sábado, marzo 31, 2007

La Erótica de la Fantasía...La sexualidad..Tema de fin de semana...

Nunca es más cierta la consabida afirmación de que el principal órgano sexual es el cerebro. El cuerpo suele responder a los dictados de la mente. Una de las facultades con que cuenta la mente es la imaginación, y ésta puede traducirse en fantasía. Las fantasías eróticas son ciertamente un recurso bastante útil en la vida sexual de la persona. Es de gran relevancia la estimulación que proviene de la mente debido a que tiene un efecto en los sentimientos, las emociones, en la conducta de la persona y en su vida sexual en general. La mera fantasía puede producir sensaciones físicas concretas.
Comúnmente, las personas fantasean con respecto a muchos aspectos de la vida, pero quizás no se atrevan tanto en lo sexual. Elaborar fantasías sexuales, como todo, requiere práctica y entrenamiento. Aunque cualquiera, con un poquito de interés, es capaz de desarrollarlas a placer. De hecho, muchas personas se ven sorprendidas por todas las fantasías sexuales que pueden generar, algunas de las cuales pueden resultarles extremadamente excitantes. Que se lleven o no a la práctica es otra cuestión completamente distinta. Una cosa es la fantasía y otra la realidad, y muchas de ellas pueden ser complicadas, inconvenientes, políticamente incorrectas, no saludables... Sin embargo, con la imaginación podemos jugar sin correr riesgos.
Hay a quien le gusta empezar con tintes románticos e irse encaminando a escenarios más eróticos; a otras personas les gusta ir directamente al grano. Pueden ser más gráficas, estar llenas de detalles o con contenidos visuales −pero en realidad lo que importa es que las disfrute el que las crea−. Las fantasías eróticas pueden cumplir un cometido importante y animar o reanimar la vida sexual en solitario o en la pareja. Pueden ofrecer una serie de experiencias estimulantes, placenteras y satisfactorias.
Escribir las fantasías, a modo de relato, puede ser una tarea muy entretenida y estimulante. También puede ser divertido crear fantasías entre la pareja, éstas deben plantearse de forma delicada y con mucho cuidado para no herir sentimientos. No como hizo una paciente nuestra, que se dedicaba a contarle al marido −persona más bien tímida y con eyaculación precoz−, fantasías sexuales con intrépidos y bien dotados sementales. Con ello despertaba en el marido sentimientos de inseguridad y abatimiento.
Muchas de las fantasías suelen ser esencialmente secretas y no siempre es recomendable compartirlas.
¿Cuál es tu fantasía favorita? ¿Sueles emplear fantasías para estimular tu vida sexual? ¿Sueles compartir tus fantasías? ¿Han compartido fantasías contigo?