El camino propio de la DC. Carlos Huneeus
LOS PARTIDOS de la Concertación todavía no asumen la dura realidad de ser minoría entre el electorado: obtuvieron apenas el 40,3% en las elecciones de diputados (un desplome de casi 12 puntos respecto de los comicios del 2005), y una caída de 65 diputados a 54. Además, los presidentes del PS y el PPD dan a conocer tácticas electorales sin que ellas tengan base en la realidad, las que confirmarán que el conglomerado siga siendo minoría.
La primera tesis es "ampliar" la Concertación con los renunciados de la coalición, que se justifica para resolver las divisiones en el PPD y las renuncias al PS, con dos candidatos presidenciales que criticaron fuertemente a la Concertación, especialmente Marco Enríquez-Ominami. ¿Volverán ellos al PS? Si MEO consigue formar un nuevo partido -la derecha lo ayudará-, ¿renunciará a sus duras críticas a la Concertación formuladas en la campaña, que le dieron una gran votación, incluso con votos de derecha atraídos por su discurso antipartidos?
La segunda tesis es un pacto de la DC con el Partido Comunista. Además de ser una provocación a la falange, esto desconoce las consecuencias de un acuerdo electoral anterior de la Concertación con el PC, en las elecciones parlamentarias del 2009. Por entonces no se logró doblar en ninguno de los nueve distritos en que el PC llevó un candidato y la Concertación perdió votos y tres diputados a favor de ese partido. Los datos de encuesta actuales muestran que el electorado de la DC está menos dispuesto a apoyar a la coalición si hay un pacto con el PC.
En los comicios municipales de 2008 hubo otra táctica electoral fracasada, formulada por los timoneles del PPD y el PRSD, al imponer una lista separada de concejales, porque iba a darle mejor resultado a la Concertación. No ocurrió así y estos comicios fueron ganados por la derecha.
Cualquiera de esas dos alternativas asegura que la Concertación seguirá siendo minoría. Corresponde a la DC proponer una estrategia que lleve al conglomerado en la única senda válida en democracia: recuperar la confianza del electorado. Y eso se hace a partir de ideas, con lealtad a los principios y con coraje. Lo hizo en el pasado, cuando la estrategia de la oposición democrática para salir de la dictadura era por la movilización popular, con el convencimiento de que derribaría al general Pinochet. En 1984, Patricio Aylwin, con gran sagacidad política y valentía, planteó otro camino, porque vio la inviabilidad de aquel que, además, sólo beneficiaba a Pinochet. Planteó abandonar la crítica a la legitimidad de la Constitución de 1980 y usarla para avanzar a la democracia. Muchos le criticaron en la DC y en la izquierda, pero tuvo razón.
La Democracia Cristiana tiene que definir un camino propio de acuerdo con sus intereses, a fin de recuperar el electorado perdido a la derecha desde las parlamentarias de 1997. Debe ejercer liderazgo y no seguir a la deriva de las decisiones de los otros partidos, que todavía no resuelven sus problemas internos. Y esa estrategia le dará a la Concertación más votos que las propuestas de "ampliar" el conglomerado o pactar con el PC. Cuando la DC fue el eje de la coalición, los presidentes fueron elegidos en primera vuelta. La tercera.
1 Comments:
Quiero ser más enfático todavía. El único camimo viable para el partido hoy es el camino propio, aun cuando permanezca en la concertación como una alianza electoral.
Y dentro de este esquema, para tener peso político, debe buscar la representación y mediación de las demandas de los grupos emergentes y marginados. Especialmente la nueva clase media y los sectores marginales como los temporeros, marginales urbanos, microemprendedores, y otros.
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