lunes, enero 04, 2010

Apurar el paso para triunfar. Por Myriam Verdugo y Gonzalo Rovira.

Varios días han pasado desde que los chilenos y chilenas nos entregaran un fuerte mensaje político dirigido a todos y todas. No sólo a la Concertación, sino en general a quienes participamos en política. Pese a ello, muchos han continuado actuando como si nada, absortos en el día a día, incapaces de asumir el claro mensaje: reconocer errores, abrir reales espacios de participación, dar señas de jubilar a quienes se convirtieron en símbolos de la administración del poder por el poder, y hacer gestos concretos que den cuenta de que el futuro gobierno incorporará a esa gran mayoría que quiere cambios y no quiere a la derecha.
Seguimos luchando, conversando, abriendo puertas, creando puentes para dar una oportunidad al programa de gobierno más progresista elaborado por la Concertación de Partidos por la Democracia, desde su creación a finales de la década de los 80, considerando que incorpora, además, los doce acuerdos adoptados con la izquierda.Éste propone terminar con la municipalización de la educación; habla de nacionalizar los cursos de agua; habla de un nuevo código del trabajo que impida los abusos con los y las trabadores/as; un sistema de negociación colectiva, organización sindical y huelga orientado hacia una relación laboral más equilibrada, que termine definitivamente con los últimos resabios del plan laboral implantado en los años ochenta; reforma tributaria que aliviane la carga de la clase media y suba los impuestos a las empresas, que son los más bajos ¡del mundo!!!; un seguro estudiantil para quienes cursen la educación superior y sus padres pierdan el empleo; seguro para la clase media en caso de perder el empleo, para que sus viviendas no sean rematadas y royalty a la minería, son cambios reales, profundos, que debieran motivar a una ciudadanía molesta, aburrida de los que se han repartido el poder, sin escuchar a la gente, algunos de los cuales han actuado con una soberbia superlativa durante los últimos años. Estos son poderosos argumentos que nos permiten formular un llamado a la ciudadanía a apoyarnos en la segunda vuelta y, juntos, lograr el cumplimiento de este ambicioso programa.
Los romanos creían que al decir las cosas salvaban su alma, nosotros creemos que no basta con decir las cosas, pues debemos apurar el tranco. Si bien la concertación tiene logros importantes, también tiene inmensas deudas; hemos dicho que sus partidos se convirtieron en organizaciones clientelistas y sin ideas, y porque lo hemos dicho podríamos quedarnos tranquilos afirmando que hemos salvado nuestras almas. Pero eso no nos basta. Hoy debemos agotar los esfuerzos no sólo por lograr que este programa de gobierno pueda ser llevado a cabo, sino también por lograr que cada uno de los chilenos y chilenas asuma con responsabilidad ser sujetos de un cambio profundo y real, un cambio que no es posible materializar bajo un gobierno de derecha.
Es momento de decisión. Es un punto de quiebre, con la renuncia de los presidentes de partidos de la concertación, se comienza a asumir las responsabilidad frente a nuestro pueblo. Hemos declarado que Eduardo Frei es nuestro candidato, hoy lo llamamos a que rompa los esquemas, a que se atreva. Tenemos confianza en que, por este camino, los demócratas ganaremos el próximo 17 de enero.
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