lunes, abril 30, 2007

CONCERTACION DEPRECIADA...E.Reyes.

Cuando la inteligente y buenamoza socialista francesa Ségolène Royal agradeció a sus partidarios el haber votado para que dispute la segunda ronda que definirá al Presidente de Francia el Domingo 6 de Mayo, dijo una frase que me hizo pensar inmediatamente en lo que está ocurriendo en la política chilena, especialmente en la Concertación de Partidos por la Democracia y el gobierno.
Frente a sus partidarios y adherentes, dijo: “Hay que hacer triunfar los valores humanos frente a los bursátiles”. Ella, disputará la primera magistratura con el conservador Nicolás Sarkozi, conocido por sus recetas de más liberalismo y menos Estado para el desarrollo.
¿Qué está pasando en Chile hoy, en medio de la depreciación acelerada de la Concertación si uno escucha o lee a sus propios dirigentes y parlamentarios, como Ominami, Gazmuri, Bitar, Escalona, Adolfo Zaldívar y otros diciendo que van por un camino que no los lleva a tener un quinto gobierno?
El proyecto vinculado a las PYMES enviado al parlamento tuvo fallas formales en su génesis y otras que podrían ser de discusión técnica más extensa y profunda, para especialistas. ¿Pero, es posible creer que el Ministerio de Hacienda está realmente preocupado de estas si desde que asumió la Presidente Bachelet no recibe a sus dirigentes, a pesar de varias solicitudes de audiencia, y si lo hace con las organizaciones de grandes empresarios, SOFOFA y CPC varias veces?
Después de todo lo ocurrido y como una forma de apagar algo el incendio, fueron invitados al Palacio de la Moneda los dirigentes de la Confederación Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa, CONAPYME, encabezados por su presidente Andrés Ovalle. Los recibió la Primera Mandataria acompañada de los ministros Viera-Gallo, Lagos Weber y el de Hacienda, Andrés Velasco, a quien Ovalle le había solicitado hace dos semanas que “bajara del Olimpo” para evitarse problemas, consejo que al parecer no siguió.
El gran problema de la Concertación parece ser: ¿tiene una propuesta económica para el país diferente a la de la derecha y empresarios, o simplemente, se sigue administrando el modelo económico diseñado por la dictadura? Esto último podría ser perfectamente lo que está ocurriendo si uno cita las palabras del Canciller Alejandro Foxley cuando se refiere al dictador Augusto Pinochet en entrevista a Revista COSAS en Mayo 2000:
“El realizó una transformación, sobre todo en la economía chilena, la más importante que ha habido en este siglo. Tuvo el mérito de anticiparse al proceso de globalización que ocurrió una década después, al cual están tratando de encaramarse todos los países del mundo.
Hay que reconocer su capacidad visionaria y la del equipo de economistas que entró a ese gobierno el año ’73, con Sergio de Castro a la cabeza, en forma modesta y en cargos secundarios, pero que fueron capaces de persuadir a un gobierno militar –que creía en la planificación, en el control estatal y en la verticalidad de las decisiones- de que había que abrir la economía al mundo, descentralizar, desregular, etcétera.
Esta es una contribución histórica que va a perdurar por muchas décadas en Chile y que, quienes fuimos críticos en algunos aspectos en su momento, hoy lo reconocemos como un proceso de importancia histórica para Chile, que ha terminado siendo aceptado prácticamente por todos los sectores. Además, ha pasado el test de lo que significa hacer historia, pues terminó cambiando el modo de vida de todos los chilenos, para bien o para mal.
Eso es lo que yo creo, y eso sitúa a Pinochet en la historia de Chile en un alto lugar”.
Son párrafos seguidos, uno después de otro sin saltarse nada. Ese liberalismo fue impuesto entre otras cosas, recordemos, en plena y sangrienta dictadura, con tasas de desempleo a veces sobre el 30%, tristemente célebre PEM y POJH, ollas comunes, con tasas de crecimiento 0 versus las vinculadas a las obtenidas por los países que seguían las tesis de la CEPAL en los ’60 y ‘70’, desde México a Chile, toda América Latina, donde se creció a un promedio de 4 y 5 puntos. Y, como guinda del pastel, la dictadura de Pinochet crea las AFP e ISAPRES entregándoles el patrimonio previsional y de salud del Estado a ‘precio huevo’ a un grupo de particulares vinculados a ella, quienes forman posteriormente el autodenominado gremialismo y lo que es hoy la Alianza por Chile.
El modelo económico que la Concertación quiere para Chile es la tarea pendiente que sus dirigentes parecen tratar de escabullir como necesaria discusión. Después de las dictaduras apoyadas por Washington en el continente, y también en Chile por los grandes grupos económicos y la misma derecha actual, “tras 25 años de liberalismo América Latina es el continente más desigual del mundo, donde el 40% vive con menos de mil pesos al día”, dice en una entrevista reciente el Vicepresidente de la DC, Sergio Micco. Agrega que “somos el octavo país que más trabaja en el mundo”. Y, por otra parte, según cifras nacionales e internacionales la distribución del ingreso en Chile se hizo aún más desigual en el gobierno de Ricardo Lagos.
Así las cosas, el impacto en el mundo político de la bullada Ley de Depreciación Acelerada, ha gatillado, valga la redundancia, una acelerada búsqueda en algunos sectores de Concertación, a juzgar por sus mismos voceros, de los caminos para asumir un nuevo perfil en cuanto al modelo económico.
Ojalá que la Concertación haga caso a quien acompañó a la Presidenta Michelle Bachelet en su último acto de campaña y en su acto frente a La Moneda agradeciéndole a los chilenos haberla elegido Presidenta, su amiga Ségolène Royal: “hay que hacer triunfar los valores humanos frente a los bursátiles”. La concepción histórica de gestión del Estado francés y otros países europeos para el bien de sus ciudadanos, debiera ser incorporada a la agenda de discusión de la coalición de gobierno si no quiere encontrarse con un gobierno populista de derecha para el Bicentenario.
EDGARDO REYES S.
Periodista.