...ALEJANDRO SALAS....
Me y les pregunto
¿“…postulamos una verdadera economía social de mercado, que concilie el crecimiento económico con la equidad social…”?
Por Alejandro Salas
He leído el módulo IV del documento propuesto para la discusión del Congreso Ideológico del PDC y debo decir que asombra esa exigencia que el texto pone para diferenciarse del “neoliberalismo” y lo que el documento denomina “neopopulismos”, que incluso el corrector ortográfico de mi ordenador no distingue.
¿Qué resuelve, “verdaderamente”, la adjetivización social en aquello que principia lo que el documento sustancia como nuestro postulado en economía política?
En rigor: nada, pues más allá de recoger la vieja discusión entre “crecimiento y distribución del ingreso”, no es capaz de alternarle una respuesta distinta a la neoliberal, cual es que el Estado resuelva aquellos aspecto donde los privados no quieren participar.
La cuestión está mal planteada, como quien pone la carreta delante de los bueyes, pues el esfuerzo creativo no va desde el intento de conciliar dos ejes aparentemente contrapuestos, sino en responder a la dificultad que la Democracia exige, a saber; ordenar la economía política hacia resolver el problema de la distribución de la riqueza.
Así adquiere sentido el rol que le cabe al Estado de Chile en una economía abierta, de otra manera es sólo ponerlo al servicio de los intereses de los grupos concentradores y, cargarle la mano al gasto social para tener en línea los indicadores de pobreza.
La oportunidad de Chile de salir del subdesarrollo es la cuestión que fomenta un postulado serio y aquí la pregunta que importa es “¿cómo crecemos?” y no de si crecemos a cualquier precio. Muchos, antes que yo, han dicho que es posible crecer sin democracia y, el tema central, para un demócrata, es ella, la democracia misma.
Ahora, si bien debemos creatividad a este asunto, también es cierto que gran parte de lo que debe hacerse está en nuestra cotidianidad. No competen discusiones banales de Estado contra Mercado, pero tampoco caben mitos frente al inevitable rol interventor que debe tener el Estado (el ortoxo que está en contra de esto, sólo debe reconocerse a sí mismo como neoliberal).
¿“…postulamos una verdadera economía social de mercado, que concilie el crecimiento económico con la equidad social…”?
Por Alejandro Salas
He leído el módulo IV del documento propuesto para la discusión del Congreso Ideológico del PDC y debo decir que asombra esa exigencia que el texto pone para diferenciarse del “neoliberalismo” y lo que el documento denomina “neopopulismos”, que incluso el corrector ortográfico de mi ordenador no distingue.
¿Qué resuelve, “verdaderamente”, la adjetivización social en aquello que principia lo que el documento sustancia como nuestro postulado en economía política?
En rigor: nada, pues más allá de recoger la vieja discusión entre “crecimiento y distribución del ingreso”, no es capaz de alternarle una respuesta distinta a la neoliberal, cual es que el Estado resuelva aquellos aspecto donde los privados no quieren participar.
La cuestión está mal planteada, como quien pone la carreta delante de los bueyes, pues el esfuerzo creativo no va desde el intento de conciliar dos ejes aparentemente contrapuestos, sino en responder a la dificultad que la Democracia exige, a saber; ordenar la economía política hacia resolver el problema de la distribución de la riqueza.
Así adquiere sentido el rol que le cabe al Estado de Chile en una economía abierta, de otra manera es sólo ponerlo al servicio de los intereses de los grupos concentradores y, cargarle la mano al gasto social para tener en línea los indicadores de pobreza.
La oportunidad de Chile de salir del subdesarrollo es la cuestión que fomenta un postulado serio y aquí la pregunta que importa es “¿cómo crecemos?” y no de si crecemos a cualquier precio. Muchos, antes que yo, han dicho que es posible crecer sin democracia y, el tema central, para un demócrata, es ella, la democracia misma.
Ahora, si bien debemos creatividad a este asunto, también es cierto que gran parte de lo que debe hacerse está en nuestra cotidianidad. No competen discusiones banales de Estado contra Mercado, pero tampoco caben mitos frente al inevitable rol interventor que debe tener el Estado (el ortoxo que está en contra de esto, sólo debe reconocerse a sí mismo como neoliberal).
El problema de la justicia social le da sentido a la democracia y el crecimiento es un instrumento para alcanzarla. Así la palabra desarrollo se valida, pues se sustancia en la creencia de vivir en un país mejor y más justo. No es por sí mismo su valor, sino para alcanzar el afán de que del esfuerzo de todos nos beneficiamos todos y no sólo uno pocos.
En consecuencia, el postulado económico debe resolver la cuestión de la justicia social y, para ello, definir los mecanismos de un crecimiento que la garantiza. Hoy, por cierto, dirigidos hacia la desconcentración de nuestra economía, con una política lanzada a ampliar la competitividad en los mercados, bajando sus barreras de ingreso y, en aquellos sectores donde no es posible, como la minería y los servicios energéticos, las afp, etc., interviniendo directamente con gestión y emprendimiento estatal.
Dicho de otro modo, no es un Estado “protector” el que resuelve el dilema entre crecer e igualdad, sino que un Estado participativo y “una verdadera” economía democrática y justa socialmente.
Quisiera poder leer en el documento final del Congreso del PDC que, porque postulamos una Economía de Justicia Social, es imperativo un poder costituyente que le de al Estado mayores atribuciones.Con cariño
En consecuencia, el postulado económico debe resolver la cuestión de la justicia social y, para ello, definir los mecanismos de un crecimiento que la garantiza. Hoy, por cierto, dirigidos hacia la desconcentración de nuestra economía, con una política lanzada a ampliar la competitividad en los mercados, bajando sus barreras de ingreso y, en aquellos sectores donde no es posible, como la minería y los servicios energéticos, las afp, etc., interviniendo directamente con gestión y emprendimiento estatal.
Dicho de otro modo, no es un Estado “protector” el que resuelve el dilema entre crecer e igualdad, sino que un Estado participativo y “una verdadera” economía democrática y justa socialmente.
Quisiera poder leer en el documento final del Congreso del PDC que, porque postulamos una Economía de Justicia Social, es imperativo un poder costituyente que le de al Estado mayores atribuciones.Con cariño
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