jueves, octubre 05, 2006

....RECORDANDO AL MAESTRO..."HUMANISMO,ECONOMÍA Y SOLIDARIDAD"..

Por Myriam Verdugo.

Cuando nosotros hablamos de economía, de rectificar el modelo, de las deudas que la Concertación todavía tiene con parte importante de la población, de inmediato se nos descalifica. “Auto flagelantes, gasfíteres, ignorantes, demagogos” son parte de la batería de insultos con que se nos ataca.
Hoy día quiero recordar las palabras de un gran hombre, Jaime Castillo Velasco. Supongo que no renegarán de su legado, de su valentía, de su fuerza espiritual. Supongo que no se cometerá la hipocresía de homenajearlo y después desconocer su posición y planteamientos.

“Humanismo, economía y solidaridad”

Ideas para una discusión

Nuestro problema doctrinario se me presenta del siguiente modo:
1.- Cómo justificar teóricamente hoy un pensamiento humanista que, por una parte, reconozca los factores propios de la ciencia económica y, por la otra, confirma la validez del ideal de justicia.
2.- En el pasado, nosotros planteamos firmemente la validez de ese ideal. Aceptamos la posibilidad, no sólo del ideal político en sí, sino, además, el de la justicia como conquista social. Hablamos de una sociedad comunitaria, al par de otras corrientes de pensamiento que plantearon el socialismo, cuyo fundamento fue dado históricamente por la doctrina marxista.
3.- Hoy en día, asistimos a dos hechos trascendentales: el mundo del liberalismo capitalista ha resurgido, después de tantas críticas, con más ímpetu que nunca y aparece, no ya como una doctrina más aceptable que otras, sino como única posible; el mundo del socialismo comunista, tal como fue aplicado, parece haber caído en una quiebra total, en lo teórico y en lo práctico.
4.- Ante esta situación, la pregunta surge de inmediato: ¿Qué es hoy y que puede aportar el humanismo cristiano?
Dos circunstancias matizan esta situación: una es el hecho de que la sociedad occidental parece volver a pasar por una crisis en todos los planos; otra, que de nuestra fuentes espirituales ha surgido un nuevo hombre y acaso un nuevo concepto sobre lo que eran nuestros principios. Hoy se habla de una sociedad solidaria, una economía solidaria, una economía de mercado que no elimina lo social.
5.- Sin embargo, es preciso anotar lo siguiente:
A.- El pensamiento marxista criticó y pareció anular, en su tiempo, desde el punto de vista teórico el sistema económico del capitalismo. El argumento principal fue que era una visión fundada en la hipótesis de que el ser humano es un sujeto reducido a su individualidad, un Robinsón Crusoe. Bajo esa filosofía, la humanidad llegó al régimen capitalista de producción, presidido por el egoísmo y, por tanto, anti humano, por definición. Pero, el marxismo añadió a ese enfoque una concepción determinista y naturalista del hombre, según la cual es imposible explicar que alguna vez la humanidad pueda superar la mecánica de los factores naturales ni, por tanto, implantar un régimen económico basado en la generosidad y el amor.
B.- El pensamiento cristiano, especialmente, el católico, produjo una literatura social que critica los fundamentos de la economía individualista y liberal y reclama una intervención de los factores morales y sociales (solidaridad) en la vida real de las sociedades. Sin embargo, ninguno de sus textos ni de sus estudios posteriores administraron el material necesario para sustituir el carácter individualista del actual sistema económico.
C.- De lo dicho se desprende que nuestra construcción doctrinaria puede ser destruida por un teórico o político del liberalismo contemporáneo con el solo y simple argumento de que, al hablar de cosas como “capitalismo salvaje”, necesidad de equidad, posibilidad de poner límites a la economía de mercado, atención a la pobreza, validez de los factores morales, llamados a la justicia social, etc., estamos solamente incurriendo en una inmensa superchería doctrinaria, económica y política.
6.- La opinión que aquí se desea proponer consiste en lo que sigue:
A.- La doctrina de la persona humana y, por lo tanto, la de los derechos de la persona humana, con sus deberes, permite deslindar las relaciones entre los hombres y entre cada uno de éstos y la sociedad ya que los derechos están reconocidos para cada uno y para el conjunto., sobre la base de un interés común. Esta doctrina da al individualismo todo lo que, en su íntima verdad, pide sea reconocido: hay derechos del individuo. Al mismo tiempo permite satisfacer el punto de vista del socialismo, en cuanto exige que la sociedad también tenga derechos sobre el individuo que pretende impedirlos a los demás.
B.- La doctrina aludida reposa pues en un hecho esencial; el ser humano es individual y social. Es material y espiritual a la vez. Ninguna ciencia humana puede prescindir de esos hechos. La economía es una ciencia del hombre. Si ha sido edificada, hasta ahora sobre la base de una abstracción infundada, es decir, sobre el concepto de que el hombre es sólo un ser individual, lo lógico es que sea elaborada sobre la base de la integridad de la especie humana, es decir, sobre el carácter individual y social del hombre.
Esto es lo que ni los teóricos cristianos ni los teóricos socialistas han cumplido hasta ahora. Por eso, el liberalismo y el capitalismo salvaje aparecen como la única ciencia económica del hombre.
La pregunta es la de saber si no llegó el momento de refundar la economía.
Si esto fuese hecho, el idealismo humano podría recuperar su papel en la historia. La ética y la ciencia, la filosofía y la economía podrían ser reunidas para el bien del hombre. Se produciría la unidad que entre la teoría y política fue siempre el propósito último de toda verdadera filosofía.