Paz Ciudadana. .... Andres Palma complementa aporte del Tote Cisterna.
Tote:
Me parece estupendo el artículo que me reenvías así como interesante tu comentario. Para mi, lo más importante del artículo de Santiago es su alusión a que el problema es la violencia, que estamos en una sociedad violenta y violentada.Esto se vive de maneras muy diferentes y de forma permanente: hay violencia doméstica, hay violencia en los estadios, hay violencia en las calles, hay violencia en la televisión, hay violencia en los colegios, hay violencia en las manifestaciones públicas, hay violencia en la manera de conducir, hay violencia en los movimientos reivindicatorios, hay violencia económica, hay violencia publicitaria , en fin, nos estamos acostumbrando a la violencia, y ello solo puede traer males.
Es curioso, porque no es (o principalmente no es) la violencia que provenga del odio, ese que el Cardenal Silva nos animaba a terminar en su homilía profética y no escuchada para el funeral del ex Vicepresidente Edmundo Pérez Zújovic, pero es una violencia que viene de la irritación cotidiana y que trae consecuencias graves.
Marcelo Trivelli en las reunión de ayer, y con los diputados DC hace una semana, dijo que "basta ya de abusos", y a mi me recuerda la Canción del NO, cuyo éxito vamos a recordar en menos de un mes, y que dice (creo) "pero basta ya de abusos, es el tiempo de cambiar".¿Cómo hacer ese cambio ahora? ¿Cómo revertir esas violencias?En el trabajo que estamos haciendo con Marcelo hemos llegado a la conclusión que uno de los temas fundamentales es que estamos dejando que el mercado resuelva problemas que debe resolver la democracia. A mi me parece que ese es el dilema Mercado o Democracia, porque hay niveles de desarrollo de las sociedades en que uno y otro se refuerzan, pero como lo demuestra China, y ahora Cuba, mucho mercado puede ser una manera de impedir que la gente se exprese y sea libre.
Esa fue la propuesta de la dictadura en Chile: Mucho mercado y nada de democracia. Por eso la derecha se niega a profundizar la democracia, claro que tampoco le gusta el mercado (el de verdad, con competencia...). Es parte de la deuda que tenemos los que hicimos Concertación y que, para mi, es una de las causas fundamentales del momento que la que fuera Concertación vive. Cada vez que Marcelo habla de los abusos cotidianos a mi me duele lo que no hemos hecho en materia de democracia. Hemos hecho mucho, y este gobierno será muy exitoso en aspectos sociales como la pensión solidaria y el Chile Crece Contigo, pero no hemos avanzado en la promesa de mayor ciudadanía, de mayor participación, de mayor protagonismo de las personas sencillas. Seguimos presos de los poderes fácticos, y ... del temor. (Ayer ¿alcanzaste a escuchar a Marcelo al respecto?)En fin, creo que este tema que plantea Santiago y que complementas tú es "el tema", pero no por Paz Ciudadana, que bien parece ser más de avanzada que varias personas en la Subsecretaría del Interior del actual gobierno, sino porque hay un aspecto -al menos- que no estamos abordando en nuestra sociedad y que está cambiando la sociedad lenta pero sostenidamente: El narcotráfico.
Desde que dejé la diputación por San Joaquín, el cambio que se ha vivido es indescriptible. Algo que nunca pensamos ocurriría siquiera. Y pareciera que CONACE, Carabineros, Interior, y los políticos de derecha, de la Concertación y de la izquierda radical, no lo vieran. Y esa realidad que empieza a parecerse a la de Río o Sao Paulo es difícil de modificar y se alimenta de violencias como las que comentamos.
El estudio de Bernardo Klisberg sobre los "Mitos y Realidades de la criminalidad en América Latina", y los trabajos hechos acá en FLACSO dicen que las redes sociales son fundamentales para disminuir el impacto del narcotráfico y de la criminalidad, y esas redes sociales son la clave de la democracia. Por eso esos grupos, los narcos, intentan controlar y terminan destruyendo las organizaciones comunitarias, y apoyan a los grupos políticos que no tienen fuertes compromisos democráticos. Lo sabemos en Chile y en América Latina.Tú lo señalas también en tu comentario: Tenemos que ver cómo podemos profundizar la democracia para terminar con las violencias.¿Te parece?
Un abrazo
Andrés
Me parece estupendo el artículo que me reenvías así como interesante tu comentario. Para mi, lo más importante del artículo de Santiago es su alusión a que el problema es la violencia, que estamos en una sociedad violenta y violentada.Esto se vive de maneras muy diferentes y de forma permanente: hay violencia doméstica, hay violencia en los estadios, hay violencia en las calles, hay violencia en la televisión, hay violencia en los colegios, hay violencia en las manifestaciones públicas, hay violencia en la manera de conducir, hay violencia en los movimientos reivindicatorios, hay violencia económica, hay violencia publicitaria , en fin, nos estamos acostumbrando a la violencia, y ello solo puede traer males.
Es curioso, porque no es (o principalmente no es) la violencia que provenga del odio, ese que el Cardenal Silva nos animaba a terminar en su homilía profética y no escuchada para el funeral del ex Vicepresidente Edmundo Pérez Zújovic, pero es una violencia que viene de la irritación cotidiana y que trae consecuencias graves.
Marcelo Trivelli en las reunión de ayer, y con los diputados DC hace una semana, dijo que "basta ya de abusos", y a mi me recuerda la Canción del NO, cuyo éxito vamos a recordar en menos de un mes, y que dice (creo) "pero basta ya de abusos, es el tiempo de cambiar".¿Cómo hacer ese cambio ahora? ¿Cómo revertir esas violencias?En el trabajo que estamos haciendo con Marcelo hemos llegado a la conclusión que uno de los temas fundamentales es que estamos dejando que el mercado resuelva problemas que debe resolver la democracia. A mi me parece que ese es el dilema Mercado o Democracia, porque hay niveles de desarrollo de las sociedades en que uno y otro se refuerzan, pero como lo demuestra China, y ahora Cuba, mucho mercado puede ser una manera de impedir que la gente se exprese y sea libre.
Esa fue la propuesta de la dictadura en Chile: Mucho mercado y nada de democracia. Por eso la derecha se niega a profundizar la democracia, claro que tampoco le gusta el mercado (el de verdad, con competencia...). Es parte de la deuda que tenemos los que hicimos Concertación y que, para mi, es una de las causas fundamentales del momento que la que fuera Concertación vive. Cada vez que Marcelo habla de los abusos cotidianos a mi me duele lo que no hemos hecho en materia de democracia. Hemos hecho mucho, y este gobierno será muy exitoso en aspectos sociales como la pensión solidaria y el Chile Crece Contigo, pero no hemos avanzado en la promesa de mayor ciudadanía, de mayor participación, de mayor protagonismo de las personas sencillas. Seguimos presos de los poderes fácticos, y ... del temor. (Ayer ¿alcanzaste a escuchar a Marcelo al respecto?)En fin, creo que este tema que plantea Santiago y que complementas tú es "el tema", pero no por Paz Ciudadana, que bien parece ser más de avanzada que varias personas en la Subsecretaría del Interior del actual gobierno, sino porque hay un aspecto -al menos- que no estamos abordando en nuestra sociedad y que está cambiando la sociedad lenta pero sostenidamente: El narcotráfico.
Desde que dejé la diputación por San Joaquín, el cambio que se ha vivido es indescriptible. Algo que nunca pensamos ocurriría siquiera. Y pareciera que CONACE, Carabineros, Interior, y los políticos de derecha, de la Concertación y de la izquierda radical, no lo vieran. Y esa realidad que empieza a parecerse a la de Río o Sao Paulo es difícil de modificar y se alimenta de violencias como las que comentamos.
El estudio de Bernardo Klisberg sobre los "Mitos y Realidades de la criminalidad en América Latina", y los trabajos hechos acá en FLACSO dicen que las redes sociales son fundamentales para disminuir el impacto del narcotráfico y de la criminalidad, y esas redes sociales son la clave de la democracia. Por eso esos grupos, los narcos, intentan controlar y terminan destruyendo las organizaciones comunitarias, y apoyan a los grupos políticos que no tienen fuertes compromisos democráticos. Lo sabemos en Chile y en América Latina.Tú lo señalas también en tu comentario: Tenemos que ver cómo podemos profundizar la democracia para terminar con las violencias.¿Te parece?
Un abrazo
Andrés
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