domingo, marzo 20, 2011

CIUDADANOS ATÓMICOS. Andres Rojo

Andres Rojo TorrealbaDefinitivamente este país es material para comedia: Ahora la Concertación clama por rechazar las plantas nucleares, siendo que fue durante su período que se iniciaron las tratativas con los inversionistas interesados en hacer su negocio a partir de nuestra necesidad de energía. Se podrá decir que el drama que se vive en Japón cambió las circunstancias, justo a días de que Barack Obama visite Chile para, entre otras cosas, suscribir un convenio para investigación que, es obvio, conduce a la instalación de alguna planta nuclear.   Es posible suponer que nadie se había dado cuenta que el nuestro es un país sísmico y lo de Japón les ha abierto los ojos.


            Eso es parte de nuestro carácter como un país apto para la comedia, pero si fueran tan inocentes ¿por qué los primeros acercamientos que hizo la Concertación no se hicieron de cara a la ciudadanía?  La respuesta es obvia: Porque la energía nuclear tiene pésimo prestigio y, algo más evidente aún: Chile tiene amplias fuentes energéticas por explorar antes de ponerse a merced de tecnologías que le quedan grandes.   Y aunque sean más caras en este momento, dejarán de serlo próximamente y los ojos del mundo mirarán nuestro desierto, por ejemplo, así como miran actualmente el petróleo en los países árabes.   Pero no se está haciendo mucho al respecto para anticiparnos a un asunto que ya no será solamente importante desde el punto de vista energético.

            En una nación en la que los puentes se caen porque no les han echado una mezcla correcta de cemento, en la que los hospitales se hunden por fallas constructivas, un país en el que hay un creciente recelo contra los capitales extranjeros que invierten en áreas que, no hace muchos años atrás, eran atendidas por el Estado, en el que la gente está cansada de pagar por utilizar hasta las calles de la ciudad y protesta cada vez que se quiere instalar un nuevo basural, ¿qué posibilidades de aceptación tendría un proyecto para construir una central nuclear? Ninguna.  Por eso el secretismo, porque pareciera que los responsables de este tipo de decisiones prefieren no tener que convencer a la opinión pública sino que actuar con la política de los hechos consumados.

            Si es así, resulta de verdad lamentable porque la ciudadanía está tomando creciente consciencia de su capacidad para oponerse a las medidas impopulares y, sobre todo, se está dando cuenta que los gobernantes no son los dueños del país sino simples administradores delegados por el pueblo por un período determinado de tiempo.  La soberanía es de la gente y quiere ejercerla, en especial cuando se trata de asuntos que la molestan o preocupan, y después de las imágenes de Japón la energía atómica es un tema muy preocupante que no podrá ser disipado con declaraciones optimistas de sus partidarios