miércoles, junio 11, 2008

Sal y agua. Myriam Verdugo.

Esta semana que pasó fue especial. Camioneros, estudiantes, profesores, todos en paro. Y estamos hablando de acciones de protesta significativas, masivas. Miles de estudiantes y docentes, se tomaron las calles del centro de Santiago, pese a la lluvia.
En regiones y provincias los “pingüinos” se venían manifestando hace tiempo en marchas y concentraciones importantes.
Pero lo que sin lugar a dudas inquietó a las autoridades de gobierno, fue el paro convocado por los dueños de camiones que apostaron sus vehículos en las carreteras desde el martes 3, en una acción fijada en un comienzo por 48 horas, y que se extendió al no obtener la respuesta esperada a su principal demanda, la eliminación del impuesto específico a los combustibles.
El ministro de hacienda, muy orondo, informó que la solución al tema del alto precio de los combustibles era inyectar 1000 millones de dólares al Fondo de estabilización.
Para qué comentar la medida, la que responde a la forma en que el gobierno cree puede sacarse los problemas o protestas de la gente: sacar y sacar plata sin ir a las soluciones de fondo, las que demandan tiempo y cabecitas elaborando, pensando, trabajando.
Vamos a comentar el cómo se hizo y cómo se informa. Primero consagrando que sólo los técnicos o profesionales pueden pensar, actuar y decidir razonadamente, y, segundo, sin pensar en cómo transmitirlo y cuándo.
¿Por qué? Simplemente porque el gobierno “boto” mil millones de dólares. ¿Cuál es la “postal” que queda en el imaginario colectivo: que se traspasaron mil millones de dólares, lo que se traducirá en una rebaja aproximada de 50 pesos por litro de combustible, rebaja que se fue al tacho de la basura cuando el jueves los precios subieron en promedio más de 30 pesos por litro.
¿Para que hacerlo bien, si puede hacerlo mal? Esa parece ser la impronta de las acciones y decisiones de un mal ministro de Hacienda.
Al final es otro, el ministro de transportes René Cortázar, quien hace lo que siempre debe estar en el disco duro de los secretarios de estado del gobierno ciudadano: conversar con la gente, con sus representantes y llegar a acuerdos.
Esa es la forma en que mil millones de dólares (cifra que permitiría terminar con el déficit habitacional y construir varios hospitales de calidad), se hacen sal y agua.
Myriam Verdugo Godoy
Consejera nacional PDC