lunes, junio 25, 2007

Reflexiones al pasar...Gabriel de Pujadas.......

Frente a los hechos recientes en relación a la posición que debe tener el Partido frente a dos temas fundamentales, como lo son las Pymes y el Transantiago, me permito recordar dos acuerdos fundamentales de la ultima Junta Nacional , autoridad colegiada máxima de nuestro Partido, y que deben ser respetados, no teniendo el Consejo Nacional autoridad suficiente para cambiarlos, aunque esta sea la voluntad de alguna mayoría circunstancial .
SÉPTIMO:La Democracia Cristiana, a raíz de la crisis que ha significado Transantiago y sus negativos efectos sociales y económicos, propone al Gobierno un cambio al modelo de transporte de pasajeros, mediante la creación de una empresa pública que complemente la actividad de transporte urbano de pasajeros que efectúa el Estado a través del Metro.
OCTAVO:Frente a la creciente y preocupante concentración económica y a la situación de desmedro en que se encuentran muchas micro, pequeñas y medianas empresas, estimamos urgente redefinir la política de fortalecimiento y desarrollo productivo de las mismas, abordando, junto con los problemas de financiamiento, la generación de mecanismos de participación en los mercados adecuados a sus realidades. El nuevo estatuto para la Pyme que prepara el gobierno, debe considerar la designación de una autoridad o instancia que asuma este tema con dedicación absoluta y exclusiva.
La Junta Nacional escuchó los planteamientos vehementes que sobre esta útlima materia hizo el Presidente del Senado, camarada Eduardo Frei R-T, en orden a crear una empresa pública. ¿Que pasó con esta posición, cuando la misma fue acordado por unanimidad en el Voto Político acordado? Todo lo que no se mueva en esta orientación es, a lo menos, motivo de dudas o sanción. No se puede borrar con el codo lo afirmado por la boca, pues las palabras quedan más allá de codos y codazos.
Por lo mismo, más vale la pena mirarnos a nosotros mismos en la consecuencia de nuestras decisiones y actos y no rasgar vestiduras por la legitima acción de un Senador que ha sido consecuente con la posición asumida por la Junta Nacional del Partido, al abrir caminos para concretar el acuerdo de dicha Junta, al buscar a los responsables del tamaño error e irresponsabilidad que ha sido el transantiago, con lo cual, además, se muestra fiel y consecuente con el Gobierno de nuestra Presidenta.
Es quizá posible que las formas no sean las más adecuadas y que formalmente haya aparecido votando con la derecha, pero quien ha tenido la voluntad de leer los fundamentos dichos por el Senador Adolfo Zaldivar, para votar como votó, se podrá dar cuenta que éste está muy lejos de ser un senador derechista. Muy por el contrario, encarna, por su lealtad doctrinaria y consecuencia política (no como otros que han probado el plato de porotos) a un verdadero demócrata cristiano. Estola gente lo entiende. Quizá no los políticos tradicionales. Es necesario recordar qye ya en otra ocasión histórica, cuando propuso inscribir los Partidos de acuerdo a la Constitución para vencer a Pinochet, se le tildó de derechista, de reaccionario, de traidos, de no estar al lado del movimiento democrático, etc. En esa ocasión también estuvo sólo. Sólo cuando se logró cristalizar la propuesta del Senador Zaldivar en esa línea estratégica el Partido y la Concertación salió adelante. Por supuesto que los oportunistas que ya conocemos, los denominados tranversales, nunca reconocieron lo hecho por Zaldivar y quedó en el olvido. Hoy, esa mayoría circunstancial, quiere hacer lo mismo con un Senador que para muchos es una muestra de identidad democrata cristiana, de lealtad en serio y en profundidad con este Gobierno de la Presidenta Bachelet y de seriedad republicana.
Tenemos la memoria histórica con fallas neuronales. Es preciso recordar la lucha que dió Zaldivar para salvar del desastre a la Concertación frente a Piñera. Es preciso recordarlo, para que seamos un poco más democratas cristianos. Por eso no concuerdo con lo planteado por algunos que hacen de la disciplina el principal eje de su accionar político y de la preservación institucional. Nuestro Partido, al cual he dedicado mi vida, sólo será grande cuando su disciplina esté fundada en una acción que haga claridad sobre que es ser consecuente en la vida política.
Adolfo Zaldivar debe ir al Tribunal de Disciplina si es llamado (afuera con la retórica de llamarlo Tribunal Supremo), exponer su causa, hablar con la verdad, pero a la vez recorrer el país para visitar a los militantes y explicarle sus razones, buscar los consensos mayoritarios no sólo sobre estas dos materias, sino también sobre otras de las cuales el pueblo chileno quiere tener respuestas claras y precisas. Con esto cumple su responsabilidad militante, le da contenido a la disciplina que debe imperar en nuestra institución y auna las necesidades y esperanzas que tiene nuestro pueblo de un futuro mejor. Con esto construye, crea, hace fuerte la necesidad de cambio y apoya a la Presidenta en su esfuerzo por hacer un buen Gobierno. Con esto da una muestra de grandeza y generosidad que muchos esperamos.
Gabriel de Pujadas H.
Educador