RICARDO ESTA EN LO CIERTO. Rodolfo Fortunatti
Ricardo está en lo cierto. Enríquez-Ominami no tiene nada que ver con las luchas de la Concertación y, menos aún, con las luchas progresistas de la Democracia Cristiana. En esto no podemos equivocarnos.
Quizá nada de lo hecho por Enríquez-Ominami hasta ahora, ninguna de sus apariciones públicas, ninguna de sus performances mediáticas, retrate con mayor claridad lo que él representa, que la reunión que tuvo lugar la semana pasada en el Club de Polo San Cristóbal. Fue una cena donde una audiencia muy selecta comprometió sus firmas ―aunque no sus votos― de apoyo al candidato, no sin antes escuchar de sus propios labios el lazo común que los unía: el ser hijos de padres exitosos.
Les dijo entonces: «Al igual que muchos de ustedes, yo tuve un padre que fue exitoso. Fue un líder que murió a los 30 años luchando por sus ideales. Eso ha marcado mi vida».¿Quiénes son aquellos padres exitosos? La prensa informa que entre los allí congregados estaban Maximiliano Raide, Soledad de Gregorio, Charles de Bournet, Lionel Kaufmann, José Tomás Daire, Francisco Giner, Nicolás Ibañez y Andrés Bulnes.
¿Cuáles son los modelos de éxito aludidos por Enríquez-Ominami?
Un caso: Nicolás Ibañez, padre, es controlador del grupo económico D&S, uno de los cinco mayores consorcios empresariales de Chile. El grupo posee los supermercados e hipermercados Líder, actualmente en vías de pasar a la firma Wal-Mart ―la gran retailer norteamericana―, como una forma de eludir los costos de sus fallidas fusiones anteriores.
Nicolás Ibañez, asimismo, maneja los formatos alternativos de los supermercados ALVI y EKONO, el rubro más rentable del conglomerado. Uno de sus mayores aciertos es la introducción en el mercado, especialmente en los sectores populares, de la tarjeta no bancaria PRESTO.
En la actualidad, los Ibañez lideran el Comité de Retailers, creado por ellos mismos hace menos de un año. Su objetivo es impulsar una férrea “defensa contra las amenazas regulatorias” del Ejecutivo. En dicho Comité participan otros grupos familiares de los rankings de creación de valor, como Falabella (Familia Cuneo Solari Falabella Heller), Cencosud (Paullman), Ripley (Del Río), y La Polar (AFP). Todos ellos se oponen al proyecto de ley impulsado por el Gobierno que busca instaurar un Registro Nacional y único de deudores bancarios y no bancarios administrado por una entidad central distinta de DICOM, y que permitiría la transparencia de la información. Como sabemos, sólo los bancos están obligados a entregar la información de sus deudores a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras. Al conseguir que también los retailers se obliguen a ello, los bancos podrían flexibilizar sus planes de crédito y, de este modo, eliminar la dependencia de los micro, pequeños y medianos empresarios hacia las tarjetas no bancarias como Presto, Falabella-CMR, Ripley, entre otras; las que, huelga decir, aplican altísimas tasas de interés y cobros moratorios.
Otro caso: Andrés Bulnes es hermano de Manuel Bulnes, y éste, gerente general de Larraín-Vial, corredores de Bolsa de Santiago a quienes Sebastián Piñera les otorgó mandato para transar y administrar acciones de su principal sociedad, Santa Cecilia, y representarlo en la inversión en otros instrumentos financieros nacionales o extranjeros, según los criterios fijados por Bancard (brazo financiero del empresario) en lo que él ha denominado su propia solución de fideicomiso ciego. La misma corredora se ha visto involucrada en la transacción de acciones investigadas y sancionadas por la Superintendencia de Valores y Seguros, por uso ilegítimo de información privilegiada, falta al deber de reserva, e infracción al deber de abstención de compra o insider trading.
Qué duda cabe, todos estos son modelos muy exitosos de acumulación y concentración económicas. Pero ninguno que sirva para organizar la justicia y la solidaridad. Y así como nadie osaría cambiar el toro de Wall Street por la estatua del Che Guevara, nadie arriesgaría comparar la trayectoria de estos hombres de los negocios y de las finanzas con el testimonio de Miguel Enríquez, el fundador del MIR. Como nadie podría asegurar que en el Club de Polo, hubo un gramo de consecuencia política.
Afte.,
Rodolfo Fortunatti
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Quizá nada de lo hecho por Enríquez-Ominami hasta ahora, ninguna de sus apariciones públicas, ninguna de sus performances mediáticas, retrate con mayor claridad lo que él representa, que la reunión que tuvo lugar la semana pasada en el Club de Polo San Cristóbal. Fue una cena donde una audiencia muy selecta comprometió sus firmas ―aunque no sus votos― de apoyo al candidato, no sin antes escuchar de sus propios labios el lazo común que los unía: el ser hijos de padres exitosos.
Les dijo entonces: «Al igual que muchos de ustedes, yo tuve un padre que fue exitoso. Fue un líder que murió a los 30 años luchando por sus ideales. Eso ha marcado mi vida».¿Quiénes son aquellos padres exitosos? La prensa informa que entre los allí congregados estaban Maximiliano Raide, Soledad de Gregorio, Charles de Bournet, Lionel Kaufmann, José Tomás Daire, Francisco Giner, Nicolás Ibañez y Andrés Bulnes.
¿Cuáles son los modelos de éxito aludidos por Enríquez-Ominami?
Un caso: Nicolás Ibañez, padre, es controlador del grupo económico D&S, uno de los cinco mayores consorcios empresariales de Chile. El grupo posee los supermercados e hipermercados Líder, actualmente en vías de pasar a la firma Wal-Mart ―la gran retailer norteamericana―, como una forma de eludir los costos de sus fallidas fusiones anteriores.
Nicolás Ibañez, asimismo, maneja los formatos alternativos de los supermercados ALVI y EKONO, el rubro más rentable del conglomerado. Uno de sus mayores aciertos es la introducción en el mercado, especialmente en los sectores populares, de la tarjeta no bancaria PRESTO.
En la actualidad, los Ibañez lideran el Comité de Retailers, creado por ellos mismos hace menos de un año. Su objetivo es impulsar una férrea “defensa contra las amenazas regulatorias” del Ejecutivo. En dicho Comité participan otros grupos familiares de los rankings de creación de valor, como Falabella (Familia Cuneo Solari Falabella Heller), Cencosud (Paullman), Ripley (Del Río), y La Polar (AFP). Todos ellos se oponen al proyecto de ley impulsado por el Gobierno que busca instaurar un Registro Nacional y único de deudores bancarios y no bancarios administrado por una entidad central distinta de DICOM, y que permitiría la transparencia de la información. Como sabemos, sólo los bancos están obligados a entregar la información de sus deudores a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras. Al conseguir que también los retailers se obliguen a ello, los bancos podrían flexibilizar sus planes de crédito y, de este modo, eliminar la dependencia de los micro, pequeños y medianos empresarios hacia las tarjetas no bancarias como Presto, Falabella-CMR, Ripley, entre otras; las que, huelga decir, aplican altísimas tasas de interés y cobros moratorios.
Otro caso: Andrés Bulnes es hermano de Manuel Bulnes, y éste, gerente general de Larraín-Vial, corredores de Bolsa de Santiago a quienes Sebastián Piñera les otorgó mandato para transar y administrar acciones de su principal sociedad, Santa Cecilia, y representarlo en la inversión en otros instrumentos financieros nacionales o extranjeros, según los criterios fijados por Bancard (brazo financiero del empresario) en lo que él ha denominado su propia solución de fideicomiso ciego. La misma corredora se ha visto involucrada en la transacción de acciones investigadas y sancionadas por la Superintendencia de Valores y Seguros, por uso ilegítimo de información privilegiada, falta al deber de reserva, e infracción al deber de abstención de compra o insider trading.
Qué duda cabe, todos estos son modelos muy exitosos de acumulación y concentración económicas. Pero ninguno que sirva para organizar la justicia y la solidaridad. Y así como nadie osaría cambiar el toro de Wall Street por la estatua del Che Guevara, nadie arriesgaría comparar la trayectoria de estos hombres de los negocios y de las finanzas con el testimonio de Miguel Enríquez, el fundador del MIR. Como nadie podría asegurar que en el Club de Polo, hubo un gramo de consecuencia política.
Afte.,
Rodolfo Fortunatti
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