La no columna . John Biehl del Río
Señora Directora:(Carta a la Segunda)
Quisiera escribir una columna sobre cómo un partido político que muere quiere hacerlo eligiendo un Presidente de la República. No puedo. Le invito a ser interactivo. Ponga usted el final. ¿Serán dos los muertos?
Quisiera escribir sobre los comentarios de un candidato presidencial, y algunos de sus partidarios, en torno a la milagrosa salvación de las aguas de una niña, de la cual se enamoró Chile entero. También del implante de un órgano en un ministro de Estado. No puedo. Entrar al camarín de Colo Colo no me interesa.
Podría escribir sobre el nuevo avión presidencial, aquél comprado con los fondos reservados del cobre y que, equipado con asientos diferenciados, no permite que los empresarios estiren sus piernas. No puedo, pues concluiría con la sobria imagen del Primer Ministro de Noruega, Jens Stoltenberg, llegando a Chile desde Oslo a la Cumbre de Líderes Progresistas en avión de línea comercial.
Podría escribir sobre cómo se compran más y más aviones de combate F16 o tanques ágiles como leopardos. No puedo. Bolivia quiere mar soberano; Perú, más del Pacífico, y concluiría afirmando que con la seguridad nacional sólo pueden jugar los que venden y compran armas, provocan crueles carreras armamentistas y jugosas cadenas de secreta corrupción.
Podría escribir sobre por qué estoy en contra de la reelección presidencial. No puedo. Tendría que decir que en nuestra cultura me parece que fomenta el caudillismo; el clientelismo; contribuye a cerrar las puertas a los jóvenes en política, también a destruir los partidos políticos; es innecesario; detiene el tiempo, lo que es imposible y es tremendamente aburrido. No es un aliado del crecimiento de la democracia y sobrepone las ansias de poder al espíritu de servicio.
Podría escribir sobre cómo se llegó a elegir presi dente del Senado a quien aparecía con el mayor poder para destruir y paralizar un gobierno. Tal ofensa al Senado de la República repugna. Fue aprobado por la mayoría del propio cuerpo legislativo con regocijo, lo que nos llevaría a preguntarnos qué clase de monstruos lo componen. No puedo escribirlo.
Podría escribir sobre la nueva ley popularmente conocida como de Transparencia. No puedo. Me temo que concluiría, sobre todo después de la crisis mundial, que debería aplicarse también al sector privado. No podría ignorar la colusión de las farmacias; los Ríos de dineros que los papis llevan a sus niños en competencias tenísticas, bajo cláusulas secretas. La desaparición de las pensiones o los cobros absurdos en tantos servicios. ¿Qué hay más público que un estadio, un supermercado, una farmacia o un hospital?
Podría escribir sobre el ejemplo mundial que da el candidato presidencial Piñera al colocar bajo su protección los más tóxicos bienes que tiene la Concertación de Partidos Políticos por la Democracia. No puedo. Me llevaría a decir que no hay cómo satisfacer las ambiciones de quienes pasaron por la isla de Sergio Bitar o el fracaso para ser alcaldes de Santiago. Tendrá que ponerlos de inmediato en un fideicomiso ciego, manco y mudo, me temo, si no quiere destruir su imperio político antes que éste comience.
Podría escribir de la suerte que ha tenido la Concertación de Partidos Políticos por la Democracia en liberarse fácilmente de tantos que esperaban ser candidatos a la Presidencia o amenazaban con llevarse la pelota para la casa. No puedo. Ello me llevaría a distinguir entre los que han sido adquiridos en el juego de la libertad de mercado y los que han optado por construir pequeñas empresas para postularse ellos mismos a la Presidencia de la República, ambición legítima y divina, que sus antiguos pares fueron incapaces de reconocer en ellos.
Podría escribir sobre la potencial candidatura presidencial de Marco Enríquez-Ominami Gumucio. No puedo. Si argumentara con seriedad, por encima de la letanía mediática que antecede, tendría que concluir que le voy a dar mi voto. Soy un demócrata profundo; creo que el poder no puede ser usado para acumular riqueza siempre en los mismos. Creo que un Chile sin pobreza es mucho más fuerte que con un F16 para cada chileno. Creo que quedan muy pocas oportunidades para cambiar prácticas profundamente equivocadas en gobierno y oposición. Creo que el coraje de este candidato representa el renacer de la trucha plateada.
John Biehl del Río
[+/-] Seguir Leyendo...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home