Concertación: descarnada propuesta de analista PS para salir de crisis
Antonio Cortés Terzi, del Centro Avance, desglosa deficiencias en la gestión de Bachelet y el oficialismo, y llama a concentrarse en labor social asumiendo, “cínicamente si se quiere”, una “mala calidad de vida, para asegurarse una mayor sobrevida político-electoral”.
Un cuadro anímico contrastante entre la Concertación y la derecha frente a la próximas elecciones presidenciales, agudizado por las diferencias internas en el oficialismo y las fallas en la conducción desde La Moneda, observa el destacado analista del PS, Antonio Cortés Terzi, al hacer un desglose del crítico momento que vive el conglomerado de gobierno reflejado en el revés del proyecto de ley de depreciación acelerada.
En el artículo, el director ejecutivo del Centro de Estudios Sociales Avance, hace un descarnado diagnóstico del desapego actual entre los partidos del arco iris similar a la propuesta que entrega a modo de tratamiento en pos de mantenerse en el poder.
“Las razones fundamentales que explican la disimilitud de ánimos son, por un lado, la fe de la derecha en un seguro triunfo en la próxima elección presidencial y, de otro, el pesimismo de la Concertación respecto de lo mismo, agravado por la percepción que no puede o no sabe cómo salir de los atolladeros en que se encuentra”, parte diciendo.
Si bien estima que los pronósticos de la derecha, a partir de la ubicación del candidato RN Sebastián Piñera a la cabeza en las encuestas, son “excesivamente optimistas” por anticipados y por basarse “en demasía de la posibilidad que la Concertación y el gobierno sigan cometiendo errores graves”, el investigador se concentra en las fallas del oficialismo.
Al considerar supuestas “limitaciones de la propia Presidenta” Michelle Bachelet apunta a que estas pueden responder a “su inexperiencia en el desplazamiento por dentro de las redes y vericuetos del poder formal e extrainstitucional”.
Además, a “grados de carencias en su sentido del poder, especialmente en lo que respecta al insoslayable lado ´animalesco`, ´autoritario` del mismo” y a que “en el ejercicio de su mando no ha actuado siempre con la esencia de su personalidad y en momentos se ha dejado llevar por consejerías tradicionales (en casos, amateurs) que han mermado sus virtudes sin aportarle valor agregado alguno”.
En esta materia, Cortés Terzi estima que “ninguna de estas cuestiones es insuperable. De hecho, la magnitud de las situaciones críticas que ha enfrentado la Presidenta es una formidable ´escuela` para superar las dos primeras limitaciones. Y sobre la tercera hay indicios que estaría optando por actuar con la impronta que le dicta el ´alma` de su personalidad”.
Sin embargo, donde el análisis es duro en cuanto a las alternativas de superación es al ahondar “los conflictos y desórdenes al seno” del conglomerado oficialista al señalar que “no es aventurado decir que la Concertación está en una fase terminal en cuanto a su representación de proyecto histórico y conceptual común a una centro-izquierda moderna”.
Asumido esto, plantea, la alianza DC-PS-PPd-PRSD, “aunque con mala calidad de vida, puede sobrevivir varios años soportando los dolores de su fase terminal”, primero, asimilando “ese estado de cosas”.
Y luego, aceptando, “cínicamente si se quiere”, que el conglomerado “ha devenido, en esencia, en pacto político-electoral, con unas pocas definiciones programáticas basadas en laxas definiciones conceptuales. O sea, conformarse con una mala calidad de vida, para asegurarse una mayor sobrevida político-electoral". "Feo, pero funcional y realista”, asume.
Aquí detalla que para que el “tratamiento dé frutos debe adoptarse algunas medidas” entre ellas “construir una masa crítica transversal que vele por el predominio de una visión de esa naturaleza”.
Con vista a las elecciones de 2009, propone “cotar los límites de la ´autonomía` de los pre-presidenciables y de sus adherentes, pues tras esas ´autonomías` –en especial de los adherentes- se ocultan muchos de los eventos de indisciplina y desorden y los afanes ideologizantes”.
También, dice, se debiera “priorizar los proyectos de contenido social-popular más sensibles, significativos y emblemáticos” y “privilegiar el impulso de aquellos proyectos más consensuados al seno de la Concertación”. Esto, junto con “esfuerzos adicionales para acelerar una buena implementación de los programas sociales ya existentes y que muestran serias carencias en el plano de su ejecución”.
“Es muy probable que con estas simplezas mejore el ánimo concertacionista y que con esa mejoría vuelque sus enojos hacia la ensoberbecida derecha. Al fin de cuentas, todavía es un buen programa de centro-izquierda el plantearse el seguir derrotando a la derecha”, concluye el analista
En el artículo, el director ejecutivo del Centro de Estudios Sociales Avance, hace un descarnado diagnóstico del desapego actual entre los partidos del arco iris similar a la propuesta que entrega a modo de tratamiento en pos de mantenerse en el poder.
“Las razones fundamentales que explican la disimilitud de ánimos son, por un lado, la fe de la derecha en un seguro triunfo en la próxima elección presidencial y, de otro, el pesimismo de la Concertación respecto de lo mismo, agravado por la percepción que no puede o no sabe cómo salir de los atolladeros en que se encuentra”, parte diciendo.
Si bien estima que los pronósticos de la derecha, a partir de la ubicación del candidato RN Sebastián Piñera a la cabeza en las encuestas, son “excesivamente optimistas” por anticipados y por basarse “en demasía de la posibilidad que la Concertación y el gobierno sigan cometiendo errores graves”, el investigador se concentra en las fallas del oficialismo.
Al considerar supuestas “limitaciones de la propia Presidenta” Michelle Bachelet apunta a que estas pueden responder a “su inexperiencia en el desplazamiento por dentro de las redes y vericuetos del poder formal e extrainstitucional”.
Además, a “grados de carencias en su sentido del poder, especialmente en lo que respecta al insoslayable lado ´animalesco`, ´autoritario` del mismo” y a que “en el ejercicio de su mando no ha actuado siempre con la esencia de su personalidad y en momentos se ha dejado llevar por consejerías tradicionales (en casos, amateurs) que han mermado sus virtudes sin aportarle valor agregado alguno”.
En esta materia, Cortés Terzi estima que “ninguna de estas cuestiones es insuperable. De hecho, la magnitud de las situaciones críticas que ha enfrentado la Presidenta es una formidable ´escuela` para superar las dos primeras limitaciones. Y sobre la tercera hay indicios que estaría optando por actuar con la impronta que le dicta el ´alma` de su personalidad”.
Sin embargo, donde el análisis es duro en cuanto a las alternativas de superación es al ahondar “los conflictos y desórdenes al seno” del conglomerado oficialista al señalar que “no es aventurado decir que la Concertación está en una fase terminal en cuanto a su representación de proyecto histórico y conceptual común a una centro-izquierda moderna”.
Asumido esto, plantea, la alianza DC-PS-PPd-PRSD, “aunque con mala calidad de vida, puede sobrevivir varios años soportando los dolores de su fase terminal”, primero, asimilando “ese estado de cosas”.
Y luego, aceptando, “cínicamente si se quiere”, que el conglomerado “ha devenido, en esencia, en pacto político-electoral, con unas pocas definiciones programáticas basadas en laxas definiciones conceptuales. O sea, conformarse con una mala calidad de vida, para asegurarse una mayor sobrevida político-electoral". "Feo, pero funcional y realista”, asume.
Aquí detalla que para que el “tratamiento dé frutos debe adoptarse algunas medidas” entre ellas “construir una masa crítica transversal que vele por el predominio de una visión de esa naturaleza”.
Con vista a las elecciones de 2009, propone “cotar los límites de la ´autonomía` de los pre-presidenciables y de sus adherentes, pues tras esas ´autonomías` –en especial de los adherentes- se ocultan muchos de los eventos de indisciplina y desorden y los afanes ideologizantes”.
También, dice, se debiera “priorizar los proyectos de contenido social-popular más sensibles, significativos y emblemáticos” y “privilegiar el impulso de aquellos proyectos más consensuados al seno de la Concertación”. Esto, junto con “esfuerzos adicionales para acelerar una buena implementación de los programas sociales ya existentes y que muestran serias carencias en el plano de su ejecución”.
“Es muy probable que con estas simplezas mejore el ánimo concertacionista y que con esa mejoría vuelque sus enojos hacia la ensoberbecida derecha. Al fin de cuentas, todavía es un buen programa de centro-izquierda el plantearse el seguir derrotando a la derecha”, concluye el analista
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