¿Es posible refundar el PDC?. Leonel Sánchez Jorquera
Hace
dos años, en el Sindicato de Panaderos, un grupo de personas se planteó la
misión de refundar el PDC invitando a un debate político en torno a dos grandes
temas: la oligarquización de la política y la construcción de un nuevo modelo
de desarrollo para Chile. (Manifiesto Movimiento Refundación PDC – 17 de abril
de 2010 – www.refundacionpdc.cl)
Se
concordó que el poder al interior de la Democracia Cristiana estaba arraigado
en una oligarquía – situación que aqueja a todas las organizaciones políticas
del país – donde un pequeño grupo tomaba las decisiones por todos y todas. Se
hace imprescindible volver a ser un partido popular y nacional.
Se
insistió en que eran las primarias abiertas el sistema para definir los/as
candidatos/as de elección popular en la DC. Hace unas semanas fue en primarias
donde se definieron candidatos de varias comunas. Es sólo un comienzo.
Se
planteó la renacionalización del cobre como un tema a debatir en el país, tema
sobre el cual todavía no se toma una resolución; de cambiar el eje de las
políticas públicas hacia la igualdad de oportunidades y, en ese sentido,
consolidar la educación pública como una posibilidad concreta de igualdad de
oportunidades, demanda que un año después surgió con toda la fuerza de las
marchas y tomas de colegios.
También
se planteó enfrentar los conflictos de intereses entre política y negocio al
interior del PDC. Tema tabú que no se ha podido despejar.
Se
comenzó el debate en torno a la construcción de un nuevo conglomerado político
donde la política de alianza de la DC se construyera sobre la base de un debate
del modelo alternativo de desarrollo político, social y económico; se señalaba
la construcción de una nueva mayoría social y política para Chile. Lo anterior
es sólo el comienzo de una larga ruta.
Finalmente,
se propuso el camino de refundar el instrumento de transformación social que es
la Democracia Cristiana, superando la cultura oligarca reinante en su interior.
Es
indudable que los fundamentos del Movimiento Refundación PDC siguen más
vigentes que nunca. Las movilizaciones sociales durante el año 2011 y comienzo
del 2012 así lo confirman.
Mientras
algunos quieren poner en el centro del debate qué presidenciable debe estar en
la papeleta el 2013, otros nos esforzamos por colocar en el centro del debate
¿Cuál es el modelo de desarrollo que queremos para Chile? ¿Cómo lo construimos?
¿Entre quiénes?
Temas
como Asamblea Constituyente que elabore una Nueva Constitución; la
renacionalización del cobre chileno y la protección de nuestros recursos
naturales como el litio y el agua; la educación pública gratuita y de calidad
para todos y todas los que quieren acceder a ella, son los necesarios para construir
un camino de refundación.
También
la reforma tributaria equitativa, con incentivos a la pequeña y mediana empresa
y una mayor carga tributaria a la gran empresa; el fortalecimiento de la salud
pública y la regulación de la exagerada ganancia de las Isapres; la
regionalización y descentralización, con poderes ejecutivos y legislativos
regionales elegidos por votación popular; la modernización del Estado; la
participación comunitaria, deben estar en el centro del debate más allá de
nombres presidenciables.
No
se debe olvidar la necesidad de un Nuevo Código del Trabajo que considere la
negociación colectiva interempresas, el fortalecimiento de la organización
sindical y la eliminación del remplazo de las y los trabajadores después de 15
días de huelga legal; la reforma a nuestro sistema de AFP, en la cual sean los
verdaderos dueños de los fondos, las y los trabajadores, los que definan los
destinos de sus ahorros y no los grandes grupos económicos; la creación de una
AFP Estatal y una verdadera política de igualdad de género, son los temas que
deben estar presente en el debate presidencial que se viene.
Finalmente,el
cambio a la matriz energética, buscando energías alternativas y sustentables
con el medio ambiente; el nuevo trato hacia nuestros hermanos de los pueblos
originarios preocupándose de su marginación cultural, considerando su autonomía
organizacional y su real incorporación al desarrollo nacional; las reformas
necesarias para terminar con el sistema monopólico de los medios de
comunicación social y masivos, parecen ser algunos de los temas fundamentales
que tiene que responder el PDC, para colocar a este instrumento de
transformación social (como debería ser un partido político) al servicio de la
comunidad.
Los
movimientos políticos surgen por una mezcla entre necesidad e imperativo ético,
y por tal razón nos volvemos a preguntar, ¿Es posible refundar el PDC?
En
la medida que se aborden los temas de transformación que el país necesita será
una interrogante válida y abierta a toda la comunidad.
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