Señora Santiago, 3 de marzo de 2008.
Soledad Alvear
Senadora y presidenta
Partido Demócrata Cristiano
Presente
Estimada presidenta, ante el próximo proceso eleccionario al que ha sido citada la comunidad demócrata cristiana para elegir la nueva directiva nacional, y, en atención a los últimos antecedentes conocidos, así como a las repercusiones por la salida del senador Zaldívar y cinco diputados, es que solicitamos la suspensión de dicho proceso destinado a renovar a la directiva nacional.
Si bien como integrantes del consejo aprobamos el calendario propuesto, estimamos que la gravedad de algunos hechos ha modificado el escenario de tal manera, que amerita la suspensión de, -por lo menos-, 90 días del proceso en cuestión.
Estimamos que las repercusiones de la crisis que vive la DC después de la expulsión de un senador y la renuncia de cinco diputados aún no terminan. El clima y ánimo de miles de camaradas a lo largo y ancho del país es de estupefacción, de temor, de desaliento. Estamos preocupados de un proceso eleccionario, mas no del alma del partido. Desarrollamos un Quinto Congreso Ideológico y Programático en el que participaron miles de militantes y, sin embargo, lo primero que hemos hecho ha sido no respetar uno de sus acuerdos. Junto con ello no hemos sido capaces de abordar con seriedad las decisiones tomadas y que dicen relación con cambios o rectificaciones de envergadura en lo político institucional, económico, social y cultural.
La DC enfrentó en los últimos meses un terremoto. Las placas tectónicas que conforman nuestro escenario chocaron y provocaron destrozos y estropicios difíciles de mejorar y no se hace nada. No hay introspectiva, análisis, meas culpas, nada. Como en el Titanic, el barco se hunde y la orquesta sigue tocando.
En términos humanos hubo duelos, dolores y la DC sigue su marcha como una máquina de poder y en busca de más poder, sin interés por su gente y sus legítimos temores, rabias, angustias y desilusiones. A estas argumentaciones, relacionadas con lo político, se suman otras relacionadas con lo reglamentario.
Nuestro padrón no corresponde en absoluto con el padrón registrado en el Servicio Electoral. Nuestro padrón tiene serias observaciones de camaradas que han visto cómo, de forma arbitraria, algunos registros comunales crecieron de forma exponencial, registrándose a nuevos “militantes” que presentan fechas de inscripción de hace cuatro años, en circunstancias que algunos datos corresponden a hechos posteriores sin que se conozca de un trabajo de depuración de los padrones.
Es fundamental que todos nos preocupemos de investigar la veracidad y medida de estas denuncias y sospechas antes de que, a través de la prensa y con ribetes de escándalo, nos estalle en la cara. La historia reciente nos ha demostrado dolorosamente el alto costo de creer que “aquí no pasa nada” o “a mí no me va a pasar”.
Ante estos hechos, -y atendiendo las peticiones de camaradas del norte, sur, centro y RM-, es que hemos estimado necesario solicitar la prórroga de las elecciones de directiva nacional debido a que, a nuestro juicio, no están dadas las condiciones para llevar adelante el proceso en cuestión.
Esperando que esta petición sea analizada con seriedad y considerada como un aporte para el fortalecimiento de nuestra casa política, le saludan atentamente a usted
Myriam Verdugo Godoy
Consejera Nacional PDC
Hernán Bosselin Correa
Consejero Nacional PDC
Marcelo Ortíz Aravena
Consejero Nacional PDC
Soledad Alvear
Senadora y presidenta
Partido Demócrata Cristiano
Presente
Estimada presidenta, ante el próximo proceso eleccionario al que ha sido citada la comunidad demócrata cristiana para elegir la nueva directiva nacional, y, en atención a los últimos antecedentes conocidos, así como a las repercusiones por la salida del senador Zaldívar y cinco diputados, es que solicitamos la suspensión de dicho proceso destinado a renovar a la directiva nacional.
Si bien como integrantes del consejo aprobamos el calendario propuesto, estimamos que la gravedad de algunos hechos ha modificado el escenario de tal manera, que amerita la suspensión de, -por lo menos-, 90 días del proceso en cuestión.
Estimamos que las repercusiones de la crisis que vive la DC después de la expulsión de un senador y la renuncia de cinco diputados aún no terminan. El clima y ánimo de miles de camaradas a lo largo y ancho del país es de estupefacción, de temor, de desaliento. Estamos preocupados de un proceso eleccionario, mas no del alma del partido. Desarrollamos un Quinto Congreso Ideológico y Programático en el que participaron miles de militantes y, sin embargo, lo primero que hemos hecho ha sido no respetar uno de sus acuerdos. Junto con ello no hemos sido capaces de abordar con seriedad las decisiones tomadas y que dicen relación con cambios o rectificaciones de envergadura en lo político institucional, económico, social y cultural.
La DC enfrentó en los últimos meses un terremoto. Las placas tectónicas que conforman nuestro escenario chocaron y provocaron destrozos y estropicios difíciles de mejorar y no se hace nada. No hay introspectiva, análisis, meas culpas, nada. Como en el Titanic, el barco se hunde y la orquesta sigue tocando.
En términos humanos hubo duelos, dolores y la DC sigue su marcha como una máquina de poder y en busca de más poder, sin interés por su gente y sus legítimos temores, rabias, angustias y desilusiones. A estas argumentaciones, relacionadas con lo político, se suman otras relacionadas con lo reglamentario.
Nuestro padrón no corresponde en absoluto con el padrón registrado en el Servicio Electoral. Nuestro padrón tiene serias observaciones de camaradas que han visto cómo, de forma arbitraria, algunos registros comunales crecieron de forma exponencial, registrándose a nuevos “militantes” que presentan fechas de inscripción de hace cuatro años, en circunstancias que algunos datos corresponden a hechos posteriores sin que se conozca de un trabajo de depuración de los padrones.
Es fundamental que todos nos preocupemos de investigar la veracidad y medida de estas denuncias y sospechas antes de que, a través de la prensa y con ribetes de escándalo, nos estalle en la cara. La historia reciente nos ha demostrado dolorosamente el alto costo de creer que “aquí no pasa nada” o “a mí no me va a pasar”.
Ante estos hechos, -y atendiendo las peticiones de camaradas del norte, sur, centro y RM-, es que hemos estimado necesario solicitar la prórroga de las elecciones de directiva nacional debido a que, a nuestro juicio, no están dadas las condiciones para llevar adelante el proceso en cuestión.
Esperando que esta petición sea analizada con seriedad y considerada como un aporte para el fortalecimiento de nuestra casa política, le saludan atentamente a usted
Myriam Verdugo Godoy
Consejera Nacional PDC
Hernán Bosselin Correa
Consejero Nacional PDC
Marcelo Ortíz Aravena
Consejero Nacional PDC
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