miércoles, marzo 25, 2009

Propuestas programáticas DC en Educación Superior


Democracia Cristiana y Educación Superior
Toma de posición para el Congreso DC Documento base
Comisión Congreso DC
sobre Educación Superior
setiembre 04 de 2007.

Consideraciones básicas

1.La Educación Superior es un especial estado de desarrollo de la sociedad. Refleja los más altos niveles de creación del conocimiento y de su cultura. Significa, expresa y canaliza la viabilidad del crecimiento de todas las capacidades de las personas y la sociedad y de su economía. Todo ello le da sentido a la alta valoración que la DC hace de este espacio social, educativo, cultural, científico, de crecimiento económico y desarrollo de la vida común. En términos generales “la universidad viene a llenar un vacío de nuestra sociedad y representa, en este sentido, una especie de “conciencia critica” de la sociedad, a la vez que una “reserva” a la que ésta puede acudir en determinadas circunstancias. Tres razones avalan este carácter particular de la universidad, primero, el rigor que es propio de la vida intelectual; segundo, la independencia frente a los problemas del momento; y tercero, su distancia de los hechos contingentes, que le permite una perspectiva más abarcadora”.
2. Son las instituciones de educación superior (universidades y otras) las que proveen a la sociedad de “bienes” básicos para su vida presente y para su crecimiento y desarrollo futuro: creación de conocimiento (investigación científica y tecnológica) y su difusión (docencia de pregrado, títulos profesionales y técnicos) extensión y asistencia técnica. También, es un mecanismo de movilidad social que genera equidad en el sistema a través del acceso de los estudiantes con menos recursos a estudios superiores. Para que ello ocurra se debe dar un salto cualitativo que consolide una formación técnica y profesional de calidad y con equidad.
3. Por sus consecuencias sociales la educación superior como toda la educación tiene siempre un sentido público. Una educación superior pública garantiza a los jóvenes su derecho a la educación y les brinda una educación de calidad, facilitando la movilidad social de los más desposeidos. Sirve para el libre desarrollo de las personas en sus potencialidades intelectuales y espirituales y en su formación como ciudadanos capaces de asumir las responsabilidades de la vida en democracia. Cumple un papel fundamental para el desarrollo de las naciones en un mundo globalizado, competitivo y en que el conocimiento se ha convertido en el capital más preciado. Al Estado le corresponde apoyar al conjunto de la educación superior, tanto pública como la privada, promoviendo la calidad. La libertad de enseñanza tiene una larga tradición en la educación chilena. Por ello, el Estado debe proveer financiamiento a la educación pública y privada si ésta atiende a los sectores mayoritarios que no pueden pagar, garantizando la libertad y responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos e impulsando la igualdad de oportunidades y la calidad para todos
4. Desde la DC se asume que el Estado tiene responsabilidades que cumplir en los ámbitos de la educación superior. También se asume que existe un rol para el mercado en este sector, que será necesario precisar. Frente a la realidad de hoy, la DC sostiene un rol activo del Estado en la educación superior.
5. Existe una larga historia DC respecto del tema universitario. Así en los años 60 democratacristianos elaboraron una crítica a la universidad profesionalizante de entonces. Luego, en la reforma de fines de los 60, la DCU y los académicos DC tomaron la iniciativa en adaptar de modo crítico a las universidades a los cambios sociales de la época y proponer reestructuraciones sobre la base de democratización del acceso y las decisiones, nuevo lugar para las ciencias y la investigación, compromiso social, sentido de comunidad de profesores y alumnos (con desiguales resultados, por el distinto efecto que la progresiva polarización del país tuvo en las distintas universidades). En los años 80 también tuvieron los DC y una generación de dirigentes estudiantiles un rol protagónico en la exigencia de democratización del país.

Diagnóstico y elementos de análisis

6. La Educación Superior en Chile está altamente cuestionada por sus resultados, por las políticas públicas que se aplican y básicamente por la conceptualización utilizada en el diseño de sus estructuras de funcionamiento y en las políticas aplicadas por el Gobierno.
7. El actual sistema de educación superior tiene una alta heterogeneidad de instituciones y un desordenado crecimiento. Su desarrollo está basado en decisiones adoptadas con criterio de mercado más que de satisfacción de necesidades públicas.
8. La evolución de los estudios de educación superior en Chile se caracteriza por su masificación en el acceso; por un acceso desigual, asociado con una desigual graduación de los jóvenes en la enseñanza secundaria; por un alto gasto total del Estado y un cada vez mayor aporte privado; porque no sólo requieren apoyo los más vulnerables, sino el 80% de los hogares; porque de su matrícula, a 2005, más de 600 mil, 70% es primera generación con estudios universitarios; porque la cobertura en equidad indica que el 1er quintil tiene una matrícula de 9,4% y en cambio la matrícula del 5to quintil es 65,6% del total; porque se ha estado avanzando en reducir la iniquidad del sistema, pues el crecimiento de la cobertura es 21% en 1er quintil, en 5to quintil es 60% desde el 92, pero desde 1987 es 147% contra 63% del V; porque existe una mala distribución de la calidad de educación escolar, tal que el puntaje para ingreso a las Universidades es 6 veces mayor para un alumno egresado de un establecimiento particular pagado que para uno de liceo municipal -en la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile es más de 10 veces-; porque además, en general los pobres no egresan; porque sólo el 20% de los hogares puede pagar arancel promedio; porque existe una baja retención en las universidades, según OECD (2001) 28% de los que ingresaban se titulaban, contra 42% en promedio de los países OECD; y porque la mayor parte de la deserción se produciría los dos primeros años.
9. La alta diversificación del sistema de educación superior es valorada como un fenómeno interesante, que si bien presenta algunas dificultades desde el punto de vista de la calidad, abre nuevas posibilidades y en general, permite responder de mejor forma a las necesidades sociales. Diversificación que ocurre principalmente a nivel del sistema: diversificación horizontal, referida a la aparición de nuevos proveedores, específicamente, organizaciones privadas distintas de las que tradicionalmente instalaron y operaron instituciones de educación superior; diversificación vertical, referida a la coexistencia de instituciones universitarias con otras que centran su quehacer en el otorgamiento de títulos profesionales o técnicos, sin que la actividad académica propiamente tal forme parte de su misión. Ambas existen, están legitimadas y como siempre, hay proveedores buenos, regulares y malos en todas las categorías que puedan construirse.
10. Existe, sin embargo, otra dimensión de la diversificación, la que da al interior de las propias instituciones, de algunas universidades, tanto públicas como privadas. En particular, un análisis de las universidades públicas, indica que hay un número no muy grande pero significativo de universidades estatales donde este tipo de diversificación ocurre. Tienen un núcleo central que opera con la lógica de una universidad pública, aplicando criterios rigurosos de calidad para la selección y promoción de su personal académico; para el diseño y provisión de carreras y programas; para el desarrollo de diversas funciones; seleccionan estudiantes; ofrecen instalaciones y recursos apropiados y actualizados y obtienen buenos resultados. Pero, presenta una dualidad inesperada, pues alrededor de este núcleo, en otras jornadas, en otras sedes, en otras modalidades, funciona una institución que opera con criterios estrictamente privados, y cuyo objetivo no es sólo prestar un servicio educativo de calidad aceptable, sino obtener recursos para financiar la actividad desarrollada en el centro de la institución. No son, por tanto, instituciones con fines de lucro en el sentido estricto (no hay utilidades, ni estas se distribuyen a los socios) pero en la práctica, los ingresos obtenidos en esta segunda institución permiten financiar a la primera. A esto se agrega que los programas ofrecidos son en muchos casos programas profesionales que, si bien en algunos casos entregan una licenciatura, esta rara vez se ve respaldada por una formación coherente con el grado otorgado; programas técnicos de distinto tipo y algunos programas que son simplemente diplomas o cursos de capacitación, todos ellos amparados bajo el rótulo de universidad estatal.
11. A la vez, se observa que la situación de las universidades estatales es difícil pues el Estado no les entrega todos los recursos que necesitan, y por consiguiente, tienen que encontrarlos en otras fuentes, generalmente privadas. Ello lleva a plantear qué significa ser una universidad estatal, quién se responsabiliza por lo que hacen o dejan de hacer las universidades estatales, o por la forma en que desarrollan su labor. Las universidades privadas del Consejo de Rectores responden a una autoridad central: La Junta Directiva, el Gran Canciller, el Consejo de la Fundación, etc. Estas autoridades definen los límites y el rango de acción de las universidades. No está claro quién define los límites y el rango de acción a las universidades estatales. Cuando hay universidades estatales que no se acreditan, la responsabilidad no es sólo de las instituciones y sus autoridades sino también del Estado.
12. El financiamiento a la docencia de pregrado en Chile se caracteriza por la existencia de dos sistemas de apoyo estudiantil, según la fecha creación de la universidad: Becas y crédito subsidiado a universidades del Consejo de Rectores; Crédito para programas acreditados en universidades privadas.
13. El sistema de crédito universitario del Consejo de Rectores es un crédito contingente a ingresos, es equitativo y eficiente. A su vez, la ayuda estudiantil del Estado chileno está relativamente bien focalizada comparada con otros países de América Latina, pero su focalización es deficiente en relación a otros niveles del sistema educativo chileno (básica y media). No cubre costos de oportunidad de educarse (mantención). Presenta escaso apoyo a los estudiantes de otras instituciones de educación superior, como Centros de formación Técnica (CFT), Institutos Profesionales (IP) y universidades privadas post 1981. La ausencia de apoyo a este sector como a las universidades privadas creadas con posterioridad a 1981 se ha comenzado a abordar con el nuevo sistema de crédito universitario.
14. Al enfrentar el problema de liquidez mediante créditos contingentes a ingresos se cree solucionar el problema de equidad. En este sistema los estudiantes tienen financiamiento para una actividad que se espera sea privadamente rentable; los futuros profesionales devuelven en función de su capacidad de pago -si les va mal no devuelven-; así, subsidiar la educación superior significaría apoyo a grupos de mayores ingresos -ex-ante y ex-post-. Además, la solución vía mecanismos de crédito resuelve el ajuste de la oferta de graduados a las necesidades del mercado laboral. Esto se produce a través de la transmisión de señales del mercado laboral al sistema de educación superior.
15. En lo relativo a la formación de técnicos de nivel superior y CFT´s aparece la paradoja de un sentimiento generalizado acerca de su necesidad y una realidad en que recién comienzan a concretarse algunas pocas medidas, como apoyos vía becas Nuevo Milenio, proyectos MECESUP y otras iniciativas que no alcanzan ni con mucho la entidad de una política de desarrollo de este nivel. Por otra parte, se reconoce que son muchos los jóvenes que estarían dispuestos a tomar este camino, particularmente si reciben señales de la sociedad y del Estado en el sentido de que se lo valora socialmente y frente a los empleadores.
16. No hay duda y pese a la visión crítica sobre algunas dimensiones, que Chile ha alcanzado un buen grado de desarrollo de sus universidades e instituciones de educación superior, en aquellos aspectos que pueden ser incentivados mediante una política pública de educación superior “comprehensiva”, que integre distintos aspectos que interesan a una sociedad moderna.



Proposiciones

Reconocemos que en el mundo globalizado actual, las universidades deben asumir los complejos desafíos de ser eficientes y competitivas y, al mismo tiempo, ejercer una orientación de la vida social. Todas las proposiciones que la Comisión formula apuntan a estos logros.

Apoyar la modernización y el compromiso social de las universidades

1. Reconocer que las universidades en su esfuerzo por proporcionar servicios directos lo que es en sí una función moderna y legítima - y formar profesionales que requiere el mercado, se han desperfilado en un aspecto importante que es el de la orientación reflexiva de los procesos socioculturales. Esto implica una opción preferente por el desarrollo de las ciencias sociales pero no sólo de éstas, pues en lo más distintos campos del saber existen problemas que requieren discernimiento en términos valóricos, de primacía de lo humano y lo comunitario, de equidad, de bien común, de respeto al medio ambiente, la naturaleza, el patrimonio, ciudades más amables, relaciones interpersonales enriquecidas, etc. en las que la sociedad puede esperar una voz académica desinteresada, desde la reflexión y el saber. Esto es, no sólo una universidad tensionada desde afuera, para responder a nuevos requerimientos - lo que en buena medida muchas de ellas están haciendo y bien – sino también la universidad que desde sí misma y desde su competencia reflexiva en un área determinada da una opinión independiente y fundada.

2. Desplegar en el debate universitario de hoy conceptos que adquieren nueva vigencia, como instancias de diálogo y participación de profesores y alumnos que se puedan promover y multiplicar en distintas facetas de la vida de la universidad; formación y atención a los estudiantes más allá de lo estrictamente docente (participación en actividades de investigación, extensión cultural, foros sobre temas relevantes, servicios comunitarios, bienestar, evaluación de la docencia, etc.). Ahora, a pesar de las exigencias propias del actual sistema de financiamiento de la educación superior, no se puede dejar de pensar en el tipo de educación superior que queremos - no sólo la que la realidad nos da y se debe asumir las responsabilidad de fomentar una nueva generación de académicos con sentido de comunidad
3. Reafirmar la participación como un valor propio de la convivencia universitaria y de la integración entre académicos y estudiantes que la caracterizan en el marco de una sociedad abierta y democrática. La participación se vincula a la situación funcional de los distintos estamentos y se realiza a través de toda la vida universitaria. El principio general es el de orientar la participación atendidas las respectivas responsabilidades y posición funcional de los integrantes de la comunidad universitaria, quedando claro que no se alienta co-gobierno de las universidades, asociado con la elección de autoridades unipersonales. Su objetivo es perfeccionar la universidad como institución comunitaria. El reconocimiento de que el eje de la actividad universitaria está en los académicos como elemento constitutivo y permanente de la Universidad, son quienes forman a las nuevas generaciones de profesionales y científicos y generan y difunden conocimiento avanzado. Los estudiantes no pueden ser entes pasivos y meros receptores de este saber. Deben ser co-creadores de conocimientos de ahí que tengan que desarrollar un rol activo, comprometido con el proceso de búsqueda del saber, con su propio aprendizaje. Más allá de los mecanismos específicos, la participación debe convertirse en un valor y factor que facilite la calidad académica y la pertinencia de los saberes que se enseñan y cultivan.

Fomento de la educación superior, rol del estado y políticas públicas

4. Revalorización de la importancia de la educación superior para el desarrollo de las personas en un mundo más tecnificado y complejo y también para una sociedad como la chilena inmersa en una forma audaz de inserción internacional y compitiendo en mercados globalizados. Esto puede fomentarse por diversas formas. Para ellos se puede generar, por ejemplo, alguna nueva línea del MECESUP vinculada a desarrollo nacional o regional, o incremento de becas al extranjero, intercambio de académicos con instituciones extranjeras de renombre, actividades tripartitas, Estado, universidades, empresas.

5. La educación superior representa un beneficio para toda la sociedad, por lo tanto requiere del apoyo del Estado. Este debe compatibilizar el respeto a la libertad de enseñanza con el aseguramiento de su calidad y garantizar el acceso de todos los jóvenes con mérito que no cuenten recursos para financiar la continuidad de sus estudios.

6. El Estado, a su vez, debe contar con las herramientas y políticas necesarias para fomentar la articulación y crecimiento del sistema en consonancia con el desarrollo nacional y objetivos de bien común. Y tanto desde el punto de vista de la educación superior como sector como de la sociedad toda, se deben fomentar valores y principios como el del rigor, independencia y autonomía de lo académico que sitúen a la universidad en una posición que le permita, mas allá de sus funciones clásicas, ejercer un rol crítico y de orientación reflexiva de los procesos sociales. Todos estos son elementos que podrían ayudar a conformar una posición constructiva y reconocible con relación a los requerimientos de desarrollo de la educación superior.

7. Definir una política para las universidades estatales. Es preciso que el Estado asuma la responsabilidad de estas instituciones que le son propias, y que al serlo, son de todos los chilenos. El gobierno ha sido elegido como representante de esos ‘dueños’ de las universidades estatales, y es indispensable que se haga cargo de establecer un adecuado marco de funcionamiento. Se trata de definir una estrategia de gestión y un mecanismo de control, que permita a estas instituciones cumplir con su misión.

8. El Estado tiene un rol respecto a informar, de equidad (capacidad de obtener y procesar información inversamente relacionadas con nivel educacional y socioeconómico de las personas); de eficiencia (existen economías de escala en producción de información y ésta tiene características de bien público -no rivalidad en el consumo y es difícil de excluir-; de homogeneidad: una información homogénea es más útil para poder comparar (caso planes Isapres).

Profundización de la equidad e igualdad de oportunidades

9. Vamos a buscar la igualdad de oportunidades. Al igual que para toda la educación, la base de la política educativa en educación superior debe ser la búsqueda de la igualdad de oportunidades y de la calidad, contemplando recursos y apoyos diferenciados para apoyar a los sectores más pobres.

10. Afirmar el rol del Estado respecto a la equidad y la igualdad de oportunidades para que los chilenos estudien en la educación superior, lo que significa: Mejorar oportunidades de acceso al sistema escolar; Mejorar distribución calidad; Compensar desigualdades de origen: + recursos en los más pobres

11. Definir una política estatal para mejorar la equidad en el acceso al pregrado de las universidades de todo el país. Lo que significa asegurar que los estudiantes meritorios tengan acceso: crédito contingente a ingresos futuros o con seguro estatal; Esquemas eficientes y equitativos de financiamiento; revisar la situación de las carreras saturadas; generar cada vez mejor información para la toma de decisiones sobre cuál carrera estudiar

Promover la formación de técnicos de nivel superior

12. Profundizar la pertinencia de los programas de formación de técnicos superiores en relación con las competencias demandadas por el mundo productivo y los nuevos requerimientos a escala nacional y global. Por medio de programas como Chile Califica y entendimientos directos se han logrados avances en el abordamiento de programas en que intervienes los distintos de niveles de formación y el mundo empresarial. A esto debe agregarse una preocupación por formar egresados con altos niveles de empleabilidad y, a la vez, mentalidad global, capacidad de análisis y adaptación a nuevas tecnologías y situaciones.

13. Esto implica una coordinación adecuada de programas tanto con la educación media técnico profesional – de modo de no repetir aprendizajes y destrezas que ya se conocen o dominan - y con la formación universitaria por medio de mecanismos racionales y convenios de continuidad de estudios. Más búsqueda de carreras cortas.

Avanzar en la conformación de un sistema de educación superior integrado y que responda a los requerimientos del mundo actual.

14. Conseguir que el sistema de educación superior responda a las necesidades de la sociedad y se logre como un sistema más integrado y que responda a una sociedad más compleja. La DC tiene una clara posición de bien común, de defensa decidida de oportunidades de educación superior que sean académicamente y socialmente válidas. Compatibilizar los criterios de mercado que generan una positiva diversificación de oportunidades de estudios superiores, los que deben ser adecuadamente combinados con mecanismos de regulación, superintendencia y acreditación de calidad.

15. Fortalecer la búsqueda de un nivel académico de excelencia de las universidades, reconocido nacional e internacionalmente, y pertinente con relación a los requerimientos del mundo actual, lo que implica contar cuadros docentes altamente competentes y motivados, con sistemas de aseguramiento de calidad y con la aptitud para acoger a una gran diversidad de estudiantes capacitados, independientemente de su posición socioeconómico.

16. El Estado, a su vez, debe contar con las herramientas y políticas necesarias para fomentar la articulación y crecimiento del sistema en consonancia con el desarrollo nacional y objetivos de bien común. Y tanto desde el punto de vista de la educación superior como sector como de la sociedad toda, se deben fomentar valores y principios como el del rigor, independencia y autonomía de lo académico que sitúen a la universidad en una posición que le permita, mas allá de sus funciones clásicas, ejercer un rol crítico y de orientación reflexiva de los procesos sociales. Todos estos son elementos que podrían ayudar a conformar una posición constructiva y reconocible con relación a los requerimientos de desarrollo de la educación superior.


17. Definir y profundizar políticas gubernamentales que avancen en la resolución de los siguientes temas: ayudas estudiantiles; mayor calidad de la educación superior; acreditación (institucional y de carreras); innovación científica y tecnológica; reforma curricular de los estudios universitarios; aranceles de referencia; financiamiento y costos de las universidades; gestión y responsabilidades en los déficits financieros de las universidades; Mayor igualdad en el acceso a la educación superior; Fortalecimiento de las universidades estatales; Aumento de la capacidad científica y tecnológica del país.

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