miércoles, enero 16, 2008

Análisis de las tendencias sobre la evaluación de eventuales candidatos a la Presidencia de la República GONZALO WIELANDT

Asumiendo los datos de evolución de personajes políticos según la encuesta CEP, al considerar la evaluación positiva expuesta en el Gráfico N° 1, el único que muestra un alza, y de modo significativo, es Joaquín Lavín. De los eventuales candidatos de la concertación, sólo Eduardo Frei mantiene una tendencia estable, mientras que el resto disminuye notoriamente.
De los eventuales candidatos con menos preferencia, Adolfo Zaldívar registra una tendencia estable con una muy leve recuperación, después de una baja en junio de 2007. Del mismo modo, Guillermo Teillier registra similar proceso por debajo del primero

Si se considera la diferencia entre la evaluación positiva y negativa, lo que daría una imagen más real de las tendencias, éstas se acentúan en todos los casos. Cabe destacar que Joaquín Lavín logra aumentar la brecha entre ambas evaluaciones debido al fuerte aumento favorable de su imagen pública. Asimismo, Eduardo Frei refleja una tendencia estable sin cambios bruscos y el resto de los eventuales candidatos de la concertación muestran un estrechamiento de la brecha entre ambas evaluaciones, lo que significa un empeoramiento de su imagen pública.


Conclusiones

Las tendencias de evaluación de los personajes con más posibilidades de ser candidatos por sus respectivos pactos o partidos, reflejan todavía un inconmensurable vacío de incertidumbre político-electoral en el contexto de la fuerte disminución de identificación o simpatía de los electores con algún pacto o partido, específicamente concertación, alianza o juntos podemos.

El vacío de incertidumbre podría ser llenado por aquel candidato que sea capaz de canalizar el descontento o disconformidad político-social, expresada por la falta de identificación con los partidos y los pactos. Todos los eventuales candidatos, en principio, pueden llenar ese vacío, sin embargo como ya se ha visto la mayoría no está dispuesto a hacerlo, lo que incrementa las posibilidades de deterioro electoral de los principales bloques políticos, provocando una mayor incertidumbre de la que existe. Esto se explica porque, en general, en ambos bloques políticos, concertación y alianza, se desconoce e ignora el escenario de descontento político-social, lo que genera una mayor cantidad de electorado cautivo para ser canalizado en las próximas elecciones, principalmente presidenciales.

La única posibilidad que tiene la concertación para, eventualmente, triunfar en las elecciones del 2009 es posicionar una estrategia de autocrítica frente a lo que ha hecho, de lo contrario sus probabilidades mermarán aún más. Sólo la autocrítica puede generar confianza en el electorado de que la concertación tiene real conciencia de los problemas del pueblo chileno y no aspira meramente a mantener el poder. El seguir creando la visión en la opinión pública, de que la concertación sólo desea mantener el poder, favorece la imagen de corrupción del conglomerado de gobierno. Entendiéndose por corrupción la impotencia histórica por cambiar el estado de las cosas, la ausencia de voluntad política por cambiar el estado de las cosas, la incapacidad política por cambiar el estado de las cosas, más allá de la corrupción literalmente entendida.

La incertidumbre se acreciente con la falta de confianza, y ningún bloque o partido genera real confianza. El candidato que genere confianza será aquel que logre identificación con los problemas de la gente, no por sus propuestas, sino que por la expresión de los sentimientos colectivos. Es por ello, que la concertación sólo podrá ser salvada, si al generar la autocrítica, posibilita que el pueblo reconozca, no sólo humildad en ésta, sino que voluntad de cambiar el estado de las cosas.

Para la democracia cristiana, la única esperanza de no ser sometida al mero yugo de la capacidad o incapacidad de canalizar irresponsablemente los sentimientos colectivos, es proponerle al pueblo las conclusiones del V Congreso. Es decir, debemos presentarle al pueblo el proyecto de consolidación democrática social-comunitaria. Esto es una nueva constitución mediante la convocatoria a una asamblea constituyente u otra instancia a la luz de nuestro V Congreso para construir una Estado democrático y social de Derecho, comunitariamente orientado, gracias a una plataforma de lucha revolucionaria sostenida por un gran movimiento nacional de participación comunitaria.

La única posibilidad del Partido Demócrata Cristiano es ser verdaderamente un Partido de Vanguardia Social-comunitaria.