El Salario Etico: Un acto de Amor por la Dignidad Humana .Rev. Jaime Alarcón Véjar. Pastor Metodista
Jaime Esponda a enviado este aporte Jaime Alarcon.
Introducción.
Polémica produjo, en el mundo empresarial y político, la interpelación del Obispo Goic, al hacer mención de la existencia de un “salario ético” que dignifique la vida de miles de trabajadores(as). Es sabido por todo el mundo gubernamental, empresarial y sindical que el llamado salario mínimo ($137.000) no alcanza a cubrir las necesidades básicas de una familia promedio chilena, con tres hijos. Según el cálculo de los cientistas sociales la llamada “canasta familiar mínima”, para esta misma familia, bordea los $300.000. Entonces: ¿Cómo sobreviven los miles de trabajadores(as) que perciben dicho salario? ¿Es digno para un trabajador(a) laborar, honrada y esforzadamente, todo un mes para al final percibir un salario que no le alcanza para comer?
Detrás de la polémica: Iglesia – empresario – gobierno, por la frase e interpelación del Obispo Goic, está el tema de la dignidad humana. Un país como Chile, estructurado en base a una economía capitalista Neoliberal de Libre Mercado, que lidera en América Latina los mayores índices de crecimiento económico; es justo decir que esa riqueza se produce a costa del dolor y sufrimiento de los trabajadores(as), los que en su gran mayoría no tienen salarios dignos. Es decir, al que produce esa riqueza se le niega su participación en ella.
Destacados líderes políticos reaccionaron descalificando al Obispo Goic como una persona ignorante de asuntos económicos, pues, pagarle al trabajador(a) lo que, realmente, le corresponde por derecho es un atentado contra el modelo económico. Con esta acción queda revelado que el actual sistema económico es un sistema sacrificial, que necesita sacrificar al trabajador – la parte más débil de la cadena - para sobrevivir y perpetuarse como sistema.
Como cristianos(as) debemos preguntarnos ¿Qué nos enseña la Biblia al respecto?¿Cuál es la voluntad de Dios para la presente realidad laboral chilena?
1.- Dios como un Empresario bondadoso.
La parábola de los ‘obreros enviados a la viña’ (Mt.20:1-16), trasmitida por este solo evangelista, ha sido tradicionalmente interpretada por la Iglesia como una alegoría del reino que compara a los judíos con los gentiles. Estos últimos – controversia muy intensa de la Iglesia apostólica - habrían ingresado al reino de Dios, solamente como un gesto de amor (gracia) 1. Sin embargo, esta parábola posee varios niveles de sentido, indicando la reserva de sentido presente en los textos. En esta breve reflexión exploraremos el sentido económico presente en el exto.
Nuestro texto bíblico se encuentra delimitado, dentro de un marco narrativo muy significativo: le antecede la narración del “Joven Rico” (Mt.19:16-30), joven que queda incapacitado de entrar al reino de Dios por no hallarse dispuesto a dejar su confianza en las riquezas para vivir en la confianza en Dios. Condición necesaria para liberarse de la forma de vida del “tener” y, así, abrirse a la generosidad y al ser. Luego, precediendo inmediatamente a nuestro texto, la narrativa del anuncio de la muerte y resurrección de Jesús (Mt. 20:17-19).
Guiados por algunos elementos provenientes del ‘análisis narrativo de textos’, resultan significativos los ‘actantes’ principales, tales como: el tiempo que estructura toda la parábola (v.1b, 3ª, 5, 6ª, 8ª, 9ª); los espacios: la viña (v.1b, 2b, 4b, 7b, 8ª), la plaza (v.3b); las relaciones contractuales: el contrato por un denario al día (v. 2, 4b, 7), los obreros cesantes (v. 2, 3, 6, 7), el orden elegido para pagar a los obreros (v.8, 9, 10), la protesta de los obreros que trabajaron todo el día (v. 11, 12), la generosidad del dueño de la viña o empresario (v.15, 16).
Podemos observar que es el dueño de la viña (empresario) el que inicia y cierra el proceso narrativo (v.1, 15). En este proceso nos encontramos con la dimensión relacional que confronta dos actitudes humanas: por un lado, la del empresario generoso, y por otro lado, la visión de los primeros trabajadores asalariados.
El ‘inicio/situación final’ del texto se describe de la siguiente manera: un empresario de viñas sale a contratar jornaleros a diferentes horas del día. Al final de la jornada, a todos los trabajadores les paga el mismo salario convenido con los de la jornada completa, causando una fuerte polémica entre éstos, a causa de la generosidad del dueño.
La polémica entre el dueño de la viña y los trabajadores de jornada completa, radica en lo que podríamos llamar un conflicto de paradigmas. Los trabajadores apelan a la “ley”, el contrato estipulaba una jornada completa por el costo de un denario. Desde esta perspectiva, es lógico que los que trabajaron menos de una jornada recibieran, como pago, un equivalente porcentual a su trabajo, pero nunca lo mismo que aquellos que realizaron la jornada completa. Mientras que el dueño de la viña actúa movido por el “amor” (gracia), la generosidad que busca dar dignidad a cada uno de los trabajadores.
2.- Dios propone un Sistema Económico con alma.
Un actante significativo para contextualizar nuestro texto es la mención del tipo de moneda; se trata del ‘denario’ (del griego deni = diez). Moneda romana de plata y oro, ambas con la imagen del emperador. Desde el siglo II a.C. el denario era la principal moneda del imperio, ella representa lo que solía ganar un jornalero por un día de trabajo.2
El evangelista Mateo sutilmente critica el sistema romano, tan conocido por su “pax romana”, paz administrada por el peso de la espada y de la “ley”. Aunque existen polémicas respecto de la precisión de la fecha de composición de este Evangelio, nos inclinamos por situarlo después de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C., habría sido escrito desde fuera de Palestina, probablemente desde Antioquía de Siria3. Roma se había ensañado contra Judá, por la osadía de rebelarse en contra de su poder civilizador, arrasando completamente la región. Como castigo ejemplar, en el 135 d.C., quisieron borrar de la historia al pueblo de Israel, cambiando el nombre de Judá por el de Palestina (filisteo) y obligaron a los pocos judíos, sobrevivientes, a salir del país. Existiendo, inclusive, la prohibición que judío sorprendido en las inmediaciones de Jerusalén sería condenado a la pena de muerte4.
El sistema económico imperial romano, solamente podía existir bajo el mecanismo depredatorio de las colonias sometidas. Además, incluyó y perfeccionó el sistema esclavista en sus modos de producción.
La reacción de los obreros de jornada completa raccionando en la lógica de la ley, ilustra la cosmovisión de la economía romana, la que exigía el máximo de producción de las personas, pero pagaba sólo el mínimo salario. Sabemos que el jornal diario de un denario, a penas le alcanzaba a una familia para sobrevivir. Nadie se hacía rico contratando su mano-de-obra por un denario diario. Por lo tanto, el hecho de que el dueño de la viña pagara igual salario a los jornaleros, que solamente habían trabajado parte del día, no implicaba que estaba enriqueciendo a unos pocos, a costa del esfuerzo y sacrificio de otros muchos. Al contrario, solamente se trataba de una acción dignificadora de la persona humana. Debido a que, en este gesto bondadoso no rigen los criterios retributivos de a tal producción tanto salario, sino que se trata de una cuestión de amor y bondad. Al que trabaja horadamente debe proveérsele de un salario que dignifique su existencia. Aspectos del que carece nuestro sistema económico capitalista neoliberal.
3.- Un Salario Etico en un Sistema Económico Humanizado.
El ejemplo de las acciones de generosidad del dueño de la viña, es una pequeña muestra del modelo económico de Dios. Un empresario viñatero que no vive solamente para acumular riquezas, a cambio de la explotación de sus trabajadores. Este empresario busca su trascendencia, a través de la distribución generosa de sus riquezas, riquezas que también son propiedad de los trabajadores que la produjeron.
En el modelo económico de Dios, el empresario, como persona, se relaciona con sus trabajadores, considerándoles como lo que son, personas. No existe una relación sujeto/persona- objeto/cosa, situación que posibilita la explotación del más débil. En esta situación relacional empresario-trabajador no existe el miedo al otro, el otro es persona, por lo tanto tiene dignidad. En este modelo ideal, la economía es efectiva porque permite pagar a todos los trabajadores lo justo y ser generosos con aquellos menos favorecidos, pero, como son personas, merecen ser tratados con dignidad. Es una economía que se autosustenta sin miedo a la bancarrota, porque en ella se practica la generosidad. Es decir, estamos frente a un modelo económico de personas, que buscan relacionarse personalmente, dándose mutuamente dignidad.
En este modelo económico podemos vislumbrar que cuando el empresario de la viña dignifica a sus trabajadores, pagándoles un “salario ético”, él también se dignifica, porque se desprende de una parte de sus riquezas. Y este gesto de desprendimiento es lo que realmente lo humaniza. Esto nos trae a escenario el tema opuesto, pero indivisible al salarario ético, y éste es el de la “ganancia ética”. ¿Cuánto debe ganar éticamente un trabajador? = ¿Cuánto debe ganar éticamente un empresario? En la resolución de esta ecuación está en juego la humanización y salvación del actual sistema económico.
1 John L. Mckenzie, Evangelio según San Mateo. En: Comentario Bíblico San Jerónimo. Tomo III, Cristiandad, 1972, pp.251-252.
2 Enciclopedia Ilumina Gold. Caribe Betania Editores, Enciclopedia virtual.
3 John L. Makenzie, op. Cit., p.172.
4 Gottfried BRAKEMEIER. O Mondo Contemporâneo do Novo Testamento. Serie Exégesis. Volumen 5, Fascículo 1, Comisión de Publicaciones Facultad de Teología Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Brasil, São Leopoldo, R.S. – Brasil, 1984, p.55. (Mecanografiado, circulación restringida).
Introducción.
Polémica produjo, en el mundo empresarial y político, la interpelación del Obispo Goic, al hacer mención de la existencia de un “salario ético” que dignifique la vida de miles de trabajadores(as). Es sabido por todo el mundo gubernamental, empresarial y sindical que el llamado salario mínimo ($137.000) no alcanza a cubrir las necesidades básicas de una familia promedio chilena, con tres hijos. Según el cálculo de los cientistas sociales la llamada “canasta familiar mínima”, para esta misma familia, bordea los $300.000. Entonces: ¿Cómo sobreviven los miles de trabajadores(as) que perciben dicho salario? ¿Es digno para un trabajador(a) laborar, honrada y esforzadamente, todo un mes para al final percibir un salario que no le alcanza para comer?
Detrás de la polémica: Iglesia – empresario – gobierno, por la frase e interpelación del Obispo Goic, está el tema de la dignidad humana. Un país como Chile, estructurado en base a una economía capitalista Neoliberal de Libre Mercado, que lidera en América Latina los mayores índices de crecimiento económico; es justo decir que esa riqueza se produce a costa del dolor y sufrimiento de los trabajadores(as), los que en su gran mayoría no tienen salarios dignos. Es decir, al que produce esa riqueza se le niega su participación en ella.
Destacados líderes políticos reaccionaron descalificando al Obispo Goic como una persona ignorante de asuntos económicos, pues, pagarle al trabajador(a) lo que, realmente, le corresponde por derecho es un atentado contra el modelo económico. Con esta acción queda revelado que el actual sistema económico es un sistema sacrificial, que necesita sacrificar al trabajador – la parte más débil de la cadena - para sobrevivir y perpetuarse como sistema.
Como cristianos(as) debemos preguntarnos ¿Qué nos enseña la Biblia al respecto?¿Cuál es la voluntad de Dios para la presente realidad laboral chilena?
1.- Dios como un Empresario bondadoso.
La parábola de los ‘obreros enviados a la viña’ (Mt.20:1-16), trasmitida por este solo evangelista, ha sido tradicionalmente interpretada por la Iglesia como una alegoría del reino que compara a los judíos con los gentiles. Estos últimos – controversia muy intensa de la Iglesia apostólica - habrían ingresado al reino de Dios, solamente como un gesto de amor (gracia) 1. Sin embargo, esta parábola posee varios niveles de sentido, indicando la reserva de sentido presente en los textos. En esta breve reflexión exploraremos el sentido económico presente en el exto.
Nuestro texto bíblico se encuentra delimitado, dentro de un marco narrativo muy significativo: le antecede la narración del “Joven Rico” (Mt.19:16-30), joven que queda incapacitado de entrar al reino de Dios por no hallarse dispuesto a dejar su confianza en las riquezas para vivir en la confianza en Dios. Condición necesaria para liberarse de la forma de vida del “tener” y, así, abrirse a la generosidad y al ser. Luego, precediendo inmediatamente a nuestro texto, la narrativa del anuncio de la muerte y resurrección de Jesús (Mt. 20:17-19).
Guiados por algunos elementos provenientes del ‘análisis narrativo de textos’, resultan significativos los ‘actantes’ principales, tales como: el tiempo que estructura toda la parábola (v.1b, 3ª, 5, 6ª, 8ª, 9ª); los espacios: la viña (v.1b, 2b, 4b, 7b, 8ª), la plaza (v.3b); las relaciones contractuales: el contrato por un denario al día (v. 2, 4b, 7), los obreros cesantes (v. 2, 3, 6, 7), el orden elegido para pagar a los obreros (v.8, 9, 10), la protesta de los obreros que trabajaron todo el día (v. 11, 12), la generosidad del dueño de la viña o empresario (v.15, 16).
Podemos observar que es el dueño de la viña (empresario) el que inicia y cierra el proceso narrativo (v.1, 15). En este proceso nos encontramos con la dimensión relacional que confronta dos actitudes humanas: por un lado, la del empresario generoso, y por otro lado, la visión de los primeros trabajadores asalariados.
El ‘inicio/situación final’ del texto se describe de la siguiente manera: un empresario de viñas sale a contratar jornaleros a diferentes horas del día. Al final de la jornada, a todos los trabajadores les paga el mismo salario convenido con los de la jornada completa, causando una fuerte polémica entre éstos, a causa de la generosidad del dueño.
La polémica entre el dueño de la viña y los trabajadores de jornada completa, radica en lo que podríamos llamar un conflicto de paradigmas. Los trabajadores apelan a la “ley”, el contrato estipulaba una jornada completa por el costo de un denario. Desde esta perspectiva, es lógico que los que trabajaron menos de una jornada recibieran, como pago, un equivalente porcentual a su trabajo, pero nunca lo mismo que aquellos que realizaron la jornada completa. Mientras que el dueño de la viña actúa movido por el “amor” (gracia), la generosidad que busca dar dignidad a cada uno de los trabajadores.
2.- Dios propone un Sistema Económico con alma.
Un actante significativo para contextualizar nuestro texto es la mención del tipo de moneda; se trata del ‘denario’ (del griego deni = diez). Moneda romana de plata y oro, ambas con la imagen del emperador. Desde el siglo II a.C. el denario era la principal moneda del imperio, ella representa lo que solía ganar un jornalero por un día de trabajo.2
El evangelista Mateo sutilmente critica el sistema romano, tan conocido por su “pax romana”, paz administrada por el peso de la espada y de la “ley”. Aunque existen polémicas respecto de la precisión de la fecha de composición de este Evangelio, nos inclinamos por situarlo después de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C., habría sido escrito desde fuera de Palestina, probablemente desde Antioquía de Siria3. Roma se había ensañado contra Judá, por la osadía de rebelarse en contra de su poder civilizador, arrasando completamente la región. Como castigo ejemplar, en el 135 d.C., quisieron borrar de la historia al pueblo de Israel, cambiando el nombre de Judá por el de Palestina (filisteo) y obligaron a los pocos judíos, sobrevivientes, a salir del país. Existiendo, inclusive, la prohibición que judío sorprendido en las inmediaciones de Jerusalén sería condenado a la pena de muerte4.
El sistema económico imperial romano, solamente podía existir bajo el mecanismo depredatorio de las colonias sometidas. Además, incluyó y perfeccionó el sistema esclavista en sus modos de producción.
La reacción de los obreros de jornada completa raccionando en la lógica de la ley, ilustra la cosmovisión de la economía romana, la que exigía el máximo de producción de las personas, pero pagaba sólo el mínimo salario. Sabemos que el jornal diario de un denario, a penas le alcanzaba a una familia para sobrevivir. Nadie se hacía rico contratando su mano-de-obra por un denario diario. Por lo tanto, el hecho de que el dueño de la viña pagara igual salario a los jornaleros, que solamente habían trabajado parte del día, no implicaba que estaba enriqueciendo a unos pocos, a costa del esfuerzo y sacrificio de otros muchos. Al contrario, solamente se trataba de una acción dignificadora de la persona humana. Debido a que, en este gesto bondadoso no rigen los criterios retributivos de a tal producción tanto salario, sino que se trata de una cuestión de amor y bondad. Al que trabaja horadamente debe proveérsele de un salario que dignifique su existencia. Aspectos del que carece nuestro sistema económico capitalista neoliberal.
3.- Un Salario Etico en un Sistema Económico Humanizado.
El ejemplo de las acciones de generosidad del dueño de la viña, es una pequeña muestra del modelo económico de Dios. Un empresario viñatero que no vive solamente para acumular riquezas, a cambio de la explotación de sus trabajadores. Este empresario busca su trascendencia, a través de la distribución generosa de sus riquezas, riquezas que también son propiedad de los trabajadores que la produjeron.
En el modelo económico de Dios, el empresario, como persona, se relaciona con sus trabajadores, considerándoles como lo que son, personas. No existe una relación sujeto/persona- objeto/cosa, situación que posibilita la explotación del más débil. En esta situación relacional empresario-trabajador no existe el miedo al otro, el otro es persona, por lo tanto tiene dignidad. En este modelo ideal, la economía es efectiva porque permite pagar a todos los trabajadores lo justo y ser generosos con aquellos menos favorecidos, pero, como son personas, merecen ser tratados con dignidad. Es una economía que se autosustenta sin miedo a la bancarrota, porque en ella se practica la generosidad. Es decir, estamos frente a un modelo económico de personas, que buscan relacionarse personalmente, dándose mutuamente dignidad.
En este modelo económico podemos vislumbrar que cuando el empresario de la viña dignifica a sus trabajadores, pagándoles un “salario ético”, él también se dignifica, porque se desprende de una parte de sus riquezas. Y este gesto de desprendimiento es lo que realmente lo humaniza. Esto nos trae a escenario el tema opuesto, pero indivisible al salarario ético, y éste es el de la “ganancia ética”. ¿Cuánto debe ganar éticamente un trabajador? = ¿Cuánto debe ganar éticamente un empresario? En la resolución de esta ecuación está en juego la humanización y salvación del actual sistema económico.
1 John L. Mckenzie, Evangelio según San Mateo. En: Comentario Bíblico San Jerónimo. Tomo III, Cristiandad, 1972, pp.251-252.
2 Enciclopedia Ilumina Gold. Caribe Betania Editores, Enciclopedia virtual.
3 John L. Makenzie, op. Cit., p.172.
4 Gottfried BRAKEMEIER. O Mondo Contemporâneo do Novo Testamento. Serie Exégesis. Volumen 5, Fascículo 1, Comisión de Publicaciones Facultad de Teología Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Brasil, São Leopoldo, R.S. – Brasil, 1984, p.55. (Mecanografiado, circulación restringida).
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