domingo, julio 20, 2008

REFLEXIONEMOS Y RECUPEREMOS LAS RAICES III MRoman.

Las raíces son las que permiten a las plantas anclarse al suelo, absorben el agua y nutrientes necesarios para su crecimiento, desarrollo y sobrevivencia; acumula las reservas indispensables para vivir en los momentos difíciles y evitar morir. Contribuyen a la formación de suelo con capacidad de disolver, incluso, piedras; es más, las raíces se entrelazan con otras de la misma especie, poniendo en común los recursos hídricos y nutritivos, que entre las entidades solidarias de la región, las raíces y la unión de raíces, permiten que una planta gravemente herida pueda sobrevivir, resistir las erosiones de los suelos; los estudios del tema han logrado suponer que la unión de las raíces es una ventaja evolutiva y de la proyección de la especie. La naturaleza es sabia, sin embargo el hombre ha permitido la destrucción de la vida, arrancando las cosas de raíz.
Tenemos que buscar los lazos que permitan reencontrarnos con nuestras raíces, retomar el camino de servir a través de la política con una opción preferencial por los más pobres, a partir de reconocer nuestra propia pobreza. Entendiendo que la pobreza, si bien, la económica es la que más se nota, también se debe reconocer la pobreza mental y espiritual, pobreza que lleva a olvidar cual es el principal rol del cristiano en política, y este olvido se hace cómplice de los numerosos pecados sociales existentes en la sociedad.
Un ejemplo de la pobreza política es el trabajo y resultados del V Congreso Ideológico. Se convoco a todos los interesados, por más de un año trabajaron miles de personas, se obtuvo la participación de muchas otras, para obtener su opinión y de este modo alcanzar una visión de cómo la comunidad veía y reconocía a la organización política que invita a los cristianos a servir a través de la política. El entusiasmo de militantes y adherentes cundió, entendiendo que cada paso que se daba nos acercaba a las raíces y permitiría tomar el camino, para enfrentar el Chile de hoy y proyectar la acción política, consecuente con los valores y principios del humanismo cristiano; no creo equivocarme al decir que este trabajo estuvo en la atención de muchos que permanecían expectantes y con esperanza de una salida del ostracismo político o mejor dicho de terminar con la política de oficina. Más aún, romper con la actual industria de la política, que ha convertido a cada organización política en un negocio, adherida a un centro comercial. Los resultados fueron categóricos, el consenso, la unanimidad y los acuerdos mayoritarios fueron elocuentes; sin embargo el trabajo, el esfuerzo desplegado ha quedado en la nebulosa, porque la puesta en marcha de los resultados del V Congreso Ideológico, para quienes han optado por mantener el sistema político de mercado heredado les sería un mal negocio. En este contexto, de la industria de la política, se podría deducir que fue un golpe de efecto promocional y publicitario, con la intención de recordar la marca de un producto en el mercado.
Lo anterior permite deducir que se utilizo de mala forma lo que esta presente en cada consciente y subconsciente o simplemente en la esperanza de militantes, adherentes y simpatizantes que ven en la Democracia Cristiana la vanguardia social comunitaria que puede encabezar los cambios en el país para una mayor equidad económica, social, cultural y política. Entonces es necesario que aflore en nosotros la necesaria convicción de volver a nuestras raíces, unirnos en función de poner en común nuestros nutrientes y de este modo alcanzar la fuerza necesaria que nos permita evolucionar y salir de la maraña en que nos encontramos, construir suelo fértil donde estas raíces puedan dar sustento al renacer de la Falange de Cristianos sirviendo al hombre y la sociedad a través de la política, terminando con los mercaderes de la política.