sábado, febrero 02, 2008

GRITOS Y SUSURROS......Ha pedido de una gran mayoria de usuarios de este blog.(8.193 al 31-1-08) ..Vuelve... por este verano la SEXUALIDAD.cespinoza.

He cambiado de casa y mis nuevos vecinos no comparten con el resto del barrio sus gemidos, onomatopeyas, suspiros y demás sonidos del amor. Por suerte. Sé que puede parecer incongruente viniendo de un personaje como yo, pero, como sucede con otros profesionales de otros ámbitos, el trabajo me gusta dejarlo en la puerta de casa.
En mi anterior domicilio había una pareja (no indicaré dpto, por si leen esto) que eran muy ruidosos y explícitos en sus relaciones sexuales. Si a esto añadimos la pobreza y escaso aislamiento acústico de muchos materiales que se utilizan en la construcción hoy en día, el resultado ya lo puedes imaginar…
Si al menos fuera 'ecouterista', me lo habría pasado muy bien, pero como no es el caso, por su culpa tuve algún que otro calentón tonto. A todo esto, el ecouterismo es una parafilia que se caracteriza por excitarse exclusivamente escuchando sin consentimiento a otras personas manteniendo relaciones sexuales. Como el 'vouyerismo', pero en versión mp3.
Cuando hablamos de los orgasmos ya comentamos que en esto del sexo y sus diversas manifestaciones cada persona es un mundo. Lo de ser más o menos expansivo en esas circunstancias tiene que ver mucho con la forma de ser, aunque a veces uno se lleva sorpresas.
Por ejemplo, el caso de la típica persona tímida y poco habladora que, durante el acto sexual, sufre una espectacular transformación y adopta expresiones y actitudes propias de un camionero. Cuando hacemos el amor hay gente que no se calla ni a palos, que disfruta narrando las evoluciones y tácticas con más léxico y talento descriptivo que un locutor deportivo (de los de la vieja escuela).
También los hay que parecen encuestadores profesionales, que no paran de preguntar si te gusta así o asa, esto, aquello o lo de más allá… Otros no se desconectan ni siquiera en ese sagrado momento de sus quebraderos de cabeza o preocupaciones puntuales, sorprendiendo a su pareja de coito con algún comentario sobre el estado de la pintura de la habitación o sobre el colegio de los niños…
Y, porque tiene que haber de todo, también hay quien tiene la misma expresividad que un finlandés contemplando la tundra helada, o sea, que tienes que cerciorarte que no están durmiendo o que han pasado a mejor vida.
Un gemido real y sincero puede ser tan excitante como todos los prolegómenos detallados en un manual de sexología y, en muchas ocasiones, puede facilitar la apertura de la caja de Pandora. O de los truenos. A este respecto recuerdo como en una web feminista, argentina por más señas, una internauta se preguntaba preocupada, y cito textualmente: ¿Qué hago con mi feminismo si a mí lo que me gusta decirle es"cógeme como si fuera una puta, papi".
Ya se sabe que todo argentino lleva un filósofo dentro, pero la reflexión de dicha feminista no deja de demostrar la importancia de las palabras en todo tipo de relación sexual.
Un amigo mío, al que le da mucho morbo el lenguaje grueso y obsceno una vez entrado en rojo, fue obsequiado con un inocente "tonto" cuando, en una ocasión, le pidió a su mujer que le insultara mientras hacían el amor.
Hay que aclarar que todos tenemos nuestra educación, condicionantes morales o religiosos, sentido del pudor... En ocasiones, todos estos elementos actúan como un lastre o un bloqueo a la hora de disfrutar sexualmente. Concebir el sexo como algo más que un mero acto reproductivo o una tabla de gimnasia supone un buen punto de partida. Si además ejercitamos de manera erótica el sentido auditivo, la verdad es que nos podemos llevar una grata sorpresa. En definitiva, el oído, una zona erógena más. A pesar de los vecinos…(EM).