jueves, agosto 05, 2010

La avaricia extranjera por nuestros minerales. German Diaz

Desde hace siglos la avaricia por los minerales ha depredado América Latina.
La minería de Chile comenzó antes de la conquista y de la colonia….….antes de nuestra Independencia, y desde temprano, generó gran riqueza para la Corona española. A su vez,América fue saqueada, los imperios Inca y Azteca aportaron enormes cantidades de oro a España. Chile también aportó lo suyo, entre 1542 y 1560 produjo para la Corona unos 2.000 kilos de oro anuales.


 A su vez, Bolivia, cuando en 1545 el indio Huallpa descubrió un cerro de plata: el Potosí, vivió una época de doscientos años llamada “la era de la plata” y que embarcó, por el río de La Plata, para España tanta plata que el cronista indio Felipe Guamán Poma de Ayala, dijo del Potosí:“Por la dicha mina es Castilla, Roma es Roma, el Papa es el Papa y el Rey es monarca del mundo".

España acumuló tanto dinero que Quevedo sobre ese metálico escribió: nace en las Indias honrado / donde el mundo le acompaña / viene a morir en España / y es en Génova enterrado.

Entre 1503 a 1660 llegaron a España 16 millones de kilos de plata, el triple de las reservas de toda Europa, que en su mayor parte, provenían del Potosí. La Villa Imperial del Potosí era una ciudad fantástica en 1660 tenía 160.000 habitantes, más que MadridRoma o París. La plata llenó Potosí de riquezas y a los Reyes de España de lujos y ostentación, en 1658 las 36 iglesias de Potosí efectuaron una procesión por sus calles cubiertas, especialmente, con lingotes de plata.

En Potosí los indígenas mineros cobraban salarios miserables y no podían negarse a trabajar, pese a la contaminación por mercurio, los accidentes y las enfermedades. Un testigo de la época dijo que si se exprimieran las monedas acuñadas en Potosí, se les sacaría “más sangre que plata”. Se cree que en dos siglos de intensa explotación del Potosí murió tanta gente como en Auschwitz.

América Latina es mal lugar para los recursos naturales, existe explotación indiscriminada de minerales, bosques y mares. A dos siglos de la Independencia, las mineras extranjeras, que nunca se han ido, se han consolidado, explotando nuestros recursos naturales y degradando nuestra naturaleza.

El Libertador Simón Bolívar, además de plantear la unidad latinoamericana, también abogó por los recursos naturales. El 19 de diciembre de 1825, desde su palacio de gobierno en Bolivia,decretó la protección de las aguas y los bosques, diciendo: "Que se visiten las vertientes de los ríos, se observe el curso de ellos y se determinen los lugares por donde puedan conducirse aguas a los terrenos que están privados de ellas". "Que (…) se emprenda una plantación regulada a costa del Estado, hasta el número de un millón de árboles, prefiriendo los lugares donde haya más necesidad de ellos".

Hoy, Bolivia y América, poseen menos vegetación y sus suelos, cada vez, tienen menos nutrientes que lo que soñó El Libertador. Triunfó la avaricia por los recursos naturales en vez de la protección de la naturaleza y los árboles.

Las empresas extranjeras llegaron para dañar nuestra naturaleza y, lo humillante, es que estos modernos conquistadores ahora no están solos, hoy cuentan con la complicidad de nuevos yanaconas, quienes servilmente, les otorgan facilidades para que agoten nuestros minerales, bosques, fauna o agua.

Las autoridades y los políticos debieran cambiarse de bando y defender nuestros recursos naturales. Debieran estar al servicio de los que sirven y luchar por brindarles una subsistencia digna con la recuperación de nuestras riquezas mineras. Hay que partir por detener la agonía de nuestros recursos naturales no renovables, recuperarlos y ponerlos a disposición de los chilenos y sus necesidades.

Durante los festejos del Bicentenario por nuestra Independencia, vamos a observar un absurdo. Veremos a las autoridades festejar la Independencia, en circunstancias, que nuestros recursos no renovables, los recursos mineros y especialmente el Cobre, pertenecen a empresas de países extranjeros “hasta que se agoten los yacimientos”, todo esto, gracias a los modernos yanaconas que promulgaron Leyes chilenas espurias como, las Concesiones Mineras, o el Tratado Minero Chileno-Argentino.