lunes, septiembre 27, 2010

¡MAPUCHES Y CHILENOS MARCHEMOS JUNTOS!.Red de Estudiantes y Ciudadanos de Chile por la Asamblea Constituyente

Treinta y cuatro mapuches son quienes dependen de nosotros.Todos tenemos la responsabilidad de hacer que esto cambie:El gran Toqui de Arauco defendió la tierra en la que vivimos hace 500 años. Dio su vida por la libertad de todos los pueblos de nuestro país al detener la conquista española que había arrasado con todas las civilizaciones del continente. La heroica hazaña de Lautaro plasmó durante trescientos años el respeto del mundo por los indios indómitos del reino de Chile, siendo respetados como una nación digna hasta por el propio Rey de España.

Lograda nuestra Independencia sería el mismo O’Higgins quien los reconoce diciéndoles:
Chile acaba de arrojar de su territorio a sus enemigos después de nueve años de una guerra obstinada y sangrienta… Las valientes tribus de Arauco… prodigaron su sangre por más de tres centurias defendiendo su libertad contra el mismo enemigo que hoy es nuestro… Siendo idéntica nuestra causa… No hay ni puede haber una razón que nos haga enemigos.”
Es la necesidad de unirnos chilenos y mapuches por las mismas causas lo que nos llama y nos obliga a dejar los prejuicios y desconfianzas sembradas, a punta de balas y mentiras, entre nosotros por quienes solo les interesaba apropiarse de las ricas tierras del sur.
Si quinientos años atrás eran los conquistadores españoles los que asesinaban y devastaban a nuestros hermanos mapuches por conseguir el “oro” de sus tierras, hoy son los monopolios trasnacionales y nacionales los que sobornan a nuestros gobiernos y medios de comunicación. La estrategia es clara:
- Reprimir, desplazar y silenciar a las familias mapuches de sus tierras para entregar éstas a las grandes empresas agrícolas y forestales.
- Para esto crean la imagen de un pueblo terrorista, con censura y montajes.
- Una vez creada esta imagen militarizan las comunidades, mantienen un clima de amenaza, tortura sicológica y soborno económico.
- Cuando la violencia policial es muy evidentemente brutal y aun así no logran desplazarlos, crean leyes ad-hoc (ley antiterrorista) amparadas en la Constitución Política de 1980 para poder seguir con la masacre de manera legal.
Sin embargo nada de esto les ha funcionado.
El pueblo de Chile se dio cuenta de las mentiras y hoy se levanta junto sus hermanos araucanos.
¡¡LEVANTEMONOS PARA MARCHAR JUNTOS CUANTAS VECES SEA NECESARIO!!
Fin a la Ley antiterrorista.
Fin a la militarización de la Araucanía.
Fin al uso de la Justicia Militar.
La única forma de cambiar el sistema corrupto de legislación y transformar la institucionalidad chilena al servicio de las personas, mapuches y no mapuches, y no al servicio de la voluntad del dinero es unirnos por una Asamblea Constituyente que permita a mapuches, pascuenses, aymaras y todas las etnias originarias y contemporáneas, redactar un nuevo texto constitucional que nos defienda como personas, comunidades y naciones y además proteja nuestra Madre Tierra.
La Constitución política de 1980 es la base de la injusta realidad ecológica, indígena, económica y social. Es necesario cambiarla para que todo cambie.
Es en la Constitución donde deben quedar consagrados los derechos de los pueblos indígenas; territoriales, culturales y medioambientales.
Es la redacción conjunta de una nueva Constitución la única manera de asegurar que nunca más pase lo que hoy en Chile.
La Paz será posible cuando logremos sanar las heridas que hemos causado al pueblo de Arauco.
Quizá un motivo de celebración de nuestro Bicentenario es la presencia constante en nuestra historia de personas que han defendido al pueblo Mapuche. En 1812 el Fray Camilo Henríquez declaró valientemente a todo el país:
“Solo el duro Araucano rehúsa las cadenas, y anteponiendo todos los males posibles a la pérdida de su libertad, y sin intimidarse por la inferioridad e imperfección de sus armas, resiste, combate, triunfa a las veces; y cuando es vencido ni decae de animo, ni pierde la esperanza de vencer".
AURORA DE CHILE
EL EDITOR
APENAS habrá habido una nación más calumniada, y oprimida, que la de nuestros compatriotas los indios. ¿Se creerá que hubo tiempo en que se dudó de si eran racionales? Sus bárbaros opresores los tuvieron por brutos porque pagaban à precio excesivo el cristal y otras especies, en si maravillosas, y que tenían el merito de rareza. La Europa, dice uno de nuestros escritores, ha empleado todo género de opresión, y se ha manchado por esto con horrendos crímenes. Los hijos de la America pagaron con la vida, y con la perdida de todos sus derecho la desgraciada opulencia del suelo, en que vieron la luz.(*) ¡Funesta riqueza adquirida con tanta crueldad, extraída del seno de los montes à costa de tantas vidas, y tantas lagrimas! La humanidad se horroriza; al leer las atrocidades, que sufrieron, y se desea que hubiese habido alguna hipérbole en la descripcion. Pero existen incontrastables monumentos de aquellos hechos de sangre; y aun nosotros hemos palpado los restos horrorosos de aquellas tropelías.
Mas si el amor de la libertad, en sentir de Aristoteles, caracteriza a las almas fuertes, y generosas, y este amor es fecundo en sentimientos nobles y sublimes ; ¡quan grande aparece el caracter de nuestros hermanos los indios, que conservaron el amor de la libertad en medio del mayor abatimiento, reducidos à la clase mas abyecta de la sociedad, y à la h--z del pueblo! Quanto ardor, quanto entusiasmo por la gran causa de la America han desplegado en el Alto Peru ! Quando en otros pueblos, que se crerian mas cultos, se ha notado una frialdad, y una indiferencia extraordinaria acerca de sus mas preciosos intereses; quando el estruendo de los acontecimientos importantes é inesperados de la època actual han podido despertarlos de su eterno sueño, y comunicar alguna energia à sus corazones insensibles; aquellos hombres arrostran todos los peligros, inventan recursos, y resuelven generosamente ser libres, ó morir.
Si del Alto Peru volvemos la vista à los que tenemos mas cercanos, ¿quien no admira el ardor y la magnanimidad heroica con que combatieron por su libertad de los indios Chilenos? La musa de la historia tomò à su cargo imortalizar sus hazañas; la trompeta de Clio ha pregonado por el universo, y muchos escritores apreciables les rindieron el tributo del elogio, y del honor. Toda la America habia ya doblado la cerviz baxo el yugo; ella miraba con triste silencio condenados sus hijos al trabajo matador de las minas, despojados de sus posesiones, reducidos á la servidumbre: los palacios de sus invasores se elevaban sobre la tumba de sus Incas: solo el duro Araucano rehusa las cadenas, y anteponiendo todos los males posibles á la pérdida de su libertad, y sin intimidarse por la inferioridad è imperfeccion de sus armas, resiste, combate, triunfa à las veces; y quando es vencido ni decae de animo, ni pierde la esperanza de vencer.