Estimado camarada Marcelo Trivelli. Manuel Roman.

Soy uno de los que cree y adhiere a tu postulación como candidato a la Presidencia de la República. Sé que algunos piensan que eso es una “locura” y, por eso, quiero hacer presente algunos elementos de nuestra DC.
Esta “locura” es como la película “Hombre mirando al Sudeste”, donde los encerrados en el nosocomio dan una muestra de verdad sin adornos y son capaces de decir lo que sienten. Esto, pareciera ser el gran temor de quienes se autocalifican de “sanos” y es la justificación para encerrarlos. En esta película argentina, el “loco” más cuerdo fue capaz de crear una comunidad, construir una gran orquesta con todos sus “hermanos de ruta” y presentarse en público, dejando una interrogante en los asistentes: ¿quiénes eran los insanos?, ¿los que construyen, a pesar de las dificultades, o los que, declarándose “sanos”, caminan libres, pero solos y erráticos”.

Marcelo, somos de una misma generación y con una escuela humana, social y política de muchas similitudes. Pertenecemos a la misma raíz política de aquellos que en sus inicios también fueron calificados de locos soñadores. Esa locura humanista y cristiana que tiene sueños de un mundo mejor, siempre ha debido enfrentar a algunos que quieren erradicarla o tomarla como propia. Lamentablemente, el anquilosamiento político de la propia DC ha facilitado la situación actual en que nos encontramos.

A tu locura me adherí, porque necesitamos acogernos en la diversidad, dialogar y alcanzar acuerdos que favorezcan nuestra causa humanista cristiana y, juntos, conformar un sólo bloque monolítico para enfrentar nuestra tarea de frente a la sociedad. Esta forma de reconocernos como hermanos, a pesar de las dificultades, no se ha perdido y esa es tu gran fortaleza, cuando cada día retrocede el sentido de comunidad y se asienta el individualismo. Me gusta tu capacidad de decir, “yo quiero y me siento con la capacidad de optar a la Presidencia”, cuando la honestidad y el valor para decir lo que se piensa se va perdiendo.

Tu preocupación por el ámbito de la juventud también ha sido demostrada en tu dedicación a preparar jóvenes líderes, desde la Fundación Semilla que diriges junto a un equipo que no supera los 30 años. Asimismo, has hecho un gran aporte defendiendo los derechos humanos, cuando junto a tu esposa caminas por las calles de todo Chile, protestando y haciendo conciencia del femicidio y los derechos de la mujer.

El medioambiente es otra temática de la cual te has hecho parte, rechazando que se siga depredando nuestra naturaleza con la instalación de las represas en Aysén. Te leído igual, cuando manifiestas tu preocupación por una economía y un mercado que no está al servicio del hombre y cuando llamas a la urgente necesidad de potenciar los micros, pequeños y medianos empresarios, por medio de mejores condiciones de acceso al crédito, a la asociatividad y la ayuda mutua, a través de la organización cooperativa de la sociedad en todos los planos: económicos, sociales y culturales.

En lo que se refiere a la Democracia Cristiana, me adhiero también a tu intención de hacer respetar los acuerdos aprobados por amplia mayoría en el V Congreso Ideológico del Partido y, por supuesto, comparto plenamente lo que has dicho, sobre democratizar a la DC con “más democracia” y dejar volar nuestros sueños, en el marco de los valores básicos de la verdad y la honestidad, que dolorosamente hemos ido perdiendo.

Si este proyecto es catalogado de una locura, ¡viva la locura!. ¡Viva un DC inspirada y dispuesta a trabajar para recobrar el camino perdido, sus raíces y alcanzar el sentido de comunidad perdido!. Esta es la labor que todos y cada uno de nosotros los democratacristianos debe tener como prioridad.

Por todo esto, invito a todos mis camaradas a caminar por la senda que tú, Marcelo, has marcado con firmeza. Una senda de perseverancia, constancia, esfuerzo, audacia, fortaleza y entrega, que tiene por objetivo revitalizar la verdadera DC que Chile y su gente merecen, para un mejor futuro.
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