PDC 2008 - 2013: Unidad, integración, propuesta y liderazgo. Nucleo MINSAL
Un sentimiento de frustración se ha instalado en la mente de miles y miles de Democratacristianos. La DC ha sufrido un mal resultado en la elecciones municipales: de 99 alcaldes en ejercicio, solo logro reelegir 51, perdimos en 48 comunas la alcaldía en ejercicio. Y en las comunas que aspiraba a recuperar alcaldías para la concertación, solo ha ganado 8, es decir, hemos pasado de tener 99 alcaldes a tener 59. En los concejales no solo se ha disminuido el numero de concejales y perdido 5% de la votación, sino que además hay importantes comunas en las que no tenemos ni siquiera un concejal, ejemplo de ello las comunas de La Reina, Pudahuel, Cerrillos, Aysén, Coyhaique, Iquique y tantas otras. Estos resultados se instalan en una tendencia mantenida a obtener votaciones decrecientes, claramente establecida durante los últimos 15 años.
Pero lo relevante para la DC en este proceso inicial de campaña presidencial no es solo el resultado de la municipal, sino la necesidad de reorganizar nuestras fuerzas internas y levantar el estado anímico de nuestros militantes y adherentes. La única forma de posicionar el protagonismo de nuestro partido en la Concertación, será la capacidad que tengan sus principales lideres de no desencadenar un escenario de batalla por cuotas de poder interna y por la candidatura presidencial. En este sentido, es clave el llamado que hagan Frei y Alvear en términos de evitar cualquier grado de conflicto transmitiendo un clima de unidad e integración, relevando las propuestas para generar un verdadero liderazgo. Imperiosamente necesitamos un partido unido.
Una tarea pendiente es asumir los acuerdos del 5to Congreso del PDC, difundirlos y convertirlos en propuestas programáticas que den sentido a nuestro actuar político, no es cierto que carezcamos de propuestas, nos ocurre que no están siendo debidamente resaltadas. Por cierto, al momento de competir ambos candidatos será muy importante el cuidado de las formas, porque cualquiera de los que gane necesitará el apoyo del otro para después superar a Insulza en primarias o a Lagos en las encuestas.
El liderazgo de la Democracia Cristiana y de la Concertación pasa por entender todo lo que ha cambiado Chile y, por tanto, una sintonía con las nuevas preocupaciones de la ciudadanía que en buena medida son subjetivas. Y esta dimensión subjetiva de la política chilena, no es otra cosa que un nuevo sentido común, un cambio de paradigma que nos lleve a estar de nuevo al frente del cambio social. Por tanto, ambos candidatos deberán evitar cualquier tipo de diferencias por temas procedimentales, pues será muy difícil controlar el escalamiento del conflicto, de lo que de seguro terminaría con una DC muy debilitada.
Aún es determinante para la Concertación lo que pase con la DC, ya que nuestro partido continuará siendo un eje clave de la coalición y además retomará fuerza la idea de que abarcar el centro político es una estrategia donde la DC debe tener un protagonismo importante frente a Piñera.
Cualquiera sea el candidato de la Concertación deberá ser muy respetuoso de los rituales políticos que se deben hacer para legitimar el liderazgo de toda la coalición. Tanto para ordenar las bases de la Concertación como para potenciarse con la nominación parlamentaria en una lista única, los criterios de unidad, integración y competencia virtuosa con los pares del mismo partido y bloque, serán ejes claves para el triunfo. Tanto para la DC como para la Concertación, cualquier actitud contraria a estas conductas no será más que una suerte de autoflagelación de la oportunidad para continuar siendo gobierno.
El escenario post municipal, más que una amenaza, surge como una oportunidad para la DC y la Concertación en la medida que nuestro partido sea capaz de aunar fuerzas y revitalizarse con urgencia y rapidez. Se requiere pasión, mística, con apego a la doctrina y la misión, solo así los camaradas y la ciudadanía de a pie se interesarán por participar de las decisiones públicas y apoyaran nuestros liderazgos. Frei y Alvear deben ponerse de acuerdo por el bien del PDC de la concertación y por Chile.
Los nuevos liderazgos que surgen con más fuerza luego de la reciente elección municipal, representados mayormente por los Alcaldes Orrego, Undurraga y Arriagada, entre otros, representan un camino de trabajo serio y comprometido que le da nuevos ánimo a la Democracia Cristiana. A partir de estas experiencias, de su estilo y su raigambre social podemos encontrar un mejor camino para todos. Estos triunfos nos demuestran que la Democracia Cristiana y la concertación tiene una sólida base electoral, por tanto depende más de lo que hagamos y como lo hagamos que del debilitamiento de nuestros adversarios.
Para asumir la urgencia de estos desafíos, proponemos convocar a la Junta Nacional del PDC en breve, la que deberá canalizar el debate y construir los acuerdos necesarios para refundar y revitalizar nuestro proyecto político. Solo ahí, con la más alta participación, podremos encontrar la fuerza para reconstruir nuestra base social desde la comunidad, las organizaciones sociales y los barrios, para poder así reencantar a la gente de nuestro país.
Santiago, 28 de octubre del 2008.
Pero lo relevante para la DC en este proceso inicial de campaña presidencial no es solo el resultado de la municipal, sino la necesidad de reorganizar nuestras fuerzas internas y levantar el estado anímico de nuestros militantes y adherentes. La única forma de posicionar el protagonismo de nuestro partido en la Concertación, será la capacidad que tengan sus principales lideres de no desencadenar un escenario de batalla por cuotas de poder interna y por la candidatura presidencial. En este sentido, es clave el llamado que hagan Frei y Alvear en términos de evitar cualquier grado de conflicto transmitiendo un clima de unidad e integración, relevando las propuestas para generar un verdadero liderazgo. Imperiosamente necesitamos un partido unido.
Una tarea pendiente es asumir los acuerdos del 5to Congreso del PDC, difundirlos y convertirlos en propuestas programáticas que den sentido a nuestro actuar político, no es cierto que carezcamos de propuestas, nos ocurre que no están siendo debidamente resaltadas. Por cierto, al momento de competir ambos candidatos será muy importante el cuidado de las formas, porque cualquiera de los que gane necesitará el apoyo del otro para después superar a Insulza en primarias o a Lagos en las encuestas.
El liderazgo de la Democracia Cristiana y de la Concertación pasa por entender todo lo que ha cambiado Chile y, por tanto, una sintonía con las nuevas preocupaciones de la ciudadanía que en buena medida son subjetivas. Y esta dimensión subjetiva de la política chilena, no es otra cosa que un nuevo sentido común, un cambio de paradigma que nos lleve a estar de nuevo al frente del cambio social. Por tanto, ambos candidatos deberán evitar cualquier tipo de diferencias por temas procedimentales, pues será muy difícil controlar el escalamiento del conflicto, de lo que de seguro terminaría con una DC muy debilitada.
Aún es determinante para la Concertación lo que pase con la DC, ya que nuestro partido continuará siendo un eje clave de la coalición y además retomará fuerza la idea de que abarcar el centro político es una estrategia donde la DC debe tener un protagonismo importante frente a Piñera.
Cualquiera sea el candidato de la Concertación deberá ser muy respetuoso de los rituales políticos que se deben hacer para legitimar el liderazgo de toda la coalición. Tanto para ordenar las bases de la Concertación como para potenciarse con la nominación parlamentaria en una lista única, los criterios de unidad, integración y competencia virtuosa con los pares del mismo partido y bloque, serán ejes claves para el triunfo. Tanto para la DC como para la Concertación, cualquier actitud contraria a estas conductas no será más que una suerte de autoflagelación de la oportunidad para continuar siendo gobierno.
El escenario post municipal, más que una amenaza, surge como una oportunidad para la DC y la Concertación en la medida que nuestro partido sea capaz de aunar fuerzas y revitalizarse con urgencia y rapidez. Se requiere pasión, mística, con apego a la doctrina y la misión, solo así los camaradas y la ciudadanía de a pie se interesarán por participar de las decisiones públicas y apoyaran nuestros liderazgos. Frei y Alvear deben ponerse de acuerdo por el bien del PDC de la concertación y por Chile.
Los nuevos liderazgos que surgen con más fuerza luego de la reciente elección municipal, representados mayormente por los Alcaldes Orrego, Undurraga y Arriagada, entre otros, representan un camino de trabajo serio y comprometido que le da nuevos ánimo a la Democracia Cristiana. A partir de estas experiencias, de su estilo y su raigambre social podemos encontrar un mejor camino para todos. Estos triunfos nos demuestran que la Democracia Cristiana y la concertación tiene una sólida base electoral, por tanto depende más de lo que hagamos y como lo hagamos que del debilitamiento de nuestros adversarios.
Para asumir la urgencia de estos desafíos, proponemos convocar a la Junta Nacional del PDC en breve, la que deberá canalizar el debate y construir los acuerdos necesarios para refundar y revitalizar nuestro proyecto político. Solo ahí, con la más alta participación, podremos encontrar la fuerza para reconstruir nuestra base social desde la comunidad, las organizaciones sociales y los barrios, para poder así reencantar a la gente de nuestro país.
Santiago, 28 de octubre del 2008.
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