Retorno a las ideas. Eduardo reyes S.

Amigos, pienso que la política no es posible jugarla sin ideas. Esas ideas difícilmente surgirán del conflicto desmadrado del poder, el que a su vez es el objeto final de la política. ¿Qué digo entonces?, que junto con la lucha por el poder (propiedad casi absoluto del ámbito político), es necesario que quienes estais en ella en el día a día, sean nutridos por las ideas, que no surgen del ámbito político sino de la vida misma, de la cotidianeidad del habitante que lucha por su existencia junto con otros (nuestra querido concepto de "comunidad").
Las personas en busca del sentido de su propia existencia individual y social, especialmente en el seno de las familias, buscan respuestas en las ideas, las que son aportadas por la religión, la ciencia, la filosofía. Es en éstas áreas donde la política debe escudriñar para encontrar los elemenos demandantes de orden que anhelan los ciudadanos.
Por eso es necesario de vez en vez despegarse de la lucha agonal por el poder y mirar hacia dentro y hacia afuera, hasta encontrar, en hombres como nuestros obispos, filósofos y hombres de ciencia, los caminos que se nos han desdibujado en el andar por el gobierno. Conocer los caminos por los que transita la gente común (que no está en el gobierno), que perdió sus empresas y opciones de vida con la crisis asíática, y que hoy vuelven a temer al futuro.
Hay que entregar esos dadores de sentido y satisfactores sociales que nuestros padres fundadores supieron ver y dar conducción para interpretar los sueños de chilenas y chilenos.El V Congreso fue un momento hegeliano para la Democracia Cristiana, en lo que a la Fenomenología del Espíritu se refiere. Sin embargo, lo deshéchamos, como el hijo de ricos que mira y desprecia toda buena dádiva, por sentirse satisfecho y a la vez aburrido y carente de sentido, por el exceso de bienes y poder que le ha dado su existencia.
Qué haremos entonces, lo que de Hansel y Grethel, tratar de buscar el camino de vuelta a casa, desde donde salimos un día, para regresar al Padre y encontrar nuevos sentidos y nuevas propuestas que entregar a Chile.
Eduardo Reyes Saldías