viernes, agosto 15, 2008

¿AMNESIA O CONVENIENCIA.....? Manuel Roman.

Mientras escuchaba una entrevista al presidente de RN, en radio Universidad de Chile, quien con desparpajo, hablaba de la amnesia de las personas en su relación con la política, traté de definir este concepto: “amnesia es la pérdida de la capacidad de recordar y recuperar información almacenada con anterioridad”. Sin ser experto, puedo reconocer la amnesia cultural, la que forma parte de nuestra idiosincrasia. Cuando nos conviene recordamos absolutamente todo y la no conveniencia nos afecta de manera sorpresiva y nos volvemos gravemente amnésicos. En política, la amnesia, es común y constante, la facilidad de ser atacados por sintomatologías amnésicas de algunos personajes es impresionante. La derecha de este país sufre amnesia severa, olvidó que estuvieron protegidos por uniformes y fusiles para implementar todo su proyecto capitalista neoliberal; violaron los derechos humanos, donde ellos fueron actores y espectadores; todos los problemas políticos y sociales que enfrentamos hoy, tienen un origen, donde los actores principales son ellos y la epidemia de amnesia les hizo olvidar ¿amnesia o conveniencia?
La concertación lamentablemente se contagió, olvidaron las promesas y convocatorias en plena dictadura para alcanzar la democracia participativa, solidaria, representativa; se olvidaron que rechazaban la educación municipalizada, las AFP, las ISAPRES; las exigencias de respeto por los reclamos de la sociedad civil; se olvidaron de reconstruir el tejido social; se olvidaron que gobiernan en representación del pueblo; se olvidaron que la clase media es el motor principal de nuestro país; se olvidan de la palabra empeñada. En definitiva se olvidaron que la opción de actuar en política es servir a las personas, la comunidad y la sociedad civil. ¿amnesia o conveniencia?
La DC no escapa a esta amnesia colectiva que afecta y ayuda a destruir la política; se olvidaron de la palabra lealtad y compromiso, porque la palabra se cumple; se olvidaron de la opción cristiana de servir; se olvidaron que el trabajo en comunidad, solidario y participativo, constituyen la base de nuestra forma de hacer política; se olvidaron de los jóvenes que fue la base fundamental del crecimiento político del partido desde la Falange; de los adultos mayores a pesar que la militancia promedio está sobre los 50 años de edad; se olvidaron que el sustento de los representantes públicos está en la militancia, adherentes y la ciudadanía; se olvidaron de resolver de cara al pueblo, tomando resoluciones entre cuatro paredes; se olvidaron del gran trabajo de la militancia para llegar a las conclusiones ideológicas y programáticas del V Congreso y hoy está pasando al olvido su implementación; se olvidaron que la propuesta política Humanista Cristiana es viable y está vigente en el mundo de hoy. ¿amnesia o conveniencia?
Se olvidaron que hay un camarada que se acogió a la vocación democrática, comunitaria y de participación, indispensable y fundamental en nuestro partido. Este camarada se presentó ya hace un tiempo como precandidato presidencial y hoy se esfuerza para hacer conciencia en el PDC, para que éste vuelva a su centro, a sus raíces, para enfrentar el presente y mirar el futuro a partir de lo bueno que hemos construido en Concertación, rectificando o eliminando lo malo heredado por la dictadura o defectos de la propia coalición; fortaleciendo el trabajo en comunidad junto a la sociedad civil, porque está convencido que el pueblo, es el que debe estar presente en todas y cada una de las tareas del PDC. El nos invita a volver a tomar el camino Cristiano, Humanista Cristiano, Comunitario, importante y vigente en un mundo que se cae a pedazos por la irresponsabilidad de aquellos que tienen memoria de corto alcance más aquellos, pocos, que acaudalan poder y riqueza Este camarada que se ATREVE, a pesar de estar olvidado por la cúpula de poder interno, tiene nombre y se llama MARCELO TRIVELLI. Este camarada no quiere contagiarse de amnesia pues ésta nos impide soñar y perseguir nuestros sueños; nos impide centrar nuestra discusión en los valores y principios cristianos a favor de los millones de chilenos y chilenas por quienes como servidores públicos nos debemos y por quienes debemos ser capaces de mirar y construir futuro.