martes, marzo 17, 2009

CIUDADANOS AL PODER. Andres Rojo...perdon Andres...muy bueno.cespinoza.


El plebiscito vinculante realizado el fin de semana pasado en la comuna de Vitacura es uno de los hechos más relevantes de la política nacional en los últimos veinte años, y es el primer paso real en pos de la profundización de la democracia desde la reapertura del Congreso Nacional y el restablecimiento de las elecciones de las autoridades.

Con anterioridad se habían hecho esfuerzos por consultar la opinión ciudadana frente a temas específicos, pero el plebiscito de Vitacura es el primero que, gracias a un dictamen previo de la Contraloría, tenía el carácter de obligatorio para la autoridad. Con posterioridad a la votación ha habido comentarios de personas lamentando el resultado porque las propuestas de modificación del plan regulador comunal habrían sido profesionalmente elaboradas por especialistas en estas materias, pero el resultado concreto es que una abrumadora mayoría de vecinos, y con una alta tasa de participación, rechazó estas proposiciones.En eso consiste la democracia precisamente. La razón la tiene la mayoría, que podrá estar equivocada en una mirada de largo plazo pero es la propietaria del derecho a optar entre las distintas alternativas. Cuando son los técnicos los que toman las decisiones, se llega a un sistema político que se denomina tecnocracia, y lo ocurrido en Vitacura es el primer paso hacia una democracia ejercida directamente desde la base social, ya que fueron los vecinos organizados los que insistieron hasta obtener la convocatoria al plebiscito.

Si se entiende que ejercer el derecho a desarrollar la soberanía en toda su plenitud es un paso adelante respecto a la denominada democracia representativa -en la que los representantes de la ciudadanía toman las decisiones en su nombre-, el paso lógico debería ser realizar las modificaciones constitucionales para permitir que el pueblo, ya sea en el plano comunal o en el ámbito nacional, pueda dirimir todas las materias en las que los partidos políticos no han logrado acuerdo en las últimas décadas.

Si existe un real compromiso con la profundización de la democracia, como señalan todas las corrientes partidistas, el plebiscito de Vitacura debería ser el primero de una larga serie de procesos similares. Cada vez que una autoridad tenga un plan o un proyecto que genere reparos entre los vecinos, estos tendrán derecho a pedir que la autoridad se someta a la voluntad ciudadana y eso es un hecho prácticamente revolucionario en un país como Chile, en el que la soberanía popular sólo es considerada a la hora de los comicios para elegir a los representantes en el Gobierno, el Parlamento o los municipios cada cuatro años, con la consiguiente desmotivación para participar en política.
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