El desgobierno. ANDRÉS JOUANNET
Nos prometieron que este iba a ser el mejor gobierno de la historia de Chile, día a día aparecía la ex vocera y actual senadora designada von Baer anunciando revolucionarios programas y proyectos que sólo estaban en las cabeza del gobierno.
Se embriagaron con los mineros y el aprovechamiento mediático, pero finalmente la luna de miel terminó y comenzó la hora de la política, aquella para la que están preparados los estadistas, los líderes, los que conducen procesos y transformaciones estructurales en la sociedad. En esta hora presente, donde la política se apareció como una catedral de la realidad social, la derecha ha demostrado su incapacidad para gobernar, para conducir y para mostrarle al país un proyecto de sociedad que trascienda la coyuntura. La derecha ha demostrado en este año y medio su ausente o escasa vocación social, pretendía creer que gobernar eran discursos, con un presidente reactivo, más reconocido por sus chascarros, que por cuidar la dignidad del cargo, ésa que fue dilapidando día a día gracias a la exclusiva exacerbación del liderazgo mediático.
La derecha en el poder, sin vocación social, no tiene problema en reprimir el legítimo derecho a disentir, porque carece de esa vinculación orgánica con los movimientos sociales. Su única relación con los sectores más postergados, está dada por el clientelismo con que manejan sus campañas electorales o por asistencialismo con que administran sus feudos de poder.
La derecha ha demostrado su incapacidad para gobernar, ha creado un caos social, un desgobierno. En todo este tiempo no hemos conocido las vigas maestras que sustenten el modelo de la “nueva forma de gobernar”, mucho cosismo, mucha declaración, puestas en escenas rimbombantes, improvisaciones, conflictos de interés, the chilean way, promesas incumplibles, letra chica; en definitiva esta forma de hacer política, es lo más parecido a lo que conocemos como populismo; promesas sin sustentos, que generan expectativas y que al ser incumplibles provocan el enojo, pérdida de confianza en las autoridades y desafección hacia los que gobiernan.
El 26% de aprobación y 53% de rechazo que marcó la última encuesta CEP, no es responsabilidad de la oposición, ni de los jóvenes que hoy se manifiestan por más justicia social, es absoluta responsabilidad del gobierno de derecha y de quien encabeza éste, el presidente Piñera. La culpa no es del empedrado, sino de quien no sabe de gobernanza.
Hoy, con un gobierno con tanto desacierto, sin conducción y un presidente sobrepasado por las circunstancias y sin respuesta ante la historia, me pregunto, ¿si la derecha en Chile tiene la capacidad de gobernar?, difícil responder, tal vez parece que la derecha sólo puede gobernar en dictadura.EM.
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