registros de Hiroshima, después de la bomba atómica. Lo que se ve ahí es una ciudad arrasada, es un caos total, en donde cuesta pensar que allí hubo algo antes, que ¡allí hubo vida! Hacia donde se orientara la cámara se estaba ante una suerte de basural conmovedor…....Y entonces comenzó la réplica, mi réplica.
Al ver los escombros, al ver las playas, esa contaminación, ese bordemar, caí en la cuenta del otro desastre, del que no hemos hablado, del ambiental.
El impacto a nivel ecosistema es algo que no ha sido, siquiera, asumido, y a juzgar por las imágenes, ¡es de un alcance brutal!
Pocas veces he visto un sistema tan vulnerado, en que, honestamente, no sabría por dónde empezar…
Está bien, entiendo que hay urgencias, que las mediaguas, que las escuelas, hospitales, que los puentes y caminos… Pero nada de lo anterior tendrá destino si no abordamos el problema de fondo, el ecológico (no hay que olvidar que eco se refiere a casa). Este problema trasciende por mucho a la reconstrucción física a nivel de infraestructura, equipamiento y otras yerbas, esto es un problemazo de envergadura mayor en el que deberían contemplarse asuntos ligados a la ¡constitución del paisaje como propuesta!
Ésta es una oportunidad sin igual para que el flamante Ministerio del Medio Ambiente entre en escena "en gloria y majestad". Ésta es la oportunidad para definir políticas en referencia al territorio, su distribución, explotación y conservación.
En fin, ésta es una oportunidad para reflexionar y determinar si es apropiado hablar de "reconstrucción", o francamente plantearnos ante el desafío de la "construcción" de un Chile nuevo... y mejor. [+/-] Seguir Leyendo...
Al ver las fotos, se está ante la imagen de la devastación más absoluta. Algo así como lo que se siente al ver registros de Hiroshima, después de la bomba atómica. Lo que se ve ahí es una ciudad arrasada, es un caos total, en donde cuesta pensar que allí hubo algo antes, que ¡allí hubo vida! Hacia donde se orientara la cámara se estaba ante una suerte de basural conmovedor…....Y entonces comenzó la réplica, mi réplica.
Al ver los escombros, al ver las playas, esa contaminación, ese bordemar, caí en la cuenta del otro desastre, del que no hemos hablado, del ambiental.
El impacto a nivel ecosistema es algo que no ha sido, siquiera, asumido, y a juzgar por las imágenes, ¡es de un alcance brutal!
Pocas veces he visto un sistema tan vulnerado, en que, honestamente, no sabría por dónde empezar…
Está bien, entiendo que hay urgencias, que las mediaguas, que las escuelas, hospitales, que los puentes y caminos… Pero nada de lo anterior tendrá destino si no abordamos el problema de fondo, el ecológico (no hay que olvidar que eco se refiere a casa). Este problema trasciende por mucho a la reconstrucción física a nivel de infraestructura, equipamiento y otras yerbas, esto es un problemazo de envergadura mayor en el que deberían contemplarse asuntos ligados a la ¡constitución del paisaje como propuesta!
Ésta es una oportunidad sin igual para que el flamante Ministerio del Medio Ambiente entre en escena "en gloria y majestad". Ésta es la oportunidad para definir políticas en referencia al territorio, su distribución, explotación y conservación.
En fin, ésta es una oportunidad para reflexionar y determinar si es apropiado hablar de "reconstrucción", o francamente plantearnos ante el desafío de la "construcción" de un Chile nuevo... y mejor. [+/-] Seguir Leyendo...
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