Primarias: ¿socialistas en libertad de acción? . A.Cortez Terzi.
Si el PS no cuenta con candidato propio para las primarias, no puede hacer de Lagos su candidato partidario, pues Lagos es el líder de un subconjunto rival al PS. Pero, puesto que Lagos dispone de algunos apoyos socialistas, lo que parece más adecuado, menos conflictivo y más digno para el PS es declarar en libertad de acción a su militancia en el evento de las primarias.
La marcha de los acontecimientos sigue indicando que José Miguel Insulza no participará en las primarias de la Concertación. Tal realidad dejaría al PS en una situación inédita, compleja, delicada y, sobre todo, forzado a tomar decisiones en las que se entremezclarían o deberían entremezclarse dosis de “dramatismo” con dosis no menores de audacia. En efecto, sólo en apariencia tendría una salida fácil: plegarse a la hamletiana e hipotética candidatura de Ricardo Lagos. Pero, amén de otras cosas, eso significaría someterse pasivamente a las maniobras de imposición factual que han desarrollado fracciones del PPD y del laguismo y una virtual rendición a una concepción y estilo político que menosprecia los partidos y que entraña un paso más hacia una suerte de consagración de visiones y prácticas políticas elitarias y oligarquizantes al seno de un cada vez más difuso “progresismo”.
También podría parecer una opción simple, al menos para salir del mal rato, levantar la candidatura de Jorge Arrate. Pero, hasta donde se vislumbra, esa sería una alternativa muy artificial. Jorge Arrate no convoca a la mayoría socialista ni tampoco es un liderazgo ciudadano, a la manera que lo fue Michelle Bachelet. Por consiguiente, su proclamación haría más evidente la debilidad relativa del socialismo y aportaría a incrementar el cuadro de desorientación interna.
Sin Insulza y sin otra precandidatura competitiva, dilucidar el dilema o encrucijada en la que se encuentra el socialismo requiere de ejercicios analíticos y político-históricos que sobrepasen las miradas puramente contingentes o que observan los escenarios con ojos burocráticos e inertes.
Un primer ejercicio de tal naturaleza consistiría en asumir que, en el asunto de las precandidaturas, no todos están buscando, con verdadera convicción, un presidenciable. No son pocos los que, sin ninguna fe en el éxito presidencial, piensan en candidaturas funcionales a las elecciones parlamentarias. Es decir, no están pensando en un futuro Presidente sino en un buen “jefe de campaña” parlamentaria. (No por nada los más interesados en lanzar a Lagos son los parlamentarios del PPD)
Pero, sin duda que, para los socialistas, lo más importante a sopesar analíticamente concierne a la relación lineal que se ha hecho entre adscripción partidaria a la socialdemocracia y obligatoriedad de constituir subpacto entre los partidos que profesan tal adscripción, a saber, el PRSD, el PPD y el PS. Subpacto que, a su vez y por tal condición, estaría obligado a oponerle a la DC un solo candidato en las primarias.
Hace rato que la socialdemocracia –en todas partes- es una ideología y una fuerza disímil y conceptualmente conflictuada (en momentos bastante livianita, intelectualmente) y que, en muchos casos, se sostiene más por el peso de las tradiciones partidarias y nacionales que por cuestiones de orden claramente conceptuales.
En Chile nadie podría decir que hay definiciones “duras” y suficientemente compartidas entre los partidos mencionados que permitan hablar de un “bloque socialdemócrata” y que posea, además, una identidad categóricamente distinta y distante del socialcristianismo criollo.
Pongámoslo de otra manera: no hay razones doctrinarias, programáticas ni políticas que autoricen para negarle al PDC chileno una gran cercanía a los amplios márgenes que delimitan lo que en la actualidad es calificable como socialdemocracia.
En consecuencia, hoy en Chile lo del “pacto socialdemócrata” es un asunto artificial y artificioso sin más antecedentes que los que otorga la lógica política electoral y los intereses de fracciones y caudillos.
Y un último ejercicio intelectual al que deberían someterse los socialistas dice relación con lo siguiente: Chile está exigido de dar pasos hacia la apertura de un nuevo estadio de desarrollo y modernidad. Pasos que incluyen a las culturas políticas. Los partidos –especialmente de la Concertación- no pueden esperar mucho más para plasmar procesos reconstructivos relevantes.
Ahora bien, lo que ya se visualiza es que tanto en lo que respecta a imaginario de una nueva etapa de sociedad como en lo que se refiere a reconstrucción político-cultural de los partidos, el PS va a encontrar más coincidencias con el PDC que con el PPD y el laguismo. Básicamente, porque estos dos últimos cuerpos tiene concepciones eurocentristas, modales, unidimensionalmente modernas, tecnocráticas y mediáticas de la sociedad y de la política. Es decir, contrarias y hasta antagónicas a las matrices político-culturales históricas del PS y del PDC.
En definitiva y dicho con peras y manzanas: si el PS no cuenta con candidato propio para las primarias, no puede hacer de Lagos su candidato partidario, pues Lagos es el líder de un subconjunto rival al PS. Pero, puesto que Lagos dispone de algunos apoyos socialistas, lo que parece más adecuado, menos conflictivo y más digno para el PS es declarar en libertad de acción a su militancia en el evento de las primarias.
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