JAIME ESPONDA .....JUAN BUSTOS

Permítanme compartir el inicio de la clase de hoy, 7 de agosto de 2008, a mis alumnos de Primer Año de Derecho:
“Quiero dedicar esta clase a uno de los mayores penalistas de Chile, tanto en el ámbito académico y editorial como en el foro: el profesor Juan Bustos Ramírez, fallecido hace unas horas.
Mi primer conocimiento de Juan Bustos fue en la Universidad, al estudiar el recién editado “Derecho Penal”, escrito por él junto a los profesores Politoff y Grisolía, una de las más importantes obras de esa rama del Derecho escritas en Chile. Después escribiría otras obras de permanente actualidad.
Lo conocería personalmente, cuando, ya en el exilio, luego de haber regresado de Alemania, era profesor de Derecho Penal en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Obligados por las circunstancias, tres jóvenes egresados de Derecho que trabajábamos en la Vicaría de la Solidaridad – Alvaro Varela, Héctor Salazar y yo- viajamos a Barcelona, en 1978, y fuimos acogidos por Juan Bustos. Él nos abrió las puertas para lograr el objetivo académico que nos permitiría, al año siguiente, asumir mayores responsabilidades en esa institución defensora de los derechos humanos.
Por ello, le estamos eternamente reconocidos.
Luego, su compromiso con los derechos humanos lo llevaría a convertirse en brillante abogado de importantes e históricas causas (les recomiendo leer sus alegatos) hasta, finalmente, renunciar a muchas cosas que le gustaban, para servir al país desde el Congreso Nacional.
Pienso que ha dignificado a la Cámara de Diputados llegar a tener, aunque por corto tiempo, un Presidente de la categoría de Juan Bustos.
Pero, lo más importante en él fueron sus condiciones humanas y éticas. Al final, “el hombre vale lo que vale su corazón”(Andrés Aninat). .
Valiente y resuelto, nunca pusilánime. Hombre de una sola palabra, sin doblez, se podía confiar en él.
Espíritu de servicio, sin cálculo personal.
Lo más importante para él eran las personas, todas. Por ello, hasta sus adversarios lo reconocen como un hombre respetuoso, un caballero.
Ojalá ustedes llegasen a ser como él”.