sábado, enero 15, 2011

Definiciones pendientes de la DC. Carlos Huneeus

La Democracia Cristiana realizó la primera junta nacional bajo la directiva que preside el senador Ignacio Walker. En ésta hubo un voto de castigo a candidatos que fueron dirigentes del partido y ocuparon cargos de gobierno. Ello se reflejó en el menor poder de los grupos tradicionales en la junta, que fueron derrotados en la elección de los 18 miembros de dicha instancia, como Juan Carlos Latorre (ex presidente de la colectividad), Francisco Frei y la ex ministra Marigen Hornkohl.

En tanto, fueron elegidos como nuevos miembros del consejo nacional algunos dirigentes locales, lo que da cuenta de una interesante renovación, aunque algunos no tienen la formación profesional para adoptar decisiones sobre temas complejos. La contradicción entre mayor democracia interna y menor calidad profesional de los dirigentes es uno de los nudos gordianos de los partidos chilenos.
La junta aprobó un voto político definiendo los objetivos de mediano plazo de la colectividad, como subir su votación y el número de concejales y alcaldes en los comicios de 2012 y "alcanzar el gobierno el 2014". Aquel voto político definió a la DC como un partido de oposición al gobierno de Sebastián Piñera, lo que significa un giro en la posición de Walker, que hace unos meses planteó que debía  ser "inteligente" y actuar caso a caso. Esto se explica por la política adoptada por la administración Piñera y algunas de sus decisiones, como los masivos despidos en la administración pública, que han afectado a centenares de militantes del partido. La encuesta del Cerc de diciembre pasado confirmó este cambio a nivel de su electorado, porque sus votantes fueron más críticos de Piñera y su gobierno que en las anteriores mediciones de mayo y septiembre.

El voto político rechazó, además, la tesis del ministro Hinzpeter en cuanto a que el actual gobierno representa una "nueva derecha", sosteniendo, en cambio, que esta "no es otra cosa que la derecha de siempre". También plantea la necesidad de "fortalecer su identidad y su proyecto de partido", en el marco de "la unidad de la oposición", pero no indica los elementos que definen esa identidad. Sin hacerlo, la Democracia Cristiana seguirá con el opaco perfil que ha tenido desde hace algunos años, en un conglomerado con una imagen de centroizquierda y no como una coalición del centro y de la izquierda.

El partido tiene que distinguirse de las otras colectividades de la Concertación para redefinir el carácter de la coalición, que fue y debe ser un arcoíris. Ello permitirá recuperar el electorado perdido hacia la derecha. Esta definición es más necesaria ante el PPD, cuya principal figura pública es el controvertido senador Guido Girardi, posible próximo presidente del Senado, que concita baja simpatía entre los militantes DC. En las elecciones municipales y parlamentarias de los años 90, el PS/PPD llamó a "detener la marea azul" para derrotar a los candidatos de la DC. ¿Cuál será el eslogan de éstos para vencer a los postulantes del bloque de izquierda y recuperar el electorado perdido?