viernes, marzo 30, 2007

.."PROFUNDIZACION MÁS QUE CORRECCIÓN DEL MODELO..ES LO QUE CHILE NECESITA" .... TAN ASÍ...POR FAVOR!!!..

La Marcha de los Pingüinos, el Chiledeportes y más recientemente el Transantiago le han impedido al gobierno despegar y alcanzar una “velocidad de crucero”. Han sido muchas, demasiadas, las coyunturas, los ripios, los imprevistos, casi todos ellos de área chica, en diversos frentes. Todo ello ha dificultado lo que en algún momento se llamó el proceso de “instalación” del gobierno de Bachelet y que, al poco andar, hizo surgir todo tipo de interrogantes, incluso en esferas oficialistas, acerca de la verdadera capacidad de conducción política presidencial y gubernamental.
En ese contexto, el último cambio de gabinete —anunciado en días previos por el senador Ricardo Núñez— se ve como necesario, adecuado y hasta impostergable. La Presidenta aprovechó, incluso, la coyuntura del Transantiago para dar una señal de mayor envergadura, al paso que afirmar su propia autoridad presidencial. En el ámbito económico, hay una sola lectura posible: la Presidenta le ha dado todo su apoyo político al ministro de Hacienda, Andrés Velasco, lo que fortalece su rol indiscutido en la conducción económica. Ya había formado una dupla afiatada y coherente con el ministro de Economía, Alejandro Ferreiro, y la incorporación de José Antonio Viera-Gallo, de René Cortázar y de Marcelo Tokman no hace más que reforzar esa línea, que, absurda y caricaturescamente, desde el interior de la Concertación, algunos se empeñan en tildar de “neoliberal”, y que yo califico como seria y responsable. Se trata de la estrategia que, desde los primeros días de los gobiernos de la Concertación, hemos bautizado como de “crecimiento con equidad”, al interior de una economía abierta, de mercado, con un fuerte componente social, crítica del neoliberalismo a ultranza, que tan magros resultados ha dado en la región —y en el Chile de los “Chicago Boys”, con un mediocre crecimiento promedio de 2,9% y un saldo de 5 millones de personas (el 40% de la población) bajo la línea de la pobreza—, y del neopopulismo, de derecha o de izquierda, con su afán demagógico.
Más crecimiento y más equidad —profundización más que “corrección” del modelo— es lo que Chile necesita.
La misión de Cortázar —no habrían estado de más unas palabras de sincero reconocimiento para Sergio Espejo, al momento de anunciar el cambio de gabinete— es clara: sacar el Transantiago adelante, y qué duda puede caber de que el flamante ministro de Transportes y Telecomunicaciones tiene todas las condiciones, el talento y la capacidad política para hacerlo. La misión de Viera-Gallo es aún más importante y compleja: llenar el gran vacío del gobierno de Bachelet en su primer año, consistente en su casi nula capacidad para entenderse con los partidos y los parlamentarios de la Concertación y, tan importante como lo anterior, con la oposición. La llamada “democracia ciudadana” nunca ha podido ser un sustituto para el funcionamiento de las instituciones, y será tarea de Viera-Gallo lograr los entendimientos que sean necesarios en ambos niveles.
Las tempestades recientes y del primer año me recuerdan el difícil momento que vivió el gobierno de Lagos con el MOP-Gate y Corfo-Inverlink, el que no sólo fue superado, sino que terminó con la elección de Bachelet, con una clara mayoría, y una popularidad superior al 70% para Lagos.Este debería ser un buen año económico, por lo menos mejor que el anterior. La reforma previsional es una revolución más que una reforma, instalando un pilar solidario al lado del de capitalización individual, lo que significará, ni más ni menos, que eliminar la pobreza entre los mayores de 65 años. Si a lo anterior agregamos las medidas anticorrupción y las ya anunciadas reformas en el campo de la educación, apuntando a la red de protección social que aspira a ser el sello del gobierno de Bachelet, tenemos una administración que debiera ser capaz de llevar al buque a buen puerto. IGNACIO WALKER.