miércoles, octubre 08, 2008

Perspectivas estratégicas . David Herrera.

La definición del Candidato Presidencial
Octubre de 2008 puede ser el mes en que se produzca una inflexión en las tendencias políticas predominantes, en donde, hasta ahora, vemos una derecha esperanzada en desalojar a la Concertación del poder y en una coalición democrática que trastabilla por el desprestigio, la falta de liderazgo, y la mala conducción gubernamental.
Un triunfo de la Concertación en las municipales entre el 45 al 47%, entre 7 y 10 puntos de distancia a la alianza, es un golpe anímico potente y una real amenaza a la percepción triunfalista de la Derecha. Esta hipótesis si ocurre es solo posible por el esfuerzo de los partidos, pues por primera vez el gobierno no aporta nada extra en cuanto a gestión.
Por partido entiendo a los candidatos y a las aun vigentes estructuras partidarias de base e intermedias aun vigentes pese a casi veinte años de descuidos y auto desprestigio.
Sin embargo, nadie puede clavar la rueda de la fortuna, y hoy a menos de un mes de las elecciones municipales, dos vectores comienzan a influir en la definición presidencial:
1) la percepción concertacionista de que se va a ganar la municipal con mejores resultados que los que se pronosticaban al principio de la contienda electoral.
2) La crisis financiera mundial aparece como un nuevo elemento a considerar y que sin duda fortalece más a la Concertación.
La primera variable va imponiendo, quiéralo o no, la necesidad de que exista un solo candidato presidencial contra Piñera. La idea de la candidatura única va a obligar a aquellas candidaturas poco viables a bajarse rápidamente. Un signo es el inesperado apoyo de un sector del PPD( Girardismo) a Frei, quitando piso a alternativas propias.
En la DC es creciente la percepción que la necesidad de una candidatura única perjudica de sobremanera a Soledad Alvear. De ahí la radicalización del discurso interno y externo de sus seguidores. Hablan de una candidatura hasta el final, que arrasaran con Frei en las primarias internas e incluso, sostienen que la DC debe llevar una lista única de candidatos a parlamentarios.
En cambio, Frei va remontando adhesión interna y externa, al insistir en la candidatura única. Su equipo va tomando conciencia de que es un error insistir en el tema del refichaje, inentendible para el gran electorado Nacional, y que genera la sensación interna de que él se bajaría de la lucha presidencial DC.
Otro dato relevante es que Frei aparece muy jugado en esta municipal, lo que va impactando en cientos de candidatos DC y concertacionistas que agradecen el apoyo transversal de Frei, aumentando la percepción de que él es viable como candidato único.
Soledad Alvear se puede beneficiar de un buen resultado DC sobre el 19%. Si baja de esa cifra debiera dejar la presidencia de la DC, y concentrase en su candidatura presidencial. Debe dejar paso a una mesa de unidad que garantice una definición presidencial interna que no se desborde en una lucha fratricida.
La crisis financiera recesiva que se nos avecina en el horizonte va a cambiar el eje de preocupación del electorado el 2009. La Concertación está probada en materia de administrar mejor estas crisis. La derecha en cambio esta manchada por la insensibilidad social que históricamente a tenido para enfrentarlas.
Piñera se parece mucho a los especuladores de Wall Street, pues su fortuna la consiguió en la bolsa principalmente. Ese es su gran punto débil, agravado por el hecho de que la principal solución a la crisis es la intervención financiera y regulatoria del mercado por parte del Estado, terreno en el cual la Derecha se mueve pésima. Ver como la derecha saca a través de sus medios de comunicación a gente como Buchi, Carlos Cáceres, y otros personajes ligados a una solución económica de la crisis de 1982, causa escalofríos.
Además, hace que nos acordemos que una de las medidas aplicadas fue eliminar el reajuste de la pensiones a nuestros viejos, por lo que la derecha puede caer en la vieja receta neo liberal cuando el mundo se mueve hacia la protección social en medio de la crisis.
Es en este contexto, que la Concertación tiene una gran chance de imponerse en el debate electoral del 2009, insistiendo de que nuestro fuerte es el liderazgo en la crisis y nuestro mejor desempeño en proteger a las clases medias y los sectores populares de una crisis económica que una Derecha insensible, proclive a la desregulación de los mercados, e incapaz de ponerse en el lugar de los desprotegidos por la contingencia económica.
Un corolario de esta estrategia es, que entre nuestros precandidatos concertacionistas tenemos dos ex presidentes (Lagos y Frei) y dos fuertes ex ministros de Estado (Alvear y Insulza), contra un ex senador y especulador financiero como candidato principal de la Alianza.
Si la Concertación define rápidamente su candidato presidencial, a más tardar en Marzo o Abril del 2009, las posibilidades de ganar solo dependerán estratégica y fundamentalmente de cómo se administre electoralmente esta variable económica, y no de temas como el Transantiago o el mal desempeño general del actual Gobierno.
El rol de Ricardo Lagos
En este nuevo contexto Ricardo Lagos puede ser el eje del proceso unitario concertacionista. Si bien Lagos habría renunciado, es difícil creer que un liderazgo como el suyo se vaya realmente para la casa.
Si insiste en su candidatura, poniendo énfasis en ser “el hombre” para la crisis que se nos viene, y no centra su discurso en defender la obra de su gobierno, sus posibilidades aumentan para liderar la Concertación.
Si desiste, lo que debería hacer después de las Municipales, debe ser el articulador de la candidatura única. En este caso no hay anchura para una candidatura alternativa del polo progresista de la Concertación, y debe ser un DC quién en definitiva lidere.
Lagos se convertiría en el gran elector concertacionista, pues como están las cosas al interior de la DC, no es posible que la Concertación mire con indiferencia que las primarias democratacristianas se den en un clima de alta confrontación.
El debe influir para instalar un clima de acuerdo buscando que el candidato que elija la DC viabilice la posibilidad de la victoria el 2009, no solo en la presidencial sino en las parlamentarias. Finalmente, esta tarea supone que el gobierno se haga a un lado y evite su injerencia en la definición concertacionista. Esta es la hora de los partidos y de los liderazgos concertacionistas vigentes.