Transparencia total. Francisco Cumplido

En los últimos tiempos han sido condenados por los tribunales de justicia funcionarios y autoridades públicas y particulares por delitos que castigan la corrupción y el fraude al Estado. Se han denunciado casos de atentados a la libre competencia; ha habido confesiones de empresarios. Se ha propuesto tipificar nuevos delitos y aumentar las sanciones.

Mis investigaciones académicas de más de 30 años en ciencias sociales, particularmente en "ley y sociedad" y, especialmente, en la función del derecho en el cambio social, han demostrado que lo primordial es estructurar instituciones que permitan prevenir tales conductas reprochables, mediante procedimientos expeditos y oportunos, efectuados por personal idóneo, independiente, remunerado con justicia, en número suficiente para cumplir eficientemente su cometido. Las sanciones penales son el último recurso con que cuenta la sociedad para asegurar una convivencia en paz, libertad, justicia y probidad, y opera cuando el hecho se ha consumado.

Uno de los obstáculos para el éxito de la prevención es el secreto, tanto en la actividad pública como en los negocios privados. Toda la acción del Estado debe ser transparente, informada a la ciudadanía, para que en una democracia exista el control público, sin excepciones. Así, también en materias de seguridad exterior e interior, que requieren una reserva necesaria, puede estructurarse un control por una comisión especial de la Cámara de Diputados, bajo severas sanciones en caso de revelarse tales secretos.

Asimismo, en cuanto a los negocios privados, es indispensable para una adecuada transparencia poner término al secreto bancario y al secreto tributario, aprobando una ley interpretativa de la Constitución sobre la materia, lo que, además, contribuirá a la investigación y sanción del lavado de dinero, del narcotráfico y de la delincuencia que estimulan.

Francisco Cumplido Cereceda
Rector de la Universidad Miguel de Cervantes

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