COLUSION. Santiago Robles.
En Economía I, U. de Chile, me enseñaron que los agentes económicos se juntaban, se repartían mercados, se fijaban precios y permitían alguna “competencia” entre ellos. A este fenómeno económico, se le llamaba colusión. Así, ellos determinaban, qué se comía, qué se bebía, qué se decía. Los consumidores estábamos dominados por estos grupúsculos
En 1990, luego de que con lápiz derrotamos en las urnas a la fuerza y a la prepotencia de la dictadura militar, se creó una colusión de partidos políticos por la democracia, para reemplazar a los milicos en el gobierno de Chile. Como el término colusión era muy fuerte, se le dio un nombre mas académico: CONCERTACIÓN. Así nació esta Concertación, y mediante cuoteos políticos se repartieron los cargos de ministros, embajadores, y de acuerdo con la importancia del partido, se repartieron la Administración Pública. Para qué hablar de los representantes del pueblo. Y todo bien. Al principio, puro ñeque, pura fuerza, puro pueblo; una gran mística que nos hizo soñar en grandes cosas. Eramos felices. Luego, a esta concertación se la fue adornando con frases tales como Economía Social de Mercado, y posteriormente como Globalización o Economía Globalizada. Todo el mundo hablaba de ellas, pero nadie entendía ni jota su significado. Pasó lo mismo que con los libros clásicos: todos hablan de ellos, pero nadie los lee.
Pasaron los años, y la derecha económica (hoy Alianza), fue lentamente erosionando a la Concertación, y le fue introduciendo sus prácticas económicas de las que están llenas la economía de mercado. El tema principal era la frescura de los microempresarios, que cobraban lo que querían. Eso no se puede tolerar, decían indignados. Los grandes negocios, se hacen de otra manera, Y TODO RESULTA MAS BARATO. Y así, de acuerdo con esta filosofía de mercado, fueron apareciendo grandes mercados (supermercados y asociaciones de supermercados), grandes ferreterías, grandes farmacias, grandes, grandes, grandes, todo grande, que al inicio, partían con precios mas bajos que los de los microempresarios; pero, luego cuando éstos quebraban, lentamente los empezaban a subir, alegando “libre competencia de mercado”. Pero eso no los detuvo. Los supermercados mas grandes, empezaron a “comerse” a los mas pequeños, y hoy tenemos que la economía está dirigida por grupos de concentraciones de poder tan grandes como nunca existieron en Chile. Ellos deciden lo que se come, lo que se viste, lo que se dice. Y todo esto a la vista y paciencia del gobierno de la Concertación. Entre ellos se coluden en precios, se reparten mercados, y a las finales cobran lo que quieren a los pobres consumidores. Y si no tienen plata para comprar, les meten tarjetas de créditos, y asunto concluido. Si hasta bancos han creado. ¿Hasta donde llegaremos?
Al grupo mas chico de los dueños de este sistema, los pillaron que se coludían en los precios de los fármacos. Y quedó la grande. Pero, y ¿qué pasa con los precios de los productos de los supermercados y de las ferreterías? Todos sabemos que están arreglados, pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?. Al sistema, sólo se le están escapando las Ferias Libres; pero ya hay estudios al respecto, pues son varios los miles de millones de dólares los que se transan en este mercado. No pueden dejar que se les escapen. Total, al gobierno sólo le interesa conservar el poder, y no ser desalojado de La Moneda. Le interesa también conservar los cuoteos políticos, y cuando alguien dice algo, DC y PS incluidos, encuentran que es inaceptable que en Chile se diga la verdad. No reconocer los cuoteos políticos con que ha vivido la Concertación en estos 20 años, es tratar de tapar el sol con un dedo. Así de simple. Nada sacamos con adornar frases y palabras grandilocuentes, para esconder los cuoteos. A las finales, no podemos avanzar, pues nos estamos pisando la cola.
SANTIAGO ROBLES VALENCIA
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