miércoles, mayo 28, 2008

Meteorología y política. Andres Jouannet

Recordará mi amigo Patricio Walker, que allá por el 2002 visitándome en Heidelberg, me planteara que era muy difícil derrotar a Joaquín Lavín en la elección presidencial de 2006, dado que las encuestas daban a este muy por sobre cualquier candidato de la Concertación, además se sumaba el hecho de un pesimismo instalado en la colación de Gobierno, una efervescencia en la oposición de derecha y una desorientación en la Democracia Cristiana; por ende, las posibilidad de mantener un cuarto gobierno de la Concertación eran muy bajas. Esa, no era sólo la opinión de un par de concertacionistas, sino que era una sensación, que por esa época, se había instalado en el ambiente de los partidos de gobierno. Se recordará, el mal entendido artículo de Antonio Cortez Terzi “El baile del adiós” y como varios se autogoleaban con el espurio argumento de la alternancia en el gobierno, como si por buenos oficios se le debería entregar el gobierno a la derecha; y no faltaba el que señalaba, que era bueno salir del gobierno para recomponernos moralmente, como si gobernar fuera casi inmoral.Cierto que es fácil ser General luego de la batalla, pero así como se lo señalé al ex Presidente de la Cámara de Diputados, cuando recorríamos el “Camino de los Filósofos” en Heidelberg, en política un día es mucho tiempo y más que un candidato fuerte, se requería una coalición y un partido (DC), con la convicción de un proyecto común de desarrollo para el país. Recuerdo que debatimos, sobre la derecha, la que siempre cae en sus mismas contradicciones; poco democrática, autoritaria y prepotente, por tanto la gente podía cambiar su intención o simpatía por el único candidato que corría hasta esa época, hacia otra alternativa.La ciencia política, como ciencia no predice, sólo a partir de los hechos empíricos saca conclusiones de mediano y largo alcance. Hoy ni vulcanólogos, ni meteorólogos se atreven a predecir lo que puede suceder mañana con la naturaleza de Chile, que es bastante más predecible que la política criolla. Pero resulta que ahora, como en el 2002, hay una serie de meteorólogos políticos, taumaturgos politológicos, cientistas políticos adivinos y cuanta cosa echen las cartas, todos con una más o menos segura premonición, señalan que la Concertación y la DC pierden el 2010, más aun, que el PDC, no tiene ninguna posibilidad, ya sea frente a la derecha o frente al bloque socialista-liberal de la Concertación.Si este cuadro fuera siempre así, Barack Obama nunca debió haberse presentado como precandidato demócrata a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, dado que hasta bien entrada la contienda pre-electoral, figuraba abajo en los sondeos, frente a la Senadora Hillary Clinton; si todo fuese tan lineal, el actual Presidente de México Felipe Calderón, nunca debiera haberse presentado como candidato, dado que Manuel López Obrador lo aventajó durante mucho tiempo en las encuestas presidenciales; para que decir Angela Merkel, tampoco debió haberse empeñado en su precandidatura contra Edmund Stoiber, debido a que este último figuraba mejor en las encuestas por el bloque CDU/CSU contra el ex Canciller Social Demócrata Gerard Schroeder, en la elección de 2005; en fin, si la política solo fuera sacar cálculos apurados, el viejo Presidente Eduardo Frei Montalva, nunca debiera haber sido presidente de Chile, por que en su primera elección de 1958 salió tercero; y para que decir Don Patricio Aylwin, que algunas encuestas lo daban tercero en la DC para ser candidato en 1989. Se podría seguir y demostrar lo equivocado que siempre están quienes a partir de la fotografía social del momento sacan conclusiones de largo alcance, esto como ya se ha señalado, ni la ciencia política puede hacerlo.Los partidos políticos modernos deben competir y tratar de ganar elecciones, no importando el escenario que las encuestas señalen, estás deben servir para poder leer mejor a la sociedad, enmendar el rumbo. La DC, es el partido más grande la Concertación y tiene por tanto todo el derecho político de llevar candidat@ presidencial, pero en otro ánimo, distinto al actual; creativo, moderno y respetando los liderazgos que existen en la DC, cuestión clave para un partido que aspira al poder. En este contexto, los lideres no pueden cuestionarse en público por majaderías, ni entre ellos, ni contra ellos; los liderazgos hay que cuidarlos, apoyarlos y defenderlos, eso hace que un partido se fortalezca frente a sus contendores y competidores electorales; lo contrario, bueno eso hay que dejárselo a los meteorólogos de la política.
Andrés Jouannet Valderrama
Doctor en Ciencia Política

Universidad de Heidelberg