martes, septiembre 26, 2006

...BUENO POR FIN NOS VAMOS SINCERANDO....SE RECIBEN APORTES...

¿Corregir el Modelo?
Enviado por Ignacio Walker el 26 Septiembre, 2006 - 18:27

Una de las ideas más confusas que he escuchado en los últimos años, desde el interior de mi propio partido, la Democracia Cristiana, promovida por un sector en particular, es aquella relativa a la “corrección del modelo”.

¿Qué se quiere decir con eso? Hasta el día de hoy sigo sin saberlo.

Se me dice que no se trata de un cambio del modelo sino una corrección del mismo. Me imagino que eso significa que no se pretende pasar de una economía abierta a una cerrada, o de una economía de mercado, a una de estado. Sin duda que eso es ya un avance. Se dice, luego, que se trata de “perfeccionar” el modelo, lo que resulta obvio: todo modelo es perfectible y ni este, ni ningún otro modelo, puede llegar a constituirse en dogma de fe. Se añade que lo que verdaderamente se pretende es condonar las deudas de los pequeños empresarios y deudores --pero eso se llama condonación de deudas y no implica ninguna corrección del modelo.

En el fondo, lo que esconde dicha consigna es una realidad que sus sostenedores no se atreven a proclamar públicamente: la profunda desconfianza que se tiene en el modelo que como Concertación hemos implementado durante los últimos 16 años, bajo cuatro gobiernos sucesivos, catorce triunfos electorales y con mayoría absoluta.

El pueblo ha depositado su confianza en la actual coalición en forma permanente e invariable y, sin embargo, son nuestros propios activos partidarios, al interior de la Concertación, los que muestran más reticencias a aceptar esta nueva realidad.

Esa desconfianza surge de la peregrina idea de que lo que hemos hecho como Concertación es, simplemente, “administrar” el modelo neoliberal heredado de la dictadura --es la misma crítica que un sector importante de la DC le hacía a Frei Montalva, durante su gobierno: la de ser un gobierno meramente “reformista”, que se remitía a administrar el capitalismo, con un rostro humano (sabemos como terminó esa historia, tanto para la DC como para el país).

Sostengo que la estrategia de “crecimiento con equidad” promovida por la Concertación, al interior de una economía abierta, de mercado, con un fuerte componente social, es un modelo cualitativa y sustantivamente diferente de la política del “chorreo” (“trickle down economics”) aplicada por los “Chicago Boys”, que corresponde a una de las aplicaciones más rígidas y dogmáticas del neoliberalismo iniciado por Von Hayek y Friedman, y que condujo, en Chile, a que después de diecisiete años de experimento, el 40% de la población –cinco millones de chilenos y chilenas, según el clásico artículo de Arístides Torsche- quedaran bajo la línea de la pobreza, con un promedio mediocre de crecimiento económico de 2,9% para el período 1974-1989.

El modelo de la Concertación, en cambio, ha significado, no sólo más que duplicar el producto, con un crecimiento económico promedio cercano al 5% para los últimos 15 años, sino que, más importante aún, ha logrado reducir la pobreza desde un 40 a un 18%, reduciendo la inflación anualizada, desde un 27%, en 1989, a menos de un 3% en la actualidad, con niveles record de ahorro e inversión, y de exportaciones, entre tantos otros ejemplos que podríamos citar.

Partiendo por la reforma tributaria de Foxley y la reforma laboral de Cortázar, ambos bajo la administración de Aylwin, y siguiendo por el papel activo del estado, incluyendo todo el amplio campo de las políticas públicas en los más diversos ámbitos, se han introducido tan importantes y sustantivas reformas –esa sí que fue “corrección del modelo”- que nadie puede pensar, seriamente, que lo que hemos hecho es simplemente administrar el modelo económico neoliberal heredado de los tiempos de la dictadura.

Lo que sí nos ha faltado en la Concertación es convicción –no auto complacencia, sino convicción- y haríamos bien en dar menos explicaciones y mostrar menos complejos y contradicciones vitales, a la vez que darle un nuevo impulso al modelo de crecimiento con equidad impulsado por la actual coalición.

Más que “corregir el modelo”, lo que hay que hacer es profundizar un modelo que ha sido exitoso.