miércoles, abril 18, 2007

...EL TIUNFO DE UN DÌSCOLO.....D.HERRERA.

La noche del martes 17 de Abril quedará marcada como la fecha en que la Concertación tomó conciencia de que su adhesión sin matices a la idea y al modelo económico neoliberal, tiene un precio, el de perder el eje progresista que esta alianza representó.
La derrota de Expansiva y de la antigua transversal suprapartidaria, fue particularmente dolorosa. De nada sirvió el apoyo y el lobby del gran empresariado y los poderes fácticos. El Senado, cuna del debate político nacional, recuperó a través de los llamados senadores díscolos, su rol señero de ir marcando las tendencias políticas que el país necesita seguir.
Hoy somos optimistas al ver la acción de estos díscolos pues ellos como dicen los jóvenes, “la llevan” en los temas que sí importan. Ellos están instalando la idea de la corrección del Modelo Económico a través de medidas que favorezcan a la numerosa clase media, a las Pymes, a los emprendedores, y a quienes no persiguen que un estado benefactor los auxilie sino que les nivele la cancha para poder competir con igualdad y equidad económica.
A quienes comunicacionalmente han instalado la idea de que aquellos que se oponen a Expansiva y la transversal concertacionista son díscolos, quiero decirles que han cometido un error mayúsculo. Esta palabra como dice la RAE, es un adjetivo relacionado con la desobediencia y la falta de docilidad. El díscolo es aquel que no obedece lo que se le manda y que no es un pusilánime, un yes men, que se limita a asentir cuándo se le ordena.
Deben ser muchos los senadores concertacionistas que se están dando cuenta que al votar cosas tan aberrantes como elegir un contralor de Derecha o apoyar una medida tributaria que favorece a los grandes empresarios, pierden su sello progresista como parlamentarios de una coalición de centroizquierda.
Pero no olvidemos a quién ha sido el principal motivador de este cambio en el eje político de la Concertación, El senador Adolfo Zaldívar.
El es el auténtico díscolo, que para molestia de muchos no obedece los dictados de una transversal política desgastada en el perpetuo ejercicio del poder gubernamental, y que no es dócil a un modelo técnocratico que está haciendo daño a la cohesión social de nuestra sociedad con medidas y políticas tan erradas como el Transantiago o el debilitamiento de las pequeñas y medianas empresas.
Por eso, saludemos a quién con su espíritu díscolo, está liderando políticamente un decisivo cambio de tendencia en la política y en la economía de nuestro país.