miércoles, agosto 29, 2007

''El llamado chorreo, fue un derrame de pobreza, desempleo y exclusión'' ...Ministro argentino Carlos Tomada

Carismático titular transandino de Trabajo dice que el sindicalismo está recuperando el rol que nunca debió perder en América Latina. No cree en la dicotomía entre calidad de trabajo y cantidad de éste y afirma que pensar que ''cualquier empleo es mejor que ningún empleo, deriva en conclusiones absurdas''. El carismático ministro del Trabajo de Argentina, Carlos Tomada, ya ha venido varias veces a Chile. Amigo de su par chileno, Osvaldo Andrade, suelen debatir sobre las realidades laborales de sus respectivos países, aunque él lo hace desde una nación que tiene un 36% de sindicalización, mientras que Chile cuenta con una tasa menor al 10% de la fuerza de trabajo. Frecuentemente lo traiciona ese carácter tan propio de algunos argentinos, que le hace decir siempre algo muy cercano a lo que está pensando. A la hora de autodefinirse, se presenta como "un hombre de las relaciones laborales y las negociaciones colectivas, desde hace muchos años". Acaba de anunciar en el país trasandino un aumento del 40% promedio de las asignaciones familiares -que beneficia a 3.000.000 de hijos de trabajadores y a 110 mil jubilados y pensionados- a partir de septiembre y aunque acusan a la administración de querer influir para las próximas elecciones transandinas, él no parece preocuparse de esas críticas. Y el anuncio lo hizo al lado del ministro de Economía (Hacienda) trasandino, Miguel Peirano, y al secretario general de la famosa CGT, Hugo Moyano. "Hemos aprendido durante los últimos años en los países de la región que los crecimientos económicos y sus posteriores supuestos derrames, conducían a derramar pobreza, desempleo y exclusión. Ha llegado el tiempo de que asumamos claramente de que sólo si articulamos las políticas económicas y sociales en dirección al objetivo empleo, vamos a empezar a tener resultados válidos para la gente", recalca. El siguiente es el diálogo que sostuvo Tomada con El Mostrador.cl y otros medios, en el contexto de un evento de análisis laboral desarrollado en la sede de la OIT en Santiago. - ¿Cómo se ve el derecho a sindicalizarse en la región?- La región no ha estado ajena a un proceso de desindicalización en los últimos años pero que, sin embargo, al calor de estos nuevos vientos que recorren a América Latina, hoy el sindicalismo en general vuelve a ser un protagonista social. Esto no se puede rescindir de esta idea de la resignificación del trabajo y para que haya fortalecimiento sindical, tiene que haber recuperación de la presencia del trabajo como factor de inclusión social. "En el debate político o académico de los últimos años parecía ser más relevante o más pertinente la discusión sobre políticas sociales o cuán universales debían ser los distintos sistemas de protección social. Me parece que hoy hay una vuelta a la presencia del crecimiento económico con inclusión social, para todos, lo cual implica mejoras en la distribución del ingreso y necesariamente ese proceso conduce a una revitalización de la acción sindical. Esto se está dando en todos los países de la región", dice Tomada. "Esta mayor presencia del sindicalismo se da en la calle y en el dialogo; en el reclamo y en la búsqueda de consensos y la negociación colectiva vuelve a ser un instrumento relevante en la regulación de los derechos laborales y salariales", enfatiza. - Una parte de estos esfuerzos de mayor equidad social tienen que ver con el diálogo social, pero otra parte tiene que ver con políticas públicas. ¿Qué enseña la experiencia internacional sobre temas como el salario mínimo, los diferentes esquemas de negociación colectiva, por empresa, por área?- Lo que me parece que demuestra la experiencia internacional es que cuando la negociación colectiva se quiere centrar desde la ley en un sólo nivel, no da las respuestas adecuadas y lo mejor es que se dé en todos los niveles posibles, que además no son contradictorios. Digo, desde el nivel máximo de agregación como puede ser un Consejo del Salario, hasta la negociación por actividad, que atiende a determinadas características propias de esa actividad, pero que no excluye la negociación por empresa, que pone el foco en los niveles de productividad, la organización del trabajo en esa empresa. Todos los niveles son compatibles y redondeando en un concepto, no es bueno que sea solamente en un nivel, cuando más niveles haya, mejor... Frente a críticas que hablan de que los gobiernos democráticos latinoamericanos se han demorado demasiado en favorecer la inclusión social, incluida en épocas de bonanza económica, Tomada dice que ello es natural. "Durante 30 años estos temas de que estamos hablando hoy no se hablaban, el salario era simplemente costo y lo único que importaba era la renta financiera y no la producción. Dar vuelta el proceso que durante 30 años significó inexorablemente debilidad de los sindicatos, generación de desempleo, etc. requiere tiempo...", apunta.