..Aproposito de la carta de Squella.....Fernando Muñoz L.
El MercurioViernes 15 de Agosto de 2008
Miedos de la derecha
Señor Director:
La columna de Agustín Squella ha dado para todo tipo de respuestas irónicas y juegos de palabras.
Sin embargo, nadie se ha hecho cargo de sopesar ni refutar la tesis central del columnista: que la experiencia política central de la derecha chilena contemporánea es el miedo.Hay buenos argumentos para creer que esto es así. Por un lado, la derecha contemporánea nace al fragor de los años 60, y particularmente de las batallas en torno a la Reforma Agraria y la Toma de la Casa Central de la Universidad Católica. En esos momentos, la derecha sintió que el desorden y la subversión del progresismo cristiano primero y marxista después penetraron sus instituciones centrales: el latifundio, la universidad y la Iglesia.
Por otro lado, el proyecto institucional con el que se identifica desde entonces, la democracia protegida, hace carne la necesidad de contar con un protector contra el conflicto y, hoy, contra la competencia política. El sueño institucional de la derecha es que el sistema binominal, el Tribunal Constitucional y el Banco Central reduzcan los espacios de conflicto y la protejan de sus temores.
La derecha chilena sólo se reconciliará con la democracia plena cuando se haga cargo de sus temores y sea capaz de reflexionar sobre ellos sin negaciones.
Fernando Muñoz L.
Miedos de la derecha
Señor Director:
La columna de Agustín Squella ha dado para todo tipo de respuestas irónicas y juegos de palabras.
Sin embargo, nadie se ha hecho cargo de sopesar ni refutar la tesis central del columnista: que la experiencia política central de la derecha chilena contemporánea es el miedo.Hay buenos argumentos para creer que esto es así. Por un lado, la derecha contemporánea nace al fragor de los años 60, y particularmente de las batallas en torno a la Reforma Agraria y la Toma de la Casa Central de la Universidad Católica. En esos momentos, la derecha sintió que el desorden y la subversión del progresismo cristiano primero y marxista después penetraron sus instituciones centrales: el latifundio, la universidad y la Iglesia.
Por otro lado, el proyecto institucional con el que se identifica desde entonces, la democracia protegida, hace carne la necesidad de contar con un protector contra el conflicto y, hoy, contra la competencia política. El sueño institucional de la derecha es que el sistema binominal, el Tribunal Constitucional y el Banco Central reduzcan los espacios de conflicto y la protejan de sus temores.
La derecha chilena sólo se reconciliará con la democracia plena cuando se haga cargo de sus temores y sea capaz de reflexionar sobre ellos sin negaciones.
Fernando Muñoz L.
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