domingo, noviembre 30, 2008

Opiniones de Aylwin . Gabriel Valdes.


Señor Director:

En una edad tan respetable y bajando de un pedestal histórico de Presidente, el señor Patricio Aylwin, en entrevista concedida el 23 de este mes, formula opiniones que no puedo aceptar. No hay razón alguna para que yo deba perdonar.

Está ya escrito en la historia que fue elegido presidente de la Democracia Cristiana en votación mayoritaria, pero también es cierto que poco tiempo después de esa votación se descubrió, por personas que merecen fe, varios miles de votos que habrían cambiado las cifras, porque estaban preparados en la oscuridad. Esto se llamó "Carmengate". A algunos les gusta esta operación para lograr controlar poderes políticos, y tienden a repetirla.

Invocando la verdad, debo referirme a la frase final que dice: "Además, con todo el respeto que me merece Gabriel, él estuvo la mayor parte de la dictadura en la ONU, mientras nosotros estábamos aquí en la pelea de todos los días".

Salí de Chile en 1971 designado subsecretario general de Naciones Unidas. Aunque tuve amenazas de muerte en ese país, traté con pasión de ayudar a los exiliados y buscar puntos de unión entre personas que pensaban distinto.

En 1981 vine a Chile. Sostuve largas conversaciones con Eduardo Frei, quien me pidió que volviera a hacerme cargo del partido porque estaba desecho y sin conducción. Llegué a Chile el día de la muerte del ex Presidente y poco tiempo después fui elegido presidente nacional del partido en votación universal y secreta.

En 1982 fundé el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), viajé por el país, llamé a protestas, fui dos veces a la cárcel, en una de las cuales estuve incomunicado, sufrí yo y mi esposa malos tratos, organicé la Alianza Democrática, y así en los casi seis años de presidencia logré unir y movilizar a los que querían la libertad.

Terminé preparando en el CED el programa de gobierno y trabajando en el plebiscito.

Esos años no los olvido. Son la mejor parte de mi vida y, como siempre, la verdad tendrá su hora.

GABRIEL VALDÉS SUBERCASEAUX

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