"Una parte importante del PPD está más cerca de un 'polo progresista' que del proyecto de la Concertación" I.Walker.
El presidente de la DC explica el porqué de su desencuentro con Carolina Tohá, y pide a sus aliados que entiendan que el rol de su partido es recuperar los votos de centro que se fueron a Sebastián Piñera.
Guillermo Muñoz
Hace un mes, la otorrinolaringóloga María Büchi -hermana del ex ministro de Hacienda, Hernán Büchi- lo operó de las cuerdas vocales para corregir el daño que le provocó tanta conversación y discurso en la campaña interna que lo llevó a alcanzar la presidencia de la DC. Hoy, Ignacio Walker Prieto -abogado, 54 años, tres hijos- ya está en condiciones de entonar villancicos junto a su esposa, la cantante Cecilia Echenique, si es que así se lo solicitan en las fiestas de fin de año. También puede levantar la voz cuando lo estime necesario, como ocurrió precisamente el lunes pasado, cuando protagonizó su choque público más duro con la presidenta del PPD, Carolina Tohá, desde que ambos asumieron la conducción de sus respectivos partidos.
El senador DC cuenta que ese día se enteró por el diario de que la ex ministra había enviado una carta a las colectividades opositoras que no integran la Concertación -el PRI, el PRO, el PC, el MAS y el PH- invitándolos a iniciar una ronda de diálogo para constituir una "alternativa de centroizquierda".
Un "malentendido" que se originó en una cena realizada en el departamento del propio Walker, con vista al Club de Polo y en torno a una mesa de madera chilena, que el senador golpea para remarcar qué fue lo que se conversó ese domingo 21 de noviembre.
"Esa semana, como mesa DC, decidimos expresar nuestra inquietud por el festival de declaraciones: que el PRO, que el PRI, que el ME-O, que el PC, que la federación.... Entonces de repente este era un panorama muy confuso, y no se sabía quién era quién y cuál era nuestra política de alianzas. Y yo invité a los amigos presidentes de la Concertación a conversar, y nos juntamos en esta mesa. Comimos una lasaña de salmón con alcachofa y brindamos, y nos sinceramos. Una vez más confirmamos que tenemos puntos de convergencia de tal magnitud que realmente es absurdo tratar de tirar por la borda esta coalición que ha sido la más exitosa de Chile en los últimos 100 años".
-¿Y qué fue lo que acordaron, específicamente?
-Acordamos esto: iniciar una nueva etapa con el objetivo de ser gobierno en 2014, construir una nueva mayoría social y política, y desde la Concertación construir un nuevo proyecto de futuro para Chile. Segundo, juntar nuestros equipos municipales para hacer una propuesta programática al país sobre descentralización, y ver también la estrategia electoral. Tercero: establecer un diálogo amplio con todas las fuerzas políticas de oposición, como siempre lo he dicho, sin exclusiones. Y cuarto, un diálogo con las fuerzas sociales y la ciudadanía. Este documento es nuestra carta de navegación, y si hacemos esto vamos a ganar en 2014, y si no lo hacemos, vamos a perder. Entonces digo "creámonos el cuento", porque estamos dando muchas explicaciones y pidiendo perdón por lo poco. Este no es un problema de autoflagelantes y autocomplacientes, esto se refiere a grados de convicción. Y yo tengo altos grados de convicción sobre la Concertación y no estoy dispuesto a tirarlo por la borda. Esa fue la conversación en esta mesa.
-¿Y por qué entonces se produjo ese incidente con Carolina Tohá?
-La cena fue el domingo, y el viernes nuestra vocera, mi querida amiga Carolina Tohá, de buena fe mandó una carta, lo que es un hecho político, no un hecho administrativo, a todos los jefes de partido de la oposición convocándolos a una gran... alternativa de centroizquierda -Walker hace una pausa y suspira-. En fin, da lo mismo el contenido de la carta, que puede estar muy a tono con lo que conversamos, pero en política hay que cuidar las formas. Entonces yo me enteré por la prensa, tres días después, tanto del hecho de que se había enviado esta carta como del contenido, y eso no puede ser. Por eso golpeamos la mesa. Nosotros nos debemos una lealtad fundamental. Las formas de hacer política son muy importantes aquí. Esa tarde di por clausurado el incidente, que no fue más que eso, pero es un llamado de atención porque este festival de declaraciones confunde. Nuestra política de alianza es la Concertación, y desde ahí todas las conversaciones y diálogos que sean necesarios y posibles. Porque vayamos viendo. ¿El PRI es de Gobierno u oposición? Cuando llega a un acuerdo con RN y la UDI para la presidencia de la Cámara pareciera ser más de Gobierno, cuando vota con nosotros en el reajuste de los funcionarios públicos parece ser más de oposición. Pero nuestro diálogo es con las fuerzas de oposición, y yo no quiero regalarle los votos del PRI a la derecha.
-¿Y el PRO (liderado por Marco Enríquez-Ominami)?
-El PRO ni siquiera existe legalmente. Yo creo en una democracia de partidos, en un diálogo entre partidos políticos por lo menos constituidos legalmente, con domicilio conocido, al margen de todo personalismo y caudillismo.
-¿Marco Enríquez representa eso?
-El PRO es el proyecto personal de Marco Enríquez-Ominami, que yo respeto, pero cuando constituya su partido, encantado de sentarnos a una mesa a conversar, porque queremos conversar con todos.
-¿Y el Partido Comunista?
-El PC está en el Juntos Podemos, y nos ha dicho con toda claridad: "Estamos contentos en el Juntos Podemos y ustedes en la Concertación". Entonces tenemos que hacer la pega, que es un proceso gradual, sin atajos. Hay que ordenar la casa, luego fortalecer, vitalizar y proyectar la Concertación. Tercero, establecer un diálogo sin exclusiones con todas las fuerzas políticas y sociales, y cuarto, al final, acuerdo electoral con miras a las municipales. No hay que precipitarse. No me siento cómodo en la oposición, entiendo por qué perdimos, pero aspiro a ser gobierno.
-¿Y cómo lo puede hacer la DC con un Gobierno que intenta ganar el centro y hace continuos guiños al electorado de su partido?
-Piñera viene de una familia DC y una cultura DC. Votó 'No' en el 80 y el 88. O sea, el piñerismo es más que la suma de RN y la UDI, y eso le permitió pasar del 44% de la primera vuelta al 52% de la segunda vuelta. ¿Qué hizo para ganar? Muy sencillo: conquistar una parte del centro político y de los sectores medios que nosotros dejamos de representar, y que estamos llamados a recuperar. Por eso, me preocupa la discusión acerca de "ampliar la Concertación". Primero, porque el tema es qué le ofrecemos a Chile para el futuro. En segundo lugar, porque ampliar la Concertación es izquierdizarla y ahí perdemos todos. La DC está llamada a recuperar esa parte del centro y los sectores medios que conquistó Piñera, y nuestros socios de la Concertación tienen que entender que ese es el rol de la DC.
-¿Y evitar que el Gobierno gane el centro?
-Es que siempre el punto en política es quién conquista el centro. Aquí hay un nuevo paradigma de desarrollo en la sociedad del conocimiento, en que lo que vale es la persona. Esa es la pugna de la política chilena de los próximos años. Entonces tiene que respetarse esta interlocución de la DC con ese mundo, así como nosotros respetamos la interlocución de nuestros socios, aliados y amigos de la Concertación con otros mundos... Y ahí está el tema del PPD.
-¿Cuál es el tema con el PPD?
-A veces siento que una parte importante del PPD está más cerca de un "polo progresista" que del proyecto de la Concertación, y que se parece más a un polo de izquierda que a una alternativa de centroizquierda. Y la Concertación es un pacto de centroizquierda.
-Y ese sector, ¿quién lo representa?
-Basta ver las declaraciones de muchos de sus exponentes, no quiero personalizar en nadie. Me preocupa que este canto de sirena de este polo progresista pueda terminar constituyendo un polo de izquierda distinto a la Concertación. Y es un tema que tenemos que tratar. Las coaliciones políticas no son fáciles de armar, pero sí es fácil desarmarlas, y con graves consecuencias. En ese contexto, creo que el entendimiento DC-PS sigue siendo clave desde el punto de vista estratégico. Nosotros tenemos una buena relación con los cuatro partidos de la Concertación, y eso hay que cultivarlo todos los días, pero nadie puede desconocer que en este esfuerzo que hemos hecho en estos veintitantos años, desde que combatíamos a la dictadura hasta el día de hoy, aquí la alianza entre la DC y el PS es muy importante.
-Es decir, la DC y el PS son los partidos clave.
-Cuando hablo del socialismo democrático, hablo del PS, el PPD y el PR. Por supuesto que el que mejor encarna la tradición socialista es el Partido Socialista, evidentemente.
-Usted hablaba de las convicciones. ¿Cuáles son las convicciones actuales de la DC?
-Tenemos 3 convicciones. Una es que somos un partido de oposición, y que nadie se llame a engaño en esta materia. No hemos tenido ni una deserción desde marzo, desde el más modesto militante de base hasta el más encumbrado dirigente. Segundo, somos un partido de la Concertación, y desde ahí queremos iniciar una nueva etapa. Y tres, la DC está llamada a jugar un rol de liderazgo para reencantar a esa parte del centro que se fue con Piñera. Y cuidado con los cantos de sirena, que venían primero de la derecha, pero que se han disipado, porque el oficialismo sabe que nosotros somos un partido de oposición. Pero cuidado también con los cantos de sirena de la izquierda extra Concertación. La idea de polo progresista puede llevarnos a esa izquierdización que puede significar facilitar el camino a la derecha por los próximos 8, 12 o 16 años, y para eso no estamos disponibles. Entonces, en esta ecuación el rol de la DC es muy importante, y así espero que lo entiendan nuestros aliados.
"A nosotros se nos va a medir por el resultado en la elección municipal"
En el escenario interno, Walker se encuentra preparando la junta nacional de enero próximo, en que se elegirá al nuevo consejo nacional del partido. "Con eso cumpliremos cinco meses de profunda renovación y democratización de nuestra estructura interna. Aquí, como coalición, ha habido un proceso difícil de ajuste en los ocho meses, porque en marzo cumplimos una etapa, dejamos de ser Gobierno y eso requiere un tremendo proceso de ajuste que abre grandes oportunidades. Por ejemplo, no habría habido renovación de la DC en torno a un planteamiento como el nuestro si hubiésemos sido fuerza de Gobierno, porque los cargos, las pegas, el clientelismo... Los intereses que uno administra cuando es Gobierno son distintos. Ahora que no tenemos nada, queremos todo, como dijo Carlos Dittborn", bromea Walker.
-¿Y cuál va a ser su gran prueba como nueva directiva?
-A nosotros se nos va a medir por el resultado en la elección municipal, y quiero que como DC tengamos más alcaldes, más concejales, y más del 15% que somos ahora. Y ese acuerdo electoral habrá que construirlo con mayor amplitud que la propia Concertación, y no temo decirlo. Porque un acuerdo electoral, a diferencia de una coalición política, requiere de una mayor dosis de pragmatismo.
"No va a ser fácil encontrar un sucesor para Piñera"Análisis crítico del Gobierno:
Ignacio Walker dice que no se siente cómodo en la oposición, pero acumula una larga lista de críticas al Gobierno, y dice que el plus de la DC es que la actual Administración tiene una visión neoliberal de la economía que la mayoría de la población no comparte.
"Hemos visto un sesgo del Gobierno que desconfía del Estado, de las políticas públicas, y que al final termina erosionando y perforando la red de protección social generada trabajosamente durante 20 años por los gobiernos de la Concertación. Porque seamos claros: en medio de la bonanza económica, en el presupuesto que acabamos de discutir no había un solo peso para una sola sala-cuna o jardín infantil nuevo, por decir algo, y podríamos multiplicar los ejemplos".
-Sin embargo, en el discurso del 21 de Mayo se advertía un acento en la protección social...
-Creo que este es el Gobierno de los grandes anuncios, promesas de campaña, discurso de 21 de Mayo, puestas en escena y después de una letra chica que termina borrando con el codo lo que escribe con la mano. Por ejemplo, con el anuncio del Presidente de la República en Temuco: 4.400 millones de dólares se van a destinar al Plan Araucanía en cuatro años. Dos días después el intendente aclaró que son 500 millones de dólares y el presupuesto para el próximo año contempla 12. Hay mucha promesa incumplida: que el 7% de los jubilados o que los seis meses del posnatal. Para qué decir respetar la estabilidad laboral de los funcionarios públicos, que es una vergüenza, porque la carta abierta de Sebastián Piñera al año pasado decía: 'Vamos a respetar su estabilidad laboral. Han escuchado que van a despedir gente, eso es la campaña del terror'. Bueno, llevamos cerca de seis mil funcionarios despedidos en ocho meses.
-¿Lo sorprendió la baja de 13 puntos en el respaldo al Gobierno de la encuesta Adimark?
-No. El Gobierno tuvo un veranito de San Juan con el rescate de los mineros. Pero, cuidado, nosotros no podemos apostar a que al Gobierno le vaya mal. Como oposición, Concertación y DC tenemos que hacer nuestra pega y demostrar que lo podemos hacer mejor. Porque, además, el Gobierno tiene a su favor una bonanza económica que lo va a acompañar durante cuatro años. Ahora, ojo, Hernán Büchi venía de una bonanza económica de cinco años y perdió en 1989 con Patricio Aylwin.
-¿Cree que el Gobierno no podrá remontar en las encuestas?
-Va a depender de cómo lo haga y yo creo que lo ha hecho mal. Lo ocurrido en el Parlamento con el reajuste del sector público es cosechar, por parte del Gobierno, los efectos de su infinita arrogancia de ocho meses, que pareciera no entender la lógica de la democracia, la lógica del funcionamiento del Parlamento y, sobre todo, del rol fundamental de la negociación. Entonces, cuando el ministro Cristián Larroulet dice que es discípulo de Edgardo Boeninger, yo le diría: "No lo ha tratado de demostrar en la práctica".
-¿Por qué lo dice?
-Edgardo Boeninger partía por reconocerle a su interlocutor la razón en parte importante de su argumento y eso no lo hemos visto por parte de los ministros. El Gobierno está empeñado en un monólogo, no en un diálogo, y se está quedando solo. Es decir, cuando rechazamos el primer programa de royalty del Gobierno que era malito, ¿qué dijo el ministro Rodrigo Hinzpeter?: "Antipatriotas". Y cuando estaba más caldeado el tema mapuche, declaró que la vía legislativa estaba agotada. Después, antes de empezar la discusión del segundo trámite del presupuesto, el ministro Felipe Larraín, que es una persona dialogante, dice: "No hay nada que negociar". Y al comenzar el análisis en el Senado, en que queríamos justamente salvar la discusión, el ministro Larroulet dice, antes de que se vote: "Ustedes no están cumpliendo con su palabra".
-Pero el Gobierno ha tenido un buen balance de proyectos aprobados en el Parlamento.
-No he visto ninguna voluntad política de este Gobierno para llegar a acuerdos en los temas importantes. Ha buscado victorias pírricas: un votito por aquí, un votito por allá, un PRI, un descolgado, una cosa sin visión de país.
-¿Y cómo ve la carrera presidencial en la derecha?
-Creo que no va a ser fácil encontrar un sucesor para Piñera, es decir, alguien que no venga de la derecha tradicional y no tenga su plus , desde el punto de vista de su origen y su trayectoria.
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