...UNA TREMENDA CAMARADA NOS ENVIA ESTE APORTE....A MIRARLO POR FAVOR....¡¡¡¡
Las tareas se cumplen.
Para que abordar de nuevo las diferencias evidentes entre la directiva de nuestro partido y las decisiones tomadas por el gobierno a través de su ministra de salud, y ratificadas con vehemencia por la Presidenta Bachelet en Salamanca, respecto a la entrega de anticonceptivos a las menores de 14 años.
Aunque no sería del todo malo preguntarle a los y las militantes que piensan sobre este tema. Capaz que nos llevemos una sorpresa y una amplia mayoría apoye la medida, especialmente entre nuestra juventud.
En la polémica reciente no debe sorprendernos el discurso de la derecha. Tampoco la posición condenatoria de la Iglesia Católica al respecto.
Es sobre esta milenaria institución sobre la que quiero formular un comentario. Sus principales voces, desde el Cardenal Errázuriz, pasando por Monseñor Ezzati, el Obispo Juan Ignacio González hasta el predecible benemérito Orozimbo Fuenzalida condenaron el anuncio de la ministra María Soledad Barría.
Sus enunciados fueron desde: “es una gran imprudencia”; “fomentará la promiscuidad”; atenta contra la familia, etc. Ante esta afiatada orquesta condenatoria yo me pregunto ¿dónde está la Iglesia y su enseñanza sobre moralidad, su concepto de familia, promoción de la virginidad hasta el momento del matrimonio y rechazo al ídolo del sexo? ¿Dónde están los resultados de sus enseñanzas? ¿Cuál es la recepción que su mensaje tiene en la juventud? No debería esta iglesia tan excelsa, cuando se trata de condenar a otros, revisar en qué está fallando; tratar de saber porqué miles de jóvenes no reconocen en ella un referente como sí lo fue para nosotros en décadas pasadas, y no lo digo sólo por el tema de los derechos humanos.
¿O acaso, que el 13,6% de las mamás sean menores de 14 años; que 40.000 mujeres entre 14 y 19 años tengan hijos; que el 45% de los nacidos lo hagan fuera del matrimonio y que esta cifra llegue al 85% entre las jóvenes de 19 a 15 años, no es responsabilidad compartida en esta sociedad? Sociedad en la que esta Iglesia, tan llamadora de atención, tiene el papel de fomentar no sólo la fe, sino los valores. Y la Iglesia entiende como valores la virginidad, y el respeto a la vida humana, entre otros. Valores que por lo visto no ha sabido permear a buena parte de nuestros jóvenes. Es decir, la Iglesia no ha hecho bien su tarea. Está reprobando porque esta sociedad erotizada, que es promovida a través de los medios de comunicación (sus dueños en su mayoría son católicos devotos y practicantes), es más fuerte. Los resultados están a la vista.
Finalmente sobre esta Iglesia que no ha hecho bien su tarea, cabe formular un comentario respecto de las palabras del Obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González. Este dijo que la entrega de la píldora es “tan inmoral como torturar o quitar la vida a una persona”. El comentario es: pobre comuna que fuiste a caer del sartén a las brazas.
Finalmente, se reclama desde la derecha que el gobierno ha fracasado en la educación sexual de nuestros jóvenes y reclaman un papel más activo en este sentido. Pero ¿se acuerdan de las Jocas y el escándalo nacional que hicieron al formularse estas jornadas de educación sexual? Parece que no.
Para que abordar de nuevo las diferencias evidentes entre la directiva de nuestro partido y las decisiones tomadas por el gobierno a través de su ministra de salud, y ratificadas con vehemencia por la Presidenta Bachelet en Salamanca, respecto a la entrega de anticonceptivos a las menores de 14 años.
Aunque no sería del todo malo preguntarle a los y las militantes que piensan sobre este tema. Capaz que nos llevemos una sorpresa y una amplia mayoría apoye la medida, especialmente entre nuestra juventud.
En la polémica reciente no debe sorprendernos el discurso de la derecha. Tampoco la posición condenatoria de la Iglesia Católica al respecto.
Es sobre esta milenaria institución sobre la que quiero formular un comentario. Sus principales voces, desde el Cardenal Errázuriz, pasando por Monseñor Ezzati, el Obispo Juan Ignacio González hasta el predecible benemérito Orozimbo Fuenzalida condenaron el anuncio de la ministra María Soledad Barría.
Sus enunciados fueron desde: “es una gran imprudencia”; “fomentará la promiscuidad”; atenta contra la familia, etc. Ante esta afiatada orquesta condenatoria yo me pregunto ¿dónde está la Iglesia y su enseñanza sobre moralidad, su concepto de familia, promoción de la virginidad hasta el momento del matrimonio y rechazo al ídolo del sexo? ¿Dónde están los resultados de sus enseñanzas? ¿Cuál es la recepción que su mensaje tiene en la juventud? No debería esta iglesia tan excelsa, cuando se trata de condenar a otros, revisar en qué está fallando; tratar de saber porqué miles de jóvenes no reconocen en ella un referente como sí lo fue para nosotros en décadas pasadas, y no lo digo sólo por el tema de los derechos humanos.
¿O acaso, que el 13,6% de las mamás sean menores de 14 años; que 40.000 mujeres entre 14 y 19 años tengan hijos; que el 45% de los nacidos lo hagan fuera del matrimonio y que esta cifra llegue al 85% entre las jóvenes de 19 a 15 años, no es responsabilidad compartida en esta sociedad? Sociedad en la que esta Iglesia, tan llamadora de atención, tiene el papel de fomentar no sólo la fe, sino los valores. Y la Iglesia entiende como valores la virginidad, y el respeto a la vida humana, entre otros. Valores que por lo visto no ha sabido permear a buena parte de nuestros jóvenes. Es decir, la Iglesia no ha hecho bien su tarea. Está reprobando porque esta sociedad erotizada, que es promovida a través de los medios de comunicación (sus dueños en su mayoría son católicos devotos y practicantes), es más fuerte. Los resultados están a la vista.
Finalmente sobre esta Iglesia que no ha hecho bien su tarea, cabe formular un comentario respecto de las palabras del Obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González. Este dijo que la entrega de la píldora es “tan inmoral como torturar o quitar la vida a una persona”. El comentario es: pobre comuna que fuiste a caer del sartén a las brazas.
Finalmente, se reclama desde la derecha que el gobierno ha fracasado en la educación sexual de nuestros jóvenes y reclaman un papel más activo en este sentido. Pero ¿se acuerdan de las Jocas y el escándalo nacional que hicieron al formularse estas jornadas de educación sexual? Parece que no.
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